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Promueven la producción de cemento que deja menos huella de carbono

El sector cementero nacional busca promover la producción limpia por medio de la adición de materiales naturales y el uso de hornos con tecnología avanzada.

Demanda de cemento continuará en Guatemala, según explica ejecutivo de Cempro que comenta las tendencias de producción de ese  material. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Demanda de cemento continuará en Guatemala, según explica ejecutivo de Cempro que comenta las tendencias de producción de ese material. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

La sostenibilidad ambiental es una tendencia a la que a diario se suman industrias de todo el mundo, lo que incluye a Guatemala.

Una de las empresas que lidera este movimiento en el país es Cementos Progreso (Cempro), lo que se estará exponiendo durante el Congreso C2: Cemento & Concreto Verde 2050, organizado por la Federación Interamericana del Cemento (Ficem) que se realizará esta semana en el país. A continuación, un extracto de la entrevista sobre el tema con Mario Orellana, gerente general de Cempro para la Región Guatemala y Belice.

¿Cuál es el futuro de la industria del cemento, considerando la nueva tendencia de sostenibilidad?

La industria de cemento en Guatemala tiene una historia de más de 200 años, y esta compañía tiene 125 años. Este sector de la industria se enfrenta a retos porque es intensiva en uso de energía y por lo tanto genera una huella de carbono, que no es significativa respecto al total de las industrias, pero de todas maneras se trabaja en disminuirla.

En Guatemala estamos generando productos con baja huella de carbono, cementos verdes que básicamente lo que tienen es un mínimo o el menor contenido de clinker, que es el que demanda gran cantidad de energía. Este proviene de la mina y de calcinar todos los productos de la tierra como calizas, arcillas, hierro y aluminio, todo eso combinado, forma la fórmula del cemento.

En la actualidad hay algunos cementos que tienen un menor contenido de clinker, pero cuentan con las mismas características de calidad que otros con mayor cantidad.

En Guatemala, desde 1985 llevamos casi 40 años de estar sustituyéndolo con materiales que se encuentran en el país como las puzolanas, que son arenas volcánicas expulsadas a la atmósfera y que luego se depositan en toda Guatemala.


Del portafolio de la compañía que se oferta en Guatemala, ¿cuántos productos presentan esta característica y cómo han sido recibidos por el sector de la construcción y los usuarios?

En Guatemala tenemos la ventaja de que el 70% de los productos que se ofrecen y se usan son los denominados cementos verdes y de uso general, conocidos como GU. La marca de la compañía tiene solo 60% de Clinker, que lo hace bajo en emisiones por el consumo de energía de materias primas y otros. Hoy en día se miden los cementos en base a la cantidad de CO2 que emiten por tonelada.

Sin embargo se debe tomar en cuenta que algunos tipos de construcciones necesitan que el cemento reaccione muy rápido y para eso se requiere incrementar un poco el contenido de clinker para que sea más reactivo y llegue a la resistencia antes que los demás. Por ejemplo, en las casas que se hacen fundidas en la mayor parte de los proyectos de lotificaciones en serie.

¿Qué están haciendo ustedes para atender las exigencias de menos emisiones y más sostenibilidad?

Las acciones que siguen todas las empresas se refieren a minimizar el consumo de energía en sus procesos y para ello, la tecnología ha avanzado muchísimo y reducido casi a la mitad la cantidad que se necesita para hacer cada tonelada de Clinker. Esto, a base de hornos más eficientes. Nosotros hemos invertido en esta tecnología desde el año 2000 cuando se amplió la planta de Sanarate. La planta de San Juan Sacatepéquez comenzó a trabajar con hornos de muy bajo consumo.

Y la otra medida ha sido optimizar esa cantidad de adiciones que se le pueden poner al cemento sin que sufra su calidad, las que deben ser muy bien estudiadas ya que no es como echarle agua a la sopa, sino que se comprueba la calidad. A veces son procesos de la naturaleza y otras, de tipo industrial.

¿Cuáles podrían ser esos procesos de sustitución?

Un ejemplo es que la industria del acero genera escorias en sus hornos (material que flota o sobra), que es muy parecido al Clinker. Entonces, en las plantas de cemento se puede usar, aunque en el caso de Guatemala no tenemos empresas que produzcan acero a base del mineral de hierro.

También hay otros tipos de materiales, como cuando se genera electricidad con carbón y quedan las cenizas volantes que también pueden servir como un aditivo para sustituir ese clinker. Hay una  planta de generación de energía con carbón en la ruta al Pacífico, que genera gran cantidad de cenizas y las hemos utilizado mezcladas con el concreto para reducir la huella de carbono.

Además, en Guatemala tenemos la ventaja de contar con esas adiciones naturales que mencioné producidas por los más de 20 volcanes que hay en el país y que se pueden encontrar en casi todo el Valle de Guatemala. Esas tecnologías se van a discutir en este nuevo Congreso regional.

¿Cómo se visualizan en 10 años tanto con la demanda de cemento como con la tendencia de sostenibilidad?

En el mundo desarrollado ya se construyeron ciudades e infraestructura de este tipo, pero Guatemala necesita todavía muchísimo, pues nos faltan carreteras, puentes, puertos, aeropuertos, mucha vivienda, edificios y otros, por lo que crecerá el consumo per cápita, que está en alrededor de 250 a 300 kilos al año. En los países desarrollados se ha llegado a consumir hasta 1,500.

En total, Guatemala consume más de 5 millones de toneladas anuales, de las que nuestra participación de mercado es de casi 4 millones y el resto, son otros jugadores e importadores de cemento.

Hay muchas marcas disponibles, algunas con contenido de clinker más alto. Pero estamos esperando que se reconozcan los beneficios de los cementos verdes y producidos con muy buena tecnología y bajos en emisiones de carbono, porque en Guatemala principalmente se busca cementos por precio y casi nunca se ve el efecto de las emisiones que pueda llevar cada saco. Cada productor debería especificar cuántas emisiones está vendiendo por saco de su producto.

Mario Orellana, gerente general Cempro para la Región de Guatemala y Belice, explica también la demanda de cemento y las tendencias de producción. (Foto, Prensa Libre: cortesía Cempro).

¿Cómo se trabaja con autoridades locales y otras partes interesadas en Guatemala para promover prácticas más sostenibles en la construcción?

Buscamos alianzas con las municipalidades en los temas de capacitación en general y planificación municipal para las obras y buscamos que la construcción pública o privada sea lo más sostenible posible. Es decir, que se usen productos de alta calidad y sin desperdicios.

Uno de estos es implementar la tecnología Building Information Modeling (BIM) que es una forma de llevar el control de edificaciones y abarcar el ciclo de vida completo de los proyectos, analizando cuánta energía va a consumir un edificio en el futuro y construirlo de manera que no necesite demasiado aire acondicionado, aparte de llevar agua a todos los niveles, lo más eficientemente posible.

¿Qué temáticas se abordarán Congreso C2: Cemento & Concreto Verde 2050, organizado por la Federación Interamericana del Cemento (FICEM)?

Este Congreso se realizará del 6 al 9 de mayo en la Ciudad de Guatemala, con más de 45 ponencias y cuatro conversatorios sobre productos sostenibles de cemento y concreto. En cuatro días se conocerá sobre la innovación y colaboración de la industria del cemento y el concreto de América Latina y el Caribe para explorar las estrategias y mejores prácticas en nuestra región, con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono para el año 2050.

Los participantes pertenecen a toda la industria de la construcción, principalmente cementeros y concreteros, para que vean de primera mano cuál es el avance de la tecnología para buscar cementos eficientes y resilientes al cambio climático.

¿Qué planes de inversión tiene Cempro para este año y a futuro?

Entre los planes principales está mejorar esa tecnología de arcillas calcinadas, para producir un clinker que emita menos carbono.  

Se trabaja en cómo sustituir los combustibles tradicionales que se usan y que normalmente son fósiles, derivados del petróleo o del carbón. Pero en Guatemala no hay una ley que permita e incentive que esos desechos lleguen de una manera económica a los lugares donde debieran procesarse, que incluyen materiales alternativos a los combustibles tradicionales. Hoy es más fácil y más barato ir a tirar desechos a los vertederos.

En Europa casi un 70% de lo que se usa para energía térmica se sustituye con desechos de otras industrias, porque todos contribuyen pagando lo que eso cuesta. Pero en Guatemala, si nosotros lo hacemos pagando por ello, nos sale al doble o triple de lo que nos cuestan los combustibles tradicionales, por lo que no es económicamente factible.

En otros países, lo que se ha hecho es cerrar los vertederos y de esa manera las municipalidades y el gobierno tiene que buscar formas alternativas de deshacerse de toda esa basura y residuos y muchos de ellos son subsidiados para llegar a las plantas a un costo razonable, de manera que las plantas de cemento lo puedan utilizar de una manera competitiva.

En Guatemala apenas sustituimos el 4% del combustible, mientras que en otros países como Costa Rica, llegan a 30 o 40% porque hay leyes. Por aparte, 30 millones de árboles han sido sembrados por Cempro, como parte de su compromiso con la reforestación desde 1985, a través de su programa Agrobosques, lo que ha absorbido una gran cantidad de carbono.

ESCRITO POR:

Rosa María Bolaños

Periodista de Prensa Libre especializada en medios escritos y radiales en temas de energía eléctrica, empleo, impuestos, empresas y negocios con más de 20 años de experiencia.