Economía

Presupuesto 2022: Así fueron los primeros cuestionamientos a la formulación del proyecto

A una semana de que el Ministerio de Finanzas Públicas presentara el proyecto ante el Congreso de la República, se llevó a cabo el primer análisis y surgieron diversas críticas.

En septiembre de cada año el Gobierno debe entregar al Congreso la propuesta del presupuesto del Estado. Para ello se realizan varios análisis incluyendo los riesgos fiscales. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

En septiembre de cada año el Gobierno debe entregar al Congreso la propuesta del presupuesto del Estado. Para ello se realizan varios análisis incluyendo los riesgos fiscales. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

La estimación del déficit fiscal, una estructura de gasto similar a la de muchos años anteriores y falta de claridad en asignaciones importantes, como las de Salud y Educación, fueron las principales discrepancias entre analistas económicos y funcionarios del Tesoro.

Esto ocurrió durante un conversatorio virtual organizado por La Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), en el que exministros de Finanzas, especialistas y el titular de esa cartera, discutieron sobre la iniciativa de ley que deberá ser aprobada o improbada a más tardar el 30 de noviembre próximo.

En déficit fiscal (diferencia que resulta cuando los gastos proyectados son superiores a los ingresos) fue uno de los temas más álgidos durante la conversación y Mario García Lara, director de la Fundación 2020 planteó que ese tema es una “paradoja” o contradicción para el propio Ministerio de Finanzas porque según el proyecto de Presupuesto del 2022, este año cerrará en un 3.3%, respecto al Producto Interno Bruto (PIB).

Esto, a pesar de que la recaudación registra un buen comportamiento y el efecto directo debería ser un déficit menor, aparte de que se está gastando menos de los Q94 mil millones previstos. “La “paradoja” consiste en que no es razonable que el presupuesto del 2022 tenga un déficit más alto que en el 2020 y no será aceptable para las calificadoras de riesgo y otros organismos internacionales, que están pendientes de esos temas”, dijo.

Su recomendación es realizar ajustes para reducir el déficit del otro año a una cifra inferior al 2.8%, porque si se mantiene el mismo de este año, el techo presupuestario debería ser de Q100 mil millones y no de casi Q104 mil millones, como se planteó.

“Es un desafío grande que requiere una discusión profunda en el Congreso de la República y lo mejor es contemplar la posibilidad de reducir el techo presupuestario a Q98 mil millones. Lo ideal es esforzarse y presentar un déficit más bajo y asegurar a los mercados financieros nacionales e internacionales que el país está regresando a la disciplina fiscal que tenía antes de la pandemia”, resaltó Lara.

Maria Antonieta de Bonilla, decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Rafael Landívar refirió que el déficit fiscal tendría un aumento de 0.5% si se toma en cuenta la cifra estimada de cierre de 2.3%, mientras que el proyecto de presupuesto contempla 2.8%.

Álvaro González Ricci, ministro de Finanzas no estuvo de acuerdo con lo planteado por ambos profesionales y defendió que no es posible comparar ejecución con presupuesto proyectado: “el 2.3% es lo que se proyecta ejecutar y el otro año ese 2.8% podría bajar a 2.4%, porque no siempre se lograr ejecutar el 100%. Comprendo la comparación, pero se deben comparar peras con peras”, enfatizó.

Gasto: Lo mismo de siempre

En cuanto a la estructura del gasto público, se divide en erogaciones de funcionamiento (67.7% del total), de inversión (17.6%) y servicio de la deuda pública (14.7%), que es muy parecida a la de años anteriores, planteó Pedro Prado, analista de Asíes.

Lara agregó que ello se debe a la rigidez presupuestaria que nunca logra resolverse, pues la mayor parte del presupuesto ya tiene un destino comprometido: Por ejemplo, el 84% se gasta en remuneraciones (39%) y otro 32% se reparte en diferentes entidades, aunque algunas no están alineadas a los gastos del Estado. Esto significa que para inversión física a cargo del Gobierno solo queda el 5% o menos y para hacer política pública se asigna un 12%.

“Es un problema estructural por una serie de leyes, normas y costumbres que como país hay que empezar a discutir y hacer cambios de fondo para que los objetivos de los programas se logren”, resaltó Lara.

Asignaciones poco claras

Según el gobierno, la atención a la pandemia debe ocupar un espacio fundamental en el 2022, por lo que los recursos para el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social aumentarán en un 39% respecto al monto actual, para un total Q12 mil 005 millones.

Sin embargo, según el Plan Operativo Anual (POA) de dicha entidad, la asignación idónea sería de Q18 mil 682 millones, planteó Prado. Y en opinión de Maynor Cabrera, de la Fundación Economía para el Desarrollo (FEDES) existe un espacio fiscal limitado para atender los grandes problemas del país y el gobierno debería tomar el presupuesto como el legado que dejará. “En el caso de Salud se tuvo que programar montos con más claridad porque la pandemia persiste y la ejecución tiene que mejorar sustancialmente”, sentenció.

Otro aspecto que no está claro es el presupuesto del Ministerio de Educación porque hay necesidad de un programa específico para atender la pandemia. “Guatemala es un país de baja movilidad social y hay una alta correlación entre la educación de padres e hijos. Si se ve mermada,  habrá efectos serios para las siguientes generaciones” añadió.

Prado hizo un llamado al Congreso de la República para que realice el análisis correspondiente y que apruebe un nuevo presupuesto para el 2022 (para este año aún rige el de 2019), considerando el proceso que ha implicado su elaboración y que dicha aprobación daría señales positivas a los agentes económicos, mejorando la imagen de país a nivel nacional e internacional.

Nuevas características:

De manera enfática, De Bonilla destacó las siguientes características en el proyecto de presupuesto estatal:

  • Prudencia por parte del Ministerio de Finanzas al basar sus proyecciones en los escenarios más bajos de crecimiento y no en los optimistas.
  • Una proyección de ingresos que situaría a la carga tributaria en 10.7% O sea, 0.4 puntos porcentuales por debajo del cierre estimado para el 2021 que es de un 11%.
  • El crecimiento de los ingresos tributarios apuntalado por el crecimiento del Impuesto Sobre la Renta y el Impuesto al Valor Agregado.
  • El gasto total, excluida la amortización de la deuda alcanzaría los Q99 mil millones en 2022 equivalente a un 13.9% del PIB, por debajo de Latinoamérica y de los países miembros de la OCDE.
  • La necesidad de endeudamiento público en 2022 se suavizaría con la utilización prevista de recursos de caja por unos Q5 mil millones.

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