Justicia

En centros de detención de mujeres se triplican casos de coronavirus

El Colectivo Artesana durante la crisis sanitaria ha dado a las reclusas víveres y equipo de protección personal.

El centro de Orientación Femenina (COF), en Fraijanes, Guatemala. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El centro de Orientación Femenina (COF), en Fraijanes, Guatemala. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

La pandemia del nuevo coronavirus sigue ganando terreno en el país, y en los últimos días se registró un incremento de casos en privadas de libertad, porque hasta ahora se reportan 28 mujeres contagiadas, según los datos que compartió la Dirección General del Sistema Penitenciario (DGSP).

La pandemia del nuevo coronavirus sigue ganando terreno en el país, y en los últimos días se registró un incremento de casos en privadas de libertad, grupo del cual se reportan 28 contagiadas, según los registros oficiales de la Dirección General del Sistema Penitenciario (DGSP), aunque los casos podrían ser más, pero no se han hecho los exámenes masivos para asegurarlo.

Los hechos comprobados dan cuenta que en dos semanas las cifras de infecciones entre las mujeres reclusas pasaron de siete a 28, se triplicaron; Carlos Morales, vocero de la institución, explicó que una de las privadas del Centro de Orientación Femenina (COF), en Fraijanes, enfermó de “neumonía”, pero cuando fue trasladada al hospital dio positivo a covid-19, lo que hace sospechar a las autoridades que su caso generó un foco de infección en el centro.

La versión oficial es que este caso no provocó el brote, porque salió por “neumonía”, fue aislada y en el centro no hay “muchos casos”. No obstante, la Oficina Nacional de Prevención de la Tortura piensa que son las autoridades penitenciarias las responsables de la salud de las internas, sobre todo de 50 reclusas adultas mayores que están en el COF con síntomas de covid-19.

Con respecto a esta situación, Morales afirmó que los enfermeros de la cárcel las evaluaron y “algunas” tenían síntomas, pero no tan alarmantes para que solicitaran pruebas al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) para descartar si estaban infectadas.

“Servicios médicos les harán nuevos exámenes y también daremos seguimiento para saber si alguna privada de libertad ha llegado con síntomas o enferma, para reportarlo. Hasta el momento no tenemos nuevos casos con base a los reportes que tenemos del centro”, apuntó el portavoz.

Además, el Colectivo Artesana, una organización que vela por los derechos de las presidiarias y sus hijos, y que propone políticas para el beneficio de privadas vulnerables, colaboró con la DGSP para que el sábado pasado se desinfectaran las áreas “más vulnerables” de la cárcel, entre las cuales está la de las personas adultas mayores y así limitar la propagación del virus.

¿Cómo enfrentan la pandemia?

Las privadas de libertad, al igual que los reos, tienen las visitas de familiares y amigos suspendidas desde marzo para evitar que se contagien, por lo que solo reciben encomiendas y la visita de sus abogados.

Hasta el pasado martes la población carcelaria ascendía a 25 mil 952 reos, de los cuales 13 mil 364 cumplen condena y 12 mil 588 están en prisión preventiva.

En el caso de las mujeres, el 11.21% forma parte de todos los reclusos, 1 mil 365 cumplen condena y 1 mil 545 está en prisión preventiva.

Andrea Barrios, coordinadora del Colectivo Artesana, dijo que desde marzo no ingresan a los sectores, por lo que no pueden explicar con certeza cómo están enfrentando la pandemia y qué situaciones atraviesan.

Aunque sí saben que hay mujeres con sintomas de covid-19, a quienes Salud ya realizó las pruebas, pero los resultados no llegan y, mientras tanto, las internas se recuperan sin tener certeza de qué enfermedad padecen.

Otra de las situaciones que atraviesan las privadas de libertad, explicó Barrios, es que debido a las medidas implementadas por el gobierno para limitar la movilización de las personas y la suspensión del transporte, para sus familias es muy difícil llegar a dejarles víveres y otros insumos, por lo que el Colectivo Artesana ha repartido alimentación cada 15 o 21 días para los niños que están con sus madres en el COF y Santa Teresa, en la zona 18.

Además, la organización también ha realizado entregas de insumos en Quetzaltenango, en Jalapa y en Alta Verapaz.

“A las mujeres que están en situación de vulnerabilidad por padecer enfermedades crónicas, son adultas mayores o están embarazadas también se les ha brindado equipo de protección para que salgan a recibir asistencia médica o cuando vayan a dar a luz a los hospitales”, informó Barrios.

Para el colectivo Artesana el mayor riesgo que tienen las privadas de libertad son las salidas para consultas médicas, donde también cada interna debe tomar sus medidas de precaución, como el distanciamiento social, lavado de manos y respetar las cuarentenas.

Artesana propone, además, que las mujeres que padecen enfermedades crónicas o quienes ya cumplieron una parte de su condena puedan tener acceso a un beneficio penitenciario.

Cuarentena en un camión

La Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) realizó una verificación el pasado 16 de agosto en el Centro de Detención Preventiva para Hombres de El Boquerón, Santa Rosa, y descubrió que las personas privadas de libertad de primer ingreso no tienen un espacio para hacer la cuarentena preventiva.

Durante la verificación de la denuncia encontró que 21 reos estaban en “cuarentena” dentro de un camión y otros 16 en una iglesia, y les abrían la puerta cuando tenían que hacer uso de los servicios sanitarios y de las duchas.

Carlos Morales afirmó que la DGSP conoce la situación y el Departamento de Análisis investiga el hecho.

Hasta la fecha, la institución confirmó 306 contagios entre los reclusos, de los cuales 54 están activos y 26 fallecieron. Además, hay 61 infecciones en el personal operativo, 21 en el administrativo y ocho en los prestadores de servicios de salud.

En opinión de Sandino Asturias, integrante de la Mesa Técnica para las Reformas Penitenciarias, nadie puede justificar tener a las personas por días encerrados en un camión porque es inhumano.

 

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