Comunitario

Marina Alvarado ejemplo de desarrollo comunitario

En la aldea Sacalá Las Lomas, paraje Pachún, Chimaltenango, las mujeres decidieron tomar las riendas de su futuro. La impulsora de este cambio  es Marina  Alvarado, una mujer de 41 años que descubrió que  la capacitación y la lucha constante son pilares para construir el desarrollo de su comunidad.

Marina Alvarado enseña a las mujeres a desarrollar sus capaciades y asumir un papel protagónico en la sociedad. (Foto Prensa Libre: Aminta Montes)

Marina Alvarado enseña a las mujeres a desarrollar sus capaciades y asumir un papel protagónico en la sociedad. (Foto Prensa Libre: Aminta Montes)

A 70 kilómetros de la capital, al occidente del país, se encuentra San Martín Jilotepeque, Chimaltenango, un lugar que ofrece paisajes llenos de color y un clima cálido. Detrás de las montañas se encuentra la aldea Sacalá Las Lomas, paraje Pachún, donde las mujeres decidieron tomar las riendas de su futuro.

Con esta idea nació, hace más de seis años, la Asociación de Mujeres Emprendedoras K’o Samuj Junan, que en idioma kaqchiquel significa “mujeres unidas”.

Esta entidad  brinda a más de  75 familias, tanto de Las Lomas como de Chimaltenango, la oportunidad de cambiar su futuro a través de la capacitación en equidad de género y el procesamiento de productos locales para poder abrirles nuevos mercados y con ello obtener ingresos.

“La asociación funciona y brinda educación, capacitación y salud, pero esto es posible porque todas las mujeres que pertenecemos a la entidad trabajamos juntas”, enfatizó Marina Alvarado.

El apoyo y los resultados de su trabajo se ven reconocidos ahora con el premio Mujer Avon,  que servirá para construir una cocina para  enseñar a las mujeres platillos nutritivos utilizando lo que ellas mismas cultivan.
“Hay mucho que hacer aún, pero con la ayuda de Dios vamos hacia adelante”, añade.

Dentro de los sueños  y anhelos está la creación  de una ruta turística para generar  empleo,  alcanzar a más comunidades con  cursos y talleres de  capacitación, y que el descubrimiento de k’aslem che’ —árbol de la vida, en kaqchiquel—, que es una planta que ofrece  múltiples beneficios para la salud,  sea investigada y más personas puedan adquirirla.

¿Cómo recuerda su  niñez?

Yo no tuve acceso a la educación. Éramos nueve hermanos, por esa razón me tocaba  ayudar con los quehaceres del hogar, así que la escuela no era prioridad; solo asistí dos años, pero en el fondo anhelaba una realidad distinta a la que vivía.

¿En su juventud cómo afrontó las carencias?

Me casé siendo muy joven, tenía 17 años y pensé que esta decisión me ayudaría a conseguir mis sueños, pero el
círculo de la pobreza se repetía, así que  si quería algo distinto debía actuar de otra manera para cambiar mi propia realidad.

¿Y cómo fue ese cambio?

Las limitaciones económicas me hicieron buscar una forma de apoyar a mi esposo con los gastos del hogar. Entonces inicié con la venta de  comida y café en la madrugada, esto sin descuidar la casa, pues mis hijos siempre estuvieron conmigo. Cuando eran pequeños los ponía dentro de  un perraje a la espalda y salía a trabajar. Mi mayor deseo era salir adelante y eso no se logra si no se trabaja y lucha por ello.

En corto

  • Nombre:  Marina Alvarado Muchuch
  • Lugar y fecha de nacimiento:  Chimaltenango, 26 de diciembre de  1973
  • Reconocimientos:   Este año  fue galardona con el Premio Mujer Avon

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