Guatemala

Menor cayó en trata por una amistad

Con tan solo 16 años de edad, Lucrecia Rodas ya es madre de un niño de 2 años y ha sido víctima de trata de personas en la modalidad de explotación sexual. Ese no es su verdadero nombre, ya que se debe resguardar su identidad.

el albergue temporal protege a víctimas de violencia sexual, trata de personas y explotación.

el albergue temporal protege a víctimas de violencia sexual, trata de personas y explotación.

Rodas convive en la actualidad con otros 28 adolescentes y niños en uno de los albergues temporales de la Secretaría contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas (SVET).

La adolescente relató que cuando tenía 12 años se hizo novia de un joven de 20, aproximadamente. A los 13 años se fue a vivir con él y los 14 tuvo a su bebé.

“Todo ese tiempo estuve viviendo con él, hasta el 2015, pero me separé de él porque me pegaba mucho, me trataba mal física y psicológicamente, y abusaba de mí a veces”, recordó mientras sostenía a su hijo. Luego se fue a vivir con su madre.

Rodas narró que una conocida de la colonia le comentó que trabajaba en un lugar y le preguntó si quería ir. “Le dije que me gustaría ir solo a bailar, y me dijo que estaba bien, que como yo no tomaba me iban a preparar unas bebidas que eran con gaseosa, para engañar a los clientes, y que ellos sí bebieran. Luego me dijo: ‘mirá, tenés que empezar a tomar cerveza porque no vas a aguantar’, y que así no se podía porque yo rápido me desesperaba, y me dijo que si estaba sobria no iba a aguantar que me estuvieran tocando”, refirió con la voz quebrada.

“La verdad es frustrante porque a veces yo me ponía mal y me decía ¿qué hago aquí? Uno se siente a veces como sucia… uno a veces no sabe escoger a sus amistades”, comentó.

Denuncia

Rodas refirió que al dueño del bar se le ocurrió hacerle implantes en el busto y cadera, para ganar más, pero ella debía pagar con trabajo. Contó que el día que llegó a su casa con la cirugía, su madre se asustó y lloró. Luego su conviviente, al verla así, le pidió que regresara, pero como ella no aceptó, puso la denuncia, pero acusó a la madre de tratante.

En el área de Psicología del albergue informaron que la menor era obligada a trabajar aunque estuviera en su período menstrual, era drogada y debía competir con otras jóvenes para dar más servicio. Además estaba amenazada para que regresara a trabajar, ya que solo iba tres días por semana.

“Solo le doy las gracias a las personas que hicieron que esté aquí, aunque sea lejos de mi familia, y es triste saber que voy a pasar la Navidad lejos de mi mamá, pero me sirve para buscarle el lado positivo a la vida. Me ayudó a ser una mejor mamá y darme cuenta que me estaba perdiendo del crecimiento de mi hijo”, señaló.

Rodas dijo que se siente culpable porque ahora le quieren abrir un proceso a su madre porque consideran que puede ser la tratante, e incluso le quieren quitar a sus hermanitos, pero la menor asegura que su mamá no lo sabía porque ella estudiaba, y los días que se iba al prostíbulo le decía que iba a trabajar como edecán, pues necesitaba ganar dinero para cubrir sus gastos.

ESCRITO POR: