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Coronavirus: Deportaciones desde EE. UU. y México vulneran plan de aislamiento

Más de 800 guatemaltecos han sido retornados al país desde que comenzaron las medidas restrictivas para contener el covid-19, entre ellas el cierre del Aeropuerto Internacional La Aurora.

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En Momostenango, las personas continúan reuniéndose en el parque central antes de las 16 horas, las ventas de comida siguen instaladas y la gente sigue consumiéndolas. (Foto Prensa Libre:)

En Momostenango, las personas continúan reuniéndose en el parque central antes de las 16 horas, las ventas de comida siguen instaladas y la gente sigue consumiéndolas. (Foto Prensa Libre:)

La probabilidad de que el coronavirus covid-19 llegue a la provincia en algún vuelo de deportados tiene en alerta máxima a los municipios en la provincia. Algunas autoridades ordenan una segunda revisión de los retornados, mientras otros piensan en aislarlos para evitar la propagación del virus.

En Momostenango, Totonicapán, el alcalde quiere hacer obligatoria la portación de mascarilla; además, desde un vehículo se advierte a los pobladores del casco urbano que deben cerrar los mercados al mediodía y que deben permanecer en sus casas.

De este municipio es originario el único guatemalteco que hasta el momento ha sido deportado desde EE. UU. y que ha dado positivo al covid-19. Un hombre de 29 años que regresó al país el pasado 26 de marzo en un vuelo junto con otros 40 connacionales, y que días después comenzó a padecer los síntomas.

Como no se divulgó su nombre, se identifica como paciente 36, ya que fue ese el número caso confirmado por el presidente Alejandro Giammattei.

La Cancillería guatemalteca aún hace consultas y averiguaciones para determinar dónde contrajo el virus, aunque muy probablemente ocurrió en el centro de detención donde estuvo antes de ser deportado, información que tampoco ha sido facilitada.

Dos personas pasan el tiempo en el parque central de Momostenango, Totonicapán. (Foto: Prensa Libre)

Santiago Chanchavac, jefe edil de esta localidad ubicada a 200 kilómetros de la capital y a dos mil 200 metros sobre el nivel del mar, la insistencia de la comuna comienza a dar sus frutos, ya que cerca del 60 por ciento de la población, calcula, ya utiliza mascarilla.

Se acercó al centro de Salud

 

Personal del Centro de Atención Integral Materno Infantil refirió que el paciente vive en una colonia en la periferia de Momostenango y que regresó con su familia con normalidad; sin embargo, días después comenzó a sentir molestias y buscó ayuda en aquel lugar.

En ese centro de Salud hay un área específica para aislar a pacientes que presenten síntomas de ser portadores del virus. Luego de permanecer ahí, el paciente 36 fue enviado a Villa Nueva donde se confirmó que tenía covid-19.

Se desconoce con cuántas personas tuvo contacto el paciente 36, lo cierto es que, aparte del resto de deportados y del personal del Instituto Guatemalteco de Migración que lo atendió, también fue llevado en un camión del Ejército junto con más personas hacia la cabecera departamental de Totonicapán, de ahí, por sus propios medios tuvo que ver cómo llegaba a su natal Momostenango.

Así lo establecen los protocolos establecidos.

En un esfuerzo por contener la propagación del virus en el municipio, las autoridades han ordenado mantener cuarentena domiciliar al menos a 60 personas, muchas han regresado deportados desde México, o bien sea han ingresado a país por puntos ciegos; no obstante, también hay algunos que han retornado de manera legal e incluso hay unos que han vuelto desde Europa.

Una mujer ofrece verduras en el mercado de Momostenango antes del mediodía, cuando por orden gubernamental deben cerrar. (Foto Prensa Libre)

 

Personal del centro de Salud hace un esfuerzo por acudir todos los días a las viviendas de las personas en cuarentena para verificar cómo evolucionan y medirles la temperatura, incluso a la familia del paciente 36, cuya vivienda mantiene vigilancia policial.

Pasan desapercibidos

 

A pesar del optimismo del alcalde, es notorio cómo algunas personas en Momostenango no están conscientes del riesgo.

En el parque central, bajo un sol radiante, muchas personas conversaban, incluso sobre el coronavirus y la tragedia que ha causado en Estados Unidos y China, afirmaron que están de acuerdo con las medidas del Gobierno; sin embargo, nadie portaba mascarilla, mucho menos guantes.

A pocos metros del parque hay diversos negocios de comida, ventas de tortillas con carne, panes con salchicha y otros alimentos.

En otras palabras, todos están conscientes del riesgo que significaría contraer coronavirus, pero por momentos, pareciera, sienten que no les va a afectar, cuando tienen un caso en su propia comunidad.

Las personas que se observan en el parque no dejan de conversar hasta que pasa el vehículo del centro de Salud con el altoparlante pidiéndole al grupo que se separe y que si no tienen nada urgente que hacer se resguarden en sus viviendas.

Como sucede en la capital, la economía informal se las ha ingeniado para vender tapabocas. (Foto Prensa Libre)

 

Segunda revisión

 

En Quiché continúa el arribo de retornados desde EE. UU. Este martes llegaron cinco jóvenes y tres menores de edad. Las autoridades del Área de Salud del departamento les hacen una segunda revisión para descartar que el virus llegue con uno de ellos; además se les hace conciencia de que deben guardar cuarentena domiciliar.

Solo a este departamento han sido deportadas 128 personas, aunque de estas 85 ya pasaron el tiempo prudencial de cuarentena sin que presentaran síntomas.

Sin embargo, de continuar arribando, posiblemente hay problemas. Francisco Rosal, director de esa área de Salud, precisó que no tienen suficiente personal, y que tampoco hay muchos agentes de la Policía Nacional Civil para resguardar las viviendas de los retornados, por lo cual apela a autoridades comunitarias para que ayuden a hacer cumplir el encierro.

Vecinos temen que el virus se propague. “Imagínese con uno que desarrolle la enfermedad en alguna comunidad, esto sería un desastre”, afirmó Claudia Méndez, de Santa Cruz del Quiché.

Por su parte, el obispo de Quiché, Rosolino Bianchetti, abogó por los retornados al recordar que llegan con deudas, sin dinero y ahora señalados por su comunidad de ser portadores del coronavirus.

Un bus con deportados llega a la cabecera departamental de Quiché. (Foto Prensa Libre: Héctor Cordero)

Deambulan por las calles

 

En Quetzaltenango la situación es complicada, puesto que solo en la última semana llegaron a la cabecera departamental 21 buses con migrantes deportados de Tapachula, México, por lo que las autoridades municipales decidieron prohibir el ingreso de estos buses que transporten adultos. A los menores de edad sí se les permitirá el ingreso bajo los protocolos estrictos de seguridad.

Los buses de placas mexicanas dejan a los migrantes en Las Rosas, zona 5 de la cabecera. La mayoría llega sin recursos para transportarse a sus departamentos de origen. Llegan de Petén, Alta Verapaz, Quiche, Huehuetenango, entre otros lugares.

“Nos preocupa dónde vamos a tener a todas las personas que se quedan en calles y avenidas, se va generar mucho más desorden”, expresó Hugo Urizar, encargado de Gestión de Riesgos de la Municipalidad de Quetzaltenango.

Cálculos municipales apuntan a que en la ciudad hay unos 400 migrantes que han ido deportados y deambulan por las calles sin un lugar donde residir, razón por la cual la comuna ya no permitió la llegada de estos buses.

Soldados guatemaltecos utilizan mascarilla mientras custodian el transporte en donde migrantes deportados desde los Estados Unidos serán conducidos al interior del país desde la Fuerza Aérea Guatemalteca. (Foto Prensa Libre: EFE)

 

“Estamos en toda la disposición de ayudar pero que se hagan las cosas correctamente y no solo que los vengan a dejar aquí”, dijo el alcalde Juan Fernando López. Se espera que el viernes de esta semana autoridades mexicanas y guatemaltecas se reúnan para abordar la problemática.

Cientos de deportados

 

Los vuelos de deportados desde EE. UU. son los únicos que no se han detenido desde que Guatemala decidió cerrar su aeropuerto internacional para evitar el arribo de extranjeros, como una medida para contener la propagación del coronavirus.

Estos vuelos se suspendieron apenas dos días, luego se reanudaron. Desde la emergencia han retornado al país 808 guatemaltecos desde EE. UU. todos debieron pasar antes por centros de detención con decenas, tal vez cientos de prisioneros.

Asimismo, la oficina de ICE (Aduanas y Protección Fronteriza, en inglés), encargada de repatriar a quienes ingresan sin autorización a EE. UU., ha reconocido que por lo menos dos miembros del personal en centros de detención han dado positivo a la prueba del covid-19, mientras que hacen monitoreos en por lo menos otras nueve prisiones.

Según ICE, se sigue un protocolo de vigilancia con cada deportado previo a abordar el vuelo; sin embargo, es de recordar que los síntomas del covid-19 pueden presentarse hasta dos semanas después de haberse contraído el virus.

Los v uelos de deportados son los únicos que siguen arribando a suelo guatemalteco. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

 

De momento, se desconoce en qué fecha ingresó el paciente 36 a EE. UU., cuándo fue detenido y en qué prisión o prisiones estuvo previo a ser devuelto al país.

El Ministerio de Relaciones Exteriores aún no ha ofrecido el dato, tampoco ha confirmado si algún consulado tuvo contacto con él, ya que este se establece solo cuando el migrante lo solicita.

Tampoco se ha dado a conocer si producto del primer caso de un deportado con covid-19 se suspenderá el arribo de estos vuelos. Un portavoz de la Cancillería indicó que se mantienen pláticas al respecto, pero no ha confirmado si estos seguirán, aunque este martes no arribó ninguno.

*Con información de: María José Longo, Mike Castillo y Héctor Cordero.