Economía

El alto precio de los fertilizantes impactará el rendimiento de las cosechas en el 2023, advierte la FAO

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) teme que el conflicto entre Rusia y Ucrania cause la escasez y encarecimiento de muchos insumos y materias primas.

Los costos de producción agrícola han aumentado y podría poner en peligro la seguridad alimentaria, según la FAO. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Los costos de producción agrícola han aumentado y podría poner en peligro la seguridad alimentaria, según la FAO. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Ricardo Rapallo, representante de La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Guatemala, comenta en esta entrevista que hay un deterioro profundo y acelerado de los sistemas alimentarios globales y explica de qué forma afecta al país, incluso en los meses en que disminuyen las reservas de granos básicos familiares.

¿Qué productos reflejan las alzas más drásticas o desabastecimiento?

El índice sobre de precios de los alimentos más comercializados a nivel mundial, publicado por FAO, se mantuvo un 29.8% por encima del nivel de abril de 2021 y de los precios registrados históricamente. Aceites vegetales y cereales, y en menos medida productos lácteos, son los principales responsables de este incremento.

El alza de los precios de los alimentos en 2022 no se debe a un problema de producción, sino a los altos costos del combustible y las disrupciones sobre la comercialización de alimentos derivadas del conflicto bélico en Europa.

¿Cuánto más puede durar esa tendencia?

Dependerá del tiempo que dure la guerra entre la Federación Rusa y Ucrania, y el nivel de destrucción que sufran los servicios e infraestructuras necesarias para producir y comercializar sus productos agrícolas. Ambos países figuraron en el 2021 entre los tres principales exportadores mundiales de trigo, maíz, colza, semilla y aceite de girasol. Rusia también es un importante proveedor de fertilizantes potásicos.

Ya veníamos acumulando varios meses de alza en los precios de los alimentos y los fertilizantes -provocado por una reactivación de la demanda en el marco de la evolución de la pandemia-, pero la situación que se vive en Europa desde febrero provoca un deterioro profundo y acelerado sobre los sistemas alimentarios globales, que no solo influyen sobre los precios actuales de los alimentos, sino que también pone en riesgo la seguridad alimentaria a partir del próximo año.

¿Cómo impacta en Guatemala?

Al igual que en la mayor parte de los países importadores netos de alimentos, ya se está sintiendo un aumento en los costos de energía y alimentos. Las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) y del Ministerio de Agricultura (Maga) señalan el aumento de la inflación y los principales productos que componen la canasta básica de alimentos en los últimos dos meses.

Por ejemplo, los precios del quintal de maíz blanco y frijol negro pagados al mayorista, rondan los Q200 y Q500 respectivamente, cifras significativamente por encima de los promedios de los últimos cinco años y apuntan a que se mantendrán en alza en los próximos meses.

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Esto afecta a todos los consumidores y a distintas actividades económicas relacionadas, pero nos preocupan especialmente las familias de menores ingresos que dedican la mayor parte de sus ingresos (incluso por encima del 50% en muchos casos) a la compra de alimentos.

¿Cuál es la situación agroalimentaria en Guatemala y cómo se ha visto afectada del 2020 al 2022?

Los sistemas alimentarios funcionaron razonablemente bien durante los primeros meses de la pandemia. Sin embargo, los efectos sobre los precios de alimentos y agroinsumos sí comenzaron a notarse desde mediados del pasado año y se unieron a otros eventos como las tormentas Eta e Iota de finales de 2020.

Es decir, enfrentamos los impactos del conflicto bélico en Ucrania, con sistemas alimentarios golpeados por la pandemia y los efectos del cambio climático, en una región especialmente vulnerables como es Centroamérica.

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¿Y la crisis de Ucrania y Rusia?

Nos preocupa el efecto que ya puede estar teniendo sobre la capacidad de las familias de menores ingresos para acceder a canastas alimentarias suficientes y nutritivas. De continuar el encarecimiento de los alimentos, sin duda tendrá un efecto negativo sobre la seguridad alimentaria, y por ende, sobre los indicadores de malnutrición, que de por si no son buenos en Guatemala ni en la región.

¿Ha crecido el número de personas en riesgo alimentario en el país?

Los datos oficiales del país publicados el año pasado informaban que 3.5 millones de personas, 20% de la población nacional aproximadamente, se encontraban en crisis o emergencia de inseguridad alimentaria aguda. Se proyectaba una mejora de la situación para inicios del presente año, pero creemos que por el actual contexto mundial, las cifras se deben revisar al alza.

Los datos ​del Ministerio de Salud señalan que existe una disminución de 10% en los casos reportados respecto al mismo período del año anterior. Sin embargo, iniciamos los meses donde las reservas de granos básicos disminuyen, por lo que esas cifras pueden ir en aumento.

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¿Cuál es el riesgo más grande que enfrenta el país en seguridad alimentaria y qué se prevé para el 2023?

Desde la FAO hemos manifestado que nos preocupa especialmente el 2023, debido al alto precio de los fertilizantes porque tendrá impacto sobre el rendimiento de las cosechas.

De no cesar la guerra en Ucrania y si no se puede restablecer se forma ágil el mercado mundial de alimentos, nos encaminamos a un futuro próximo muy complicado.

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ESCRITO POR:

Rosa María Bolaños

Periodista de Prensa Libre especializada en medios escritos y radiales en temas de energía eléctrica, empleo, impuestos, empresas y negocios con más de 20 años de experiencia.