Guatemala

¿Cómo pretendía una mujer ingresar una granada a la cárcel Canadá?

Una mujer fue capturada cuando pretendía ingresar una granada de fragmentación al Centro de Rehabilitación para hombres Granja Canadá en Escuintla. 

Rosa Aracely Meda Monterroso de 35 años, escondió el supuesto artefacto explosivo dentro de sus zonas íntimas.(Foto Prensa Libre: PNC)

Rosa Aracely Meda Monterroso de 35 años, escondió el supuesto artefacto explosivo dentro de sus zonas íntimas.(Foto Prensa Libre: PNC)

La mujer identificada como Rosa Aracely Meda Monterroso, de 35 años, escondió el artefacto explosivo dentro de sus zonas íntimas. La granada de fragmentación iba envuelta en una bolsa plástica y dos preservativos, informó la Policía Nacional Civil (PNC).


Pablo Castillo, vocero de la PNC, refirió que la mujer pretendía ingresar a dicho lugar, y entregar el artefacto explosivo a privados de libertad, que se sospecha provocarían un amotinamiento y huir del referido centro carcelario.

Meda Monterroso fue puesta a disposición del juzgado de turno de Escuintla, donde podría revelar a quien entregaría el explosivo y el supuesto uso que pretendían darle.

Anteriormente, la Policía Nacional Civil había revelado que las pandillas están practicando una nueva modalidad y en su estrategia por evadir la justicia, están utilizando a las mujeres y a los niños para el traslado de explosivos y otros ilícitos, con el objetivo que el trasiego pase desapercibido por las fuerzas de seguridad.

Antecedentes

En el referido penal las medidas de seguridad se incrementaron desde febrero, luego del traslado de 162 reos de la mara 18, quienes causaron motines y destrozos pocos días después de su llegada.

Debido a esa situación, los protocolos de seguridad aumentaron y en represalia, pandilleros dieron muerte a José María Pérez, Corado, 50, quien era director de dicha cárcel.

Temen en la población

Pobladores de comunidades cercanas a la prisión, quienes prefirieron el anonimato, indicaron sentirse atemorizados pues luego de la llegada de los pandilleros cada vez más familiares de estos llegan a vivir al sector y temen que el lugar se convierta en una guarida de pandilleros.

“Vemos gente tatuada que ha llegado a alquilar viviendas cercanas al penal y a partir de ahí se han desatado los asaltos, por lo que pedimos a las autoridades más vigilancia en el sector pues no tenemos paz”, manifestó un vecino.