Economía

El triple impacto económico que golpea a familias de aldea Quejá, luego de declararla inhabitable

Unas 233 familias dependen de reubicación para asignar presupuesto, refirió la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplán).

La aldea Quejá, San Cristóbal Verapaz, quedó completamente soterrada por deslizamientos de tierra a causa de las inundaciones que originó el paso de las tormentas Eta e Iota, y fue declarada inhabitable por la Conred. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

La aldea Quejá, San Cristóbal Verapaz, quedó completamente soterrada por deslizamientos de tierra a causa de las inundaciones que originó el paso de las tormentas Eta e Iota, y fue declarada inhabitable por la Conred. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

Los habitantes de Quejá, San Cristóbal Verapaz, que fue declarada inhabitable por la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), sufren de un triple impacto económico: la destrucción de sus fuentes de alimentación, el deterioro irreparable de los suelos y la asignación de un presupuesto para su restauración que depende de su reubicación.

El panorama es desalentador y el daño socioeconómico es irreversible, concluyeron analistas económicos consultados sobre el tema.

El departamento de Comunicación de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplán) afirmó que existe presupuesto; sin embargo, las instituciones están trabajando en la programación, que terminará de establecerse cuando se determine la reubicación; se hará un costeo toda vez se defina hacia dónde se trasladará la comunidad, pero aún no se define el lugar.

Segeplán informó que en total son 233 familias que deben ser reubicadas tras haberse declarado inhabitable la comunidad, en donde se perdieron viviendas, infraestructura básica, especialmente la red de agua, el acceso a la escuela local resultó seriamente dañado e irreparable.

Según la Secretaría, se han sostenido reuniones de coordinación con sus representantes, a efecto de identificar el lugar adecuado, que cumpla con los requerimientos de la comunidad, criterios técnicos del Ministerio de Comunicaciones y  de ubicación segura para el traslado de la comunidad, y que una vez acordados, se incorporen a la ubicación final los elementos técnicos respecto de los servicios básicos y sociales necesarios para asegurar la sostenibilidad y resiliencia en el nuevo sitio.

Segeplán detalló que en el momento que se decida la nueva ubicación, se deberán establecer los aspectos complementarios para dotar a las familias de condiciones dignas y seguras de vivienda, caminos de acceso, electricidad, servicios sociales (educación, salud), equipamientos urbanos, redes de agua y drenajes, y seguridad como mínimo.

Además, indicó que es necesaria la intervención de otras instituciones para la reubicación de la comunidad como la Municipalidad de San Cristóbal Verapaz, y los Ministerios de Comunicaciones, Educación, Salud Pública y Asistencia Social, Ministerio de Desarrollo y Gobernación.

Daño socioeconómico

Fabián Juárez, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), resaltó que en Quejá la mayor parte de agricultura era de subsistencia.

“En estos casos de crisis, las personas se quedan sin fuentes de alimentación, y a muchas únicamente les queda sucumbir en la pobreza o migrar a otras áreas, dejando todo atrás”, lamentó el analista de Asíes.

Juárez consideró que el tema de mitigación es sumamente importante para evitar que se llegue al punto en el que se pierden vidas humanas y en donde las personas se quedan sin un lugar para vivir; por lo tanto, el tema de emergencia debe atenderse, en especial, buscar un nuevo lugar para asentar a la comunidad.

Jorge Benavides, investigador asociado de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), refirió que el caso de Quejá enciende las alertas, porque es uno de muchos otros que de seguro vendrán en los próximos años, y las inversiones necesarias deberán planificarse con tiempo para evitar los dramas sociales que la declaración de inhabitabilidad genera.

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Algunos pobladores se niegan a trasladarse del lugar, y se debe a que la población no es capaz de visibilizar una mejor opción a la que tenían, por más precaria que esta fuera, agregó Benavides.

Estos sucesos no pueden tratarse de forma aislada, sino que es necesario definir políticas que destinen recursos suficientes para prevenir que algo similar vuelva a suceder, enfatizó el investigador de Fundesa.

“Los desastres naturales vienen a incrementar la crisis humanitaria que vive la región, deteriorando las condiciones de vida de los habitantes”, concluyó Juárez.

Índices reflejan atrasos en desarrollo económico:

  • Según la Encovi del 2014, la población en Alta Verapaz es de las más vulnerables a escala nacional en varios indicadores económicos y sociales.
  • Tiene un alto índice de pobreza. Es el departamento más rural, con 23.6% de la población que habita en áreas urbanas, y el segundo más pobre, con índice de pobreza   del 78.8%.
  • En el Índice de Competitividad Local, San Cristóbal Verapaz se ubica en el puesto 282, de 340, con un punteo de 38.80 sobre cien.

Pérdidas por tormentas

Según el documento: Evaluación de daños y pérdidas causadas por las depresiones tropicales Eta e Iota   presentado por Segeplán se estima que los efectos totales causados por ambos fenómenos naturales fueron de aproximadamente Q6 mil millones.

Los daños representaron el 52% de la afectación, las pérdidas 31% y los costos adicionales 17%.

El sector privado sufrió 75% de la afectación total, incluyendo 68% de la afectación de acervo y 99% de los flujos de producción perdidos.

Los costos adicionales es la única dimensión de los efectos en la que el sector público superó al privado. Los efectos totales que tuvo el desastre en el sector público fueron de aproximadamente Q1 mil 477 millones.

En general, los efectos estuvieron concentrados en el sector social, 48%, seguido por el sector productivo, 31%. El subsector social más afectado fue vivienda, el cual acumuló 85% de los efectos totales en el sector social.

En ese subsector acontecieron 85% de los daños, 56% de las pérdidas y 85% de los costos adicionales.

El subsector agrícola registró 65% de los efectos en los subsectores productivos, anotando 92% de los daños y 61% de las pérdidas, y agricultura con 18% y 26%, respectivamente.

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