Comunitario

Estudio identifica impacto de rumores en el control de la pandemia en Guatemala

La desinformación atrasa la vacunación en la provincia. Un estudio encontró el origen de uno de los rumores en un reportero de Fox News que hablaba desde su cuenta de twitter sobre pruebas de diagnóstico contaminadas para que la gente desconfiara del virus.

Trabajadores del Ministerio de Salud recorren varias cuadras en casa en casa para pedirles a las personas que se vacunen contra el Covid 19 esto en aldea Canaan del municipio de Chisec ​ Alta Verapaz. (Foto Prensa Libre: Erick Ávila)

Trabajadores del Ministerio de Salud recorren varias cuadras en casa en casa para pedirles a las personas que se vacunen contra el Covid 19 esto en aldea Canaan del municipio de Chisec ​ Alta Verapaz. (Foto Prensa Libre: Erick Ávila)

La desinformación alrededor de la pandemia del covid-19 y la vacunación como una de las medidas más eficaces para contrarrestarla es uno de los desafíos por los que se enfrentan actualmente las autoridades de gobierno y municipales.

Un estudio ejecutado a mediados del 2020 por la organización Global Communities presenta el impacto de los rumores para la atención de la pandemia y cómo estos pueden ser contrarrestados con mensajes “antirumor” en colaboración de líderes comunitarios.

El uso del rumor en emergencias sanitarias no es nada nuevo, explica el antropólogo Engel Tally al comentar que existe documentación de cómo líderes políticos y religiosos emprendieron una campaña de desinformación contra la vacunación contra el polio en Nigeria en 2003, lo que provocó que la población creyera que las vacunas estaban contaminadas con el Virus de Insuficiencia Humana (VIH) o que causaban infertilidad.

Tally explica cómo los rumores son recursos narrativos de las personas para explicarse cosas que no conocen, especialmente en contextos de incertidumbre. Por lo que una pandemia resultó ser el momento en el que estos predominaron en el ambiente, más allá de la información oficial.

Así lo explica también Guillermo Hegel, director de Programas de Salud de Global Communities “la cantidad de información que circula en las redes sociales es en volumen mucho mayor que una campaña que normalmente puede hacer una oficina de estado, otra parte que incide es la credibilidad que puedan tener las instituciones y la presencia física que tengan las autoridades en las aldeas o comunidades”, agrega.

El estudio ejecutado en seis municipios del departamento de Guatemala y en siete municipios de Huehuetenango dio seguimiento a 526 rumores, de los cuales el 62% de ellos circulaba entre la comunidad, el 20% se compartía en espacios públicos como la plaza o el día de mercado y el 18% surgía en los medios de comunicación o redes sociales.

“Los rumores inician de distintas fuentes. Capturamos uno en Villa Nueva que se refería a que las pruebas de covid-19 estaban contaminadas y logramos identificar que esto venía de un reportero de Fox News de Estados Unidos y que se compartió en las redes sociales pese a que Twitter botó el mensaje de este reportero” comenta Tally.

Los expertos clasificaron estos rumores en cuatro categorías y el nivel de riesgo que podría provocar en la población. La primera categoría se refería a la inexistencia del virus cuando la gente decía que era un “invento del gobierno para robar dinero”, la segunda era sobre el cuestionamiento a las medidas de prevención al resistirse a usar la mascarilla, la tercera se refería a subestimar la gravedad de la enfermedad al creer que se trataba de una simple gripe y la cuarta categoría incluía los rumores en cuanto a la automedicación al pensar que con hierbas naturales se podían curar.

“El no creer en el virus estaba asociado a la poca credibilidad que tienen el Estado combinado a un trasfondo religioso, eso nos ayuda en comprender la situación en otras dimensiones y que al no confiar en el sistema de salud las personas están tratando de paliar la situación en la medida que ellos creían posible”, explica Tally.

Campañas “antirumor”

Luego de detectar los rumores que se esparcían en el ambiente, este proyecto generó mensajes que suplían la necesidad de información de la población a través de estrategias realizadas a nivel comunitario en donde se enviaron spots radiales, se hicieron perifoneos, mantas, afiches y se enviaron mensajes de texto y de whatsapp en los idiomas mam y q’anjob’al.

Esto estuvo acompañado de conversaciones interpersonales con líderes comunitarios. Esto, a decir de los involucrados, debe replicar el gobierno ya que Tally menciona que la desinformación durante este 2021 es mayor que la que observaron el año pasado.

En le ley de emergencia para la atención del covid-19 que aprobó el Congreso en septiembre de este año se contempló un apartado específico donde ordena a la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia (SCSP) a ejecutar campañas de información, sensibilización y divulgación donde deben incluir cómo se previene el covid-19, los síntomas y señales de peligro que requieren hospitalización, la importancia y beneficio de la vacuna y el protocolo de atención para tratar las secuelas de la enfermedad.

La SCSP informó que se están apoyando en estudios antropológicos hechos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para comprender las causas estructurales de la renuencia a la vacunación y que esperan que en las próximas semanas puedan empezar a lanzar los primeros mensajes de la nueva campaña de información.

Mientras tanto, Tally y Hegel mencionan que la metodología del trabajo que realizaron en Huehuetenango y Guatemala es libre para que las autoridades puedan usarlo.

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