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La calificación de riesgo-país se recupera y Banguat ve buenas proyecciones para el 2024

La reciente crisis que vivió Guatemala pudo poner en riesgo la calificación soberana de país que mide la estabilidad económica y política, pero se valora la mantención de las notas por las agencias.

La crisis política que atravesó el país entre agosto y enero pasado terminó con la toma de posesión del nuevo gobierno y, con ello, también regresa la confianza del mercado nacional, según los criterios de varias agencias de calificación de riesgo-país.

Una de las aspiraciones es que Guatemala pueda alcanzar en un corto plazo una nota de grado de inversión, la cual ofrece mejores condiciones y es bien vista por los potenciales inversionistas; sin embargo, uno de los desafíos es lograr alcanzar o mantener la confianza, así como mejorar en varios indicadores sociales, entre estos reducir las brechas de desigualdad, pobreza o desnutrición, así también la institucionalidad y gobernanza.

Además, se espera mejorías de la situación macroeconómica, fiscal, la tasa de endeudamiento público, control inflacionario, sistema financiero, entre otros, aspectos que cada año evalúan los representantes de las agencias de calificación, así como delegados de los organismos financieros internacionales. Los vaivenes políticos también pueden influir, opinan expertos.

¿Qué es el riego-país?

El riesgo-país puede definirse como una probabilidad vinculada al incumplimiento de obligaciones financieras por parte de un gobierno. Para las economías emergentes, puede decirse que se relaciona a la deuda suscrita no residente, es decir, la deuda externa, ante la probabilidad de no pago a los acreedores en las fechas ya establecidas.

Esto, además, tiene una exposición muy directa con el costo del financiamiento, en el sentido que a mayor riesgo-país para una administración de gobierno enfrentará mayores tasas de interés para obtener financiamiento.  

Para economías como la de Guatemala, que es considerada pequeña y abierta, este indicador es de suma importancia, porque la dependencia que se tiene a estas con respecto a los fondos externos para cubrir sus necesidades de financiamiento.

Por ejemplo, un riesgo-país elevado también deriva en tentativas implicaciones a sectores de la economía, como el sistema bancario y financiero que se vería afectado por la transmisión de mayores costos de fondeo, una serie de obstáculos para acceder a mercados internacionales de capitales, que se vería reflejado concretamente en el aumento de las garantías colaterales, como los títulos de incumplimiento crediticio.

"Al final del día se dio una transición política pacífica, hubo toma de posesión y el presidente Bernardo Arévalo ya está en el uso del poder constitucional"

Álvaro González Ricci, presidente del Banguat

Además, si el sistema bancario de una economía posee una cantidad relativamente importante de sus activos en títulos de valores del gobierno, el sistema podría verse expuesto al fenómeno de “bucle diabólico entre bancos y gobiernos”, debido al aumento del riesgo-país. 

Desde el lado de los agentes que realizan este tipo de inversiones, y sobre todo lo relacionado a la inversión extranjera directa (IED), también puede verse afectados por exclusión, determinadas sanciones y restricciones al comercio global asociado al aumento del riesgo-país, que a su vez golpea el clima para hacer negocios, y en la actividad económica.

Para un ciudadano en particular, el riesgo-país podría verse afectado por la vía de los límites al acceso a créditos, que afectaría el consumo.  

¿Cómo está Guatemala?

En la región de Centroamérica y República Dominicana (CARD), al cuarto trimestre del año pasado, el país que tiene la mejor calificación es Guatemala, seguido de República Dominicana, Costa Rica, Honduras, Nicaragua y El Salvador, indica el reporte “Riesgo país en la región CARD: ¿Por qué moderarlo debería ser un objetivo de la política económica?”, que publicó en enero la Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano (SECMCA), que tiene su sede en San José Costa Rica.

El documento hace una recopilación de cómo ha sido el desempeño de las notas en la región.  El año pasado por parte de las calificadoras de riesgo Fitch Ratings, Moody´s Investors Service y Standard & Poor´s (S&P), y que los agentes económicos, así como los tomadores de decisiones los utilizan para evaluar o concretar inversiones o para hacer negocios, y para la cual se observa la evolución de las calificaciones para los países de la región por cada firma.

“Para varios de los países de la región CARD, se pude apreciar una mejora en la calificación en periodos recientes, luego de haber disminuido en años anteriores. El alza en calificaciones ha sido impulsada, en general, por un manejo prudente de las finanzas públicas; así como por la recuperación del crecimiento económico postpandemia”, subraya el documento.

El informe aclara, además, que las economías de la región son consideradas pequeñas y abiertas, por ende, resulta importante la posición externa de estas evaluaciones de las calificadoras. Y la mayoría de los países de la región se han beneficiado del incremento sustancial en las remesas familiares desde el comienzo de la pandemia, incidiendo de manera positiva en la balanza de pagos permitiendo contrarrestar, en parte, el incremento de los precios de materias primas no producidas en la región. 

¿Qué se mide y por qué?

En un contexto de economía globalizada con flujos financieros que se mueven relativamente libre, las naciones compiten entre sí para obtener estos recursos de forma abundante, constante y barata, expone el informe elaborado por los economistas del SECMCA Wilfredo Díaz Cruz y Rafael A. Fornet A. 

Sin embargo, la percepción de riesgo-país se muestra como un obstáculo para la atracción de estos recursos en las condiciones deseadas, dado que los agentes económicos tomada en consideración información disponible sobre una economía para determinar su decisión de inversión.

Al respecto, la calidad de la información y las expectativas sobre condiciones económicas, sociales, institucionales, financieros y legales de un país, pueden incidir sobre su percepción de riesgo, condicionando el potencial volumen de flujos financieros que pueda recibir.

A este condicionamiento reduce la capacidad de financiamiento de todos los actores económicos, y, por lo tanto, puede existir una serie de correlación en las condiciones de acceso al crédito para el gobierno central, y el resto de los sectores de la economía, a partir -de identificar- un riesgo determinado.

Por esa razón se evalúan algunas acciones o medidas que pueden adoptar los gobiernos a fin de disminuir su percepción de riesgos frente a las agencias y los capitalistas en general.

Revisiones

Las calificadoras evalúan “exámenes” a los países en los cuales evalúan el desempeño macroeconómico, proyecciones de variables como el producto interno bruto (PIB), inflación, saldo de deuda total, entre otros, y a partir de ahí y con sus análisis asignan una calificación sobre la deuda soberana, que los capitalistas la emplean como una guía al momento de comprar nuevos títulos de deuda en el mercado primario o los vigentes en el mercado secundario.

Para determinar una calificación o perspectiva, los delegados de las agencias hacen visitas a los países para entablar reuniones con sector público y privado con el fin de recopilar la información y retroalimentación. 

¿Cómo ven a Guatemala?

Álvaro González Ricci, presidente del Banco de Guatemala (Banguat), a los reportes recientes de las agencias Fitch Ratings y Moody´s Investors Service que mantuvieron las notas para Guatemala, luego del año político y la llegada de nuevas autoridades, afirmó que  son las primeras evaluaciones con un gobierno nuevo y recordó que hubo una complicación transición política, donde se contó con bloqueos de carreteras que impactaron en la inflación mensual, y mucho ruido afuera de lo que podría pasar en el país.

A su juicio, los comunicados recientes evidencian que al final del día se dio una transición política pacífica, hubo toma de posesión y el presidente Bernardo Arévalo ya está en el uso del poder constitucional, y tanto Fitch como Moodys, que son de las calificadoras que emitieron calificación, evidencian:

  • Fue una transición pacífica.
  • Se enfoca en los aspectos financieros, macroeconómicos, y que mantienen un déficit fiscal bajo que es positivo; pero que la carga tributaria es un reto, ya que en 2020 se tenía 10.1% de carga tributaria/PIB, pero en 2023 se cerró en 12%, por lo que hay un incremento de 2%, lo cual es positivo, que valoran las calificadoras, pero aun así el país es el país con la carga tributaria más baja en la región.
  • Que las Reservas Monetarias Internacionales (RMI), permite enfrentar cualquier demanda de dólares ante un shock, y es una posición favorable.   
  •  Se cumplió con el crecimiento económico del 3.5%, a pesar de la coyuntura se continua con ese comportamiento.
  • En la resiliencia de la economía como en la parte política, no necesariamente van de la mano.
  • En la inflación, se terminó con 4.18% en diciembre 2023 ya en rango meta que es de 4% más/menos 1%, y se alcanzó seis meses antes.
  • En cuanto a los indicadores fiscales Guatemala tiene un desempeño prudente, y que los indicadores relación endeudamiento/PIB se han venido reduciendo, en comparación con otros países en la región.
  • Como posibles amenazas han mencionado las agencias que, en el Congreso de la República, una agenda Legislativa de como el nuevo gobierno pueda cabildear y viabilizar las iniciativas que ellos tienen sobre todo en materia contra la lucha a la corrupción.
  • Y finalmente un aspecto positivo que se menciona es que cuentan con el apoyo de Estados Unidos y el hecho de que exista una mayor inversión social.     

Saltar a grado de inversión

Lograr una sólida institucionalidad, que brinde la estabilidad, una previsibilidad y un orden de la sociedad, puede contribuir a reducir el riesgo-país, y Guatemala se encuentra en camino de alcanzar el grado de inversión, por lo que hay que velar por la certeza jurídica, cuidar la economía y no retrasar una posible calificación de las actuales notas.

A juicio de González Ricci, hay puntos de alerta, sobre todo en la rendición de cuentas, y ahí nos tienen las calificadoras en una percepción en rojo: el control de la corrupción, estado de derecho, estabilidad política, efectividad el gobierno y calidad regulatoria, que es lo que manifestado una consultoría que se requirió.

“Tenemos claro que, si Guatemala quiere seguir avanzando a grado de inversión, nos mejoraría tasas de interés a los cuales se colocan los eurobonos, lo que significará contar con una mayor disponibilidad del presupuesto para no pagar intereses; y eso se podría invertir para otros temas, y también lo que ven los inversionistas que ven al país, son esas calificaciones”, apuntó.

Citó, por ejemplo, que hay inversionistas que no pueden operar en los países que no tenga la calificación de grado de inversión, y “donde tenemos que enfocarnos es en estos aspectos que he mencionado, que no son de la banca central, sino de un trabajo en conjunto, de todo el gobierno y sector privado, para que estos indicadores, puedan llegar a donde están los países pares que es donde tendría que estar para optar a este grado de inversión”, concluyó.

ESCRITO POR:

Urias Gamarro

Periodista especializado en macroeconomía, finanzas públicas e infraestructura, con 20 años de experiencia en medios radiales, impresos y digitales.