El franciscano italiano llegó el 16 de enero de 1960 y durante su permanencia en este país ayudó sobre todo a los campesinos a que pudieran conservar sus tierras, lo que tras múltiples amenazas le costó la vida el 1 de julio de 1981 cuando fue asesinado mientras circulaba en un vehículo junto con Arroyo Navarro.
La declaración del “martirio” es decisiva para la beatificación, ya que entonces no es necesario reconocer un milagro, por lo que ahora se tendrá que decidir la fecha para la ceremonia en la que serán proclamados beatos.