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Cardenal Álvaro Ramazzinni: La falta de solidaridad con los deportados es increíble

Líder de la iglesia católica guatemalteca hace llamado para solidarizarse con los migrantes que han sido deportados por EE. UU. y México.

Ramazzini es cardenal desde el 5 de octubre pasado. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Ramazzini es cardenal desde el 5 de octubre pasado. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El cardenal guatemalteco Álvaro Ramazzini, obispo de la Diócesis de Huehuetenango, habló con Prensa Libre acerca de la forma cómo el Estado guatemalteco y la sociedad en general ha recibido a los migrantes que han sido deportados desde EE. UU. y México en medio de la emergencia por la pandemia del coronavirus.

Ramazzini es crítico de la forma como los guatemaltecos han dado la espalda a quienes otrora enviaban miles de dólares en remesas familiares con las cuales se sostenía la economía, y que ahora regresan deportados, posiblemente sin dinero, con deudas y estigmatizados.

¿Cómo analiza la situación que están atravesando los guatemaltecos que han sido deportados en medio de la emergencia por el coronavirus y que son rechazados en sus comunidades?

Lamento muchísimo la falta de solidaridad de nuestra gente hacia nuestra propia gente. Media vez los migrantes mandan remesas y dinero todos están felices, pero ahora cuando ellos necesitan apoyo porque los deportaron y están sin trabajo… Estuvieron detenidos, quién sabe cuántos días, al venir la falta de solidaridad es increíble. ¿Como es posible que no nos ayudemos unos a otros?

Moseñor Álvaro Ramazzini, respecto a las personas que han rechazado a los migrantes deportados.

¿Qué ha pasado con esta solidaridad, cuál es su análisis?

Yo creo que tiene que ver con el bienestar que todos queremos y al cual tenemos derecho. Cuando en muchas comunidades la situación ha sido de precariedad y pobreza y de repente logran tener un estatus de mayor bienestar este se convierte en una fuerza de atracción que nos hace ser muy egoístas no queremos perder ese estado de bienestar, y cuando —esa pérdida— incluye enfermarnos o morirnos, más la información que no es objetiva va creando bulos.

Además, la historia de nuestro país ha sido de tanto dolor y muerte durante el conflicto armado que hizo que muchas personas se volvieran egoístas e individualistas. Nos hemos vuelto, así como que cada uno busca salvarse como pueda y no le importa pasarse sobre el prójimo y es triste porque es un país donde el 98 por ciento nos declaramos cristianos y el mandamiento más grande es amar al prójimo como a uno mismo, pero que lejos estamos de vivirlo, aunque estoy generalizando porque hay familias que son generosos y ayudan a las personas, pero otras no.

¿Entonces, cree que parte del problema es que ha habido desinformación y esto termina sobrepasando a la solidaridad?

La gente actúa más empujada por miedo que por caridad, lo cual hasta cierto punto se comprende, pero no se puede aceptar.  Es verdad que el pánico que se ha creado por el coronavirus por una falta de información objetiva y serena influyen en estas decisiones. Por eso es importante que los que han sido deportados sean puestos en cuarentena para que de esta manera se pueda verificar que no vienen contagiados, seguramente algunos vienen, desgraciadamente así será, pero no todos serán así. Eso preocupa, pero también es preocupante la seguridad en las fronteras tenemos muchos puntos fronterizos donde no hay un control.

Migrantes deportados de Estados Unidos llegan a Ciudad de Guatemala. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

 

¿Qué tan grande es este problema en Huehuetenango como para pensar que eso provoca la actitud de rechazo de ciertas personas?

En Huehuetenango tenemos muchísimos puestos fronterizos donde no hay un control ni de Migración ni de ninguna clase, y ahí hay un gran trasiego de personas, se habla de varios camiones y picops que han llegado a San Mateo Ixtatan si ningún control y eso es peligroso. Tengo información de primera mano de gente que venía desde Quintana Roo y entraron en camiones en horas en las que no había ningún control por la zona de Pojom e Ixquisis, ahí debe haber un control porque quién sabe cómo vienen estas personas. La situación tiene diferentes aspectos en donde se involucra a las autoridades municipales, gubernamentales y la comunidad, pero claro, si todos tuviéramos un espíritu de solidaridad juntos tendríamos que encontrar los mejores caminos para no ser discriminatorios ni ser tan duros con los que quieren regresar a sus casas.

¿Qué responsabilidad debe tener el Estado con estos migrantes?

Debe aceptarlos y garantizarle seguridad a su regreso y también al resto de la población para evitar el contagio. He visto las fotografías del aeropuerto en donde ha habilitado un área para recibir a los deportados, esa es parte de la responsabilidad del Estado, pero no debe ser solo del presidente o del Organismo Ejecutivo, también deben involucrarse, alcaldes y alcaldes auxiliares. En Cuba, por ejemplo, aunque ahí era con otros fines, tenían una organización en donde había un encargado del barrio que tenía que ver quién llegaba, por qué y para qué lo hacía. Un sistema de control así para el bien común sería fabuloso.

El cardenal Álvaro Ramazzini asegura que no es cristiano estigmatizar y rechazar a los migrantes deportados. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

 

¿Y qué responsabilidad ha tenido el Estado en la forma cómo están tratando ahora a los migrantes retornados?

La responsabilidad no es solo de este momento, sino tiene que ver con las causas por las cuales nuestros compatriotas tiene que irse a EE. UU. En este querido país llamado Guatemala todas las políticas públicas de hace años no se han cumplido y no han resuelto los graves problemas de pobreza y desempleo para la gran mayoría de los guatemaltecos y en ese sentido el guatemalteco se va al norte. En ese sentido, el estado ha tenido una responsabilidad gravísima y hay que mencionar la clase política que hemos tenido, los congresos, ministerios, que no han tenido visión de largo plazo.

¿Cómo analiza la forma cómo el Gobierno se ha organizado para recibir a los deportados y cómo ha manejado la crisis?

Hacen sus esfuerzos. El ministro Pedro Brolo hace lo que puede. Ahora se aprobaron grandes préstamos y viene un tema muy importante, qué auditoria vamos a hacer del uso de estos préstamos. Tenemos exigir al Estado que ese dinero dé los resultados que debe dar y que sirva para defender la vida de los más indefensos, ancianos, campesinos, comerciales informales o gente que ha sido despedida de sus empleos.

¿Qué piensa de la situación que están atravesando los guatemaltecos que aún permanecen en EE. UU.?

En EE. UU. los compatriotas que han podido quedarse están pasándola muy mal, sin trabajo y ya no pueden enviar el dinero que necesitan sus familias, y sobre todo no pueden acceder a los servicios de salud. Creo que el presidente —Donald Trump— tiene la autoridad suficiente para dar una orden y decir ‘no importa que su estatus sea documentado o no, o si tiene visa o no, usted es un ser humano y nosotros en EE. UU. defendemos los derechos de las personas’. Eso esperaría de un presidente que se dice cristiano y se dice ser responsable de un país que tienen tantos medios.  No se trata de indocumentados, sino de seres humanos que están allá porque aquí, desgraciadamente su propio país no les dio la oportunidad de una vida digna.

EE. UU. ha enviado a guatemaltecos deportados que ya venían contagiados de covid 19. (Foto Prensa Libre: HemerotecaPL)

 

Desde un punto de vista religioso ¿Qué mensaje le da a la gente que ha estigmatizado o rechazado a los migrantes deportados?

Que, si realmente se consideran cristianos católicos o no, que actúen en concordancia con lo que dicen ser. No se trata de, cuando llegan, invitarlos a comer o hablar con ellos, tampoco se trata de eso, es lógico. Pero si se consideran cristianos que no olviden que el mandamiento más importante es amar al prójimo. Si no lo viven que no se digan cristianos y que se declaren ateos, agnóstico… pero que no estén jugando con su identidad de discípulo de Jesucristo.

En Italia hay doctores y sacerdotes que han muerto por atender a personas con el virus, y nos están dando un ejemplo de heroísmo que nace de la fe. Todo esto que está pasando es porque en el mundo nos hemos olvidado de eso, del amor. Hemos destruido la naturaleza, descuidado unos de otros, y no ponemos atención a realidades de sufrimiento y dolor.

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