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Tan solo el 5% de médicos en Guatemala son neumólogos o internistas

Tan solo 4 de cada 10 médicos en el país trabaja en Salud Pública, una carencia que se agudiza cuando, al revisar la cantidad de médicos internistas y neumólogos, especialidades imprescindibles en la pandemia, tan solo son el 5% de médicos activos en Guatemala.

Los médicos son los que están en primera línea del frente de batalla frente al covid-19 y a muchos no se les ha pagado su sueldo. (Hemeroteca PL)

Los médicos son los que están en primera línea del frente de batalla frente al covid-19 y a muchos no se les ha pagado su sueldo. (Hemeroteca PL)

Con insuficiente personal médico, principalmente en el sistema público de Salud, el país encara una pandemia con un rezago histórico que podría cobrar muchas vidas, y en el cual la mejor salida para no colapsarlo es no enfermarse.

El ritmo de contagios este mes creció a un promedio de dos mil 600 a la semana, al mismo tiempo que las autoridades han admitido por primera vez que el incremento de muertes tiene relación con las precarias condiciones del sistema nacional de Salud.

La emergencia obliga a revisar la capacidad de hospitales y disponibilidad de camas, pero, también, cuántos profesionales de la medicina hay para combatir, en primera línea, los miles de contagios.

De acuerdo con datos del Colegio de Médicos de Guatemala, son 21 mil 461 profesionales de esa rama se han colegiado en la institución; sin embargo, solo 15 mil 910 permanecen activos, eso significa que hay 0.97 médicos por cada mil habitantes, si se toma en cuenta que la población total del Censo 2018 es de 16 millones 346 mil 950.

Esta tasa es la segunda más baja de Centroamérica, solo por encima de Honduras que para el 2017 tenía una tasa apenas del 0.3 por cada mil habitantes, según datos recopilados por el Banco Mundial. De la región, Costa Rica, con 2.9 es el país que tiene el promedio más alto.

Desde luego, el promedio de Guatemala no se compara al de los países de primer mundo, donde las tasas de médicos por cada mil habitantes son mucho mayores, y donde a pesar de ello el covid-19 causó estragos, muertes e hizo colapsar sistemas de salud; por ejemplo, Italia (4), España (3.9) o Reino Unido (2.8).

De este grupo de más de 15 mil médicos activos, tan solo 4 de cada 10 labora para el sistema de salud pública, el resto ejerce en lo privado, y es en los hospitales nacionales donde más demanda hay de los facultativos.

Aquí cabe otra variable: no todos los médicos cuentan con una especialidad médica y no todas las especialidades garantizan una capacidad adquirida para combatir infecciones como las que provoca el covid-19.

Médicos internistas y neumólogos son las especialidades que más demanda tienen en medio de la pandemia y en Guatemala, tan solo 769 están registrados ante el colegio de médicos como internistas y tan solo 33 en la especialidad de neumología.

Si bien es cierto, se calcula que el 90 por ciento de los pacientes infectados es asintomático o presenta síntomas leves que no requieren acudir a un hospital, los casos restantes que representan el 10% sí lo necesitará. Si se toma el promedio semanal de junio, significa que 260 nuevos pacientes por semana precisarán de hospitalización para recuperarse, y algunos cuidados intensivos.

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Cambio de actitud

El epidemiólogo Arturo Sánchez López, considera que la clave para aumentar el número de médicos en el país es crear más fuentes de empleo y ofrecer mejores salarios.

Dicho esto, Sánchez tiene claro que la clave para contener la pandemia y lograr reducir la curva de contagios radica en los ciudadanos, quienes deben de cambiar su comportamiento, algo con lo que podría contribuir una eficiente campaña de educación.

Para el exvicepresidente Rafael Espada, médico cardiólogo, “es obvio que la cantidad de médicos que hay en Guatemala es vergonzosa”, además de que es producto de que ningún gobierno ha tenido visión de país.

Ahora, recalca, es imposible pretender graduar médicos en seis meses, por lo cual la responsabilidad para detener el avance de la enfermedad y reducir al mínimo la cantidad de muertes posible recae en los ciudadanos quienes deben poner en práctica todas las recomendaciones para evitar contagios.

Espada subrayó que esta epidemia debería ser el punto de partida para hacer una reingeniería del país y restablecer el “desastre” en que se encuentra el sistema de Salud. Precisó que el presidente Alejandro Giammattei tiene que aceptar críticas y dejarse aconsejar por tanques de pensamiento, puesto que “él no es perfecto ni omnipotente”.

Para hacer frente a la falta de médicos, Espada propone que al personal de enfermería se le podría capacitar para hacer trabajos de cuidados intensivos, puesto que se cuenta con una buena cantidad de personas que se desenvuelven en este rubro, casi 42 mil.

El pico actual de la enfermedad ya representa un colapso de los hospitales, tanto los de Salud Púbica, del Seguro Social e incluso algunos privados se ha sobrepasado la capacidad máxima, opina el presidente del Colegio de Médicos de Guatemala, José Luis Ranero.

Esta situación ya repercute en falta de camas, camillas, ventiladores, sistemas de administración de oxígeno, de tal cuenta coincide en que la forma más al alcance de los guatemaltecos para salir de este pico lo antes posible es el resguardo domiciliar, disminuir la circulación y extremar las medidas de higiene personal.

“Nos encontramos en franca contaminación comunitaria, esto se traduce en un gran número de casos”, advirtió el médico, que incluso recuerda que ha hecho falta practicar un número adecuado de pruebas lo que sugiere que existe un subregistro de personas infectadas.