Montes no fue detenido por el Ejército de Guatemala, sino por la Policía Nacional Civil. Él permanece en prisión preventiva porque la jueza de Mayor Riesgo E, Eva Recinos, considera que hay indicios suficientes que sugieren que el exguerrillero dirigió un ataque contra un grupo de soldados el 3 de septiembre del año pasado, en la comunidad Semuy 2, El Estor, Izabal.
El Juzgado de Mayor Riesgo E, en audiencia de primera declaración, resolvió ligar a proceso penal a Montes por asesinato, asesinato en grado de tentativa y asociación ilegal de gente armada.
La Fiscalía de Delitos de Narcoactividad ha expuesto como indicio clave para procesar al exguerrillero el rastreo de llamadas telefónicas del 3 de septiembre del 2019 en Semuy 2 y áreas aledañas.
Según el rastreo de llamadas que presentó la Fiscalía, hay dos números telefónicos que usaba Montes, por medio de los cuales quedaron registradas comunicaciones con otras personas de Semuy 2.
Las llamadas
La Fiscalía solicitó a una empresa de telefonía el registro de llamadas efectuadas el 3 de septiembre del 2019 en Semuy, y se determinó que Montes tuvo comunicación con pobladores desde el número 5991-6852.
“Señora juez, usted puede ver en ese contexto la relación del horario de las llamadas en las que el señor César Montes se comunicó con esta persona, y esta persona realizó las otras llamadas, y lo ubican dentro las coordenadas en las que se dieron los hechos el 3 de septiembre del 2019, donde se les dieron muerte a los elementos del Ejército”, señaló uno de los fiscales.
Los registros de llamadas, según la Fiscalía, determinan que el exguerrillero el día del ataque a soldados permaneció en Semuy o cerca de la comunidad, y por lo menos se habría comunicado con siete personas.
Los fiscales expusieron que la información de los registros de llamadas telefónicas del día de los hechos surgió de la activación de dos antenas ubicadas cerca de Semuy 2, y que la empresa de telefonía cedió ese despliegue de comunicaciones.
Según los indicios, las antenas Pataxte y Chinebal, que funcionan en montañas aledañas a Semuy 2, se activaron y registraron las llamadas de Montes antes del ataque, en el horario de la muerte de los soldados y en gestión de evacuación de los cadáveres.
“Otra relación de llamadas son las del número 45257859 —con quien se comunicó Montes al inicio—. Hay llamadas a las 13.46 horas, es decir, entre el rango de llamadas en los horarios que realizó César Montes a esta persona y activa la antena telefónica ubicada en el rango de las coordenadas que se ubican en el lugar de los hechos”, precisaron los fiscales en la audiencia.
El despliegue de comunicaciones que presentó la Fiscalía expone que el día en que fueron atacados los soldados, Montes registró 53 llamadas con siete personas en Semuy 2. Según los registros el exguerrillero, llamó desde las 12.51 a las 21 horas.
La Fiscalía y los testimonios de los soldados sobrevivientes han expuesto ante la jueza que a las 13 horas del 3 de septiembre de 2019 fueron retenidos por pobladores y trasladados a la escuela de la comunidad.
Según la investigación preliminar, el ataque habría ocurrido de 13 a 16 horas, y solo en ese período Montes realizó 27 llamadas con personas en el área de ubicación de dicha comunidad.
Los fiscales presentaron a la jueza la declaración de Alberto Choc Cuc —procesado en el caso—, en la cual relata: “Los soldados, al ver lo que les sucedió a sus compañeros, salen huyendo para poder resguardar sus vidas y que el señor Agustín Chub Chub —fallecido— y Oliverio Coy Choc les dieron persecución. Cuando el señor Agustín retornaba de esa persecución a los elementos del Ejército, venía indicando que había llamado a César Montes”.
En ese ataque murieron los soldados Carlos Esteven Mayén Cabrera, Isaías Beleu Caal y César Augusto Leonel Ceb Tun.
Poder e influencia
Luego de la muerte de los soldados se da la huida del resto, y las autoridades al conocer del ataque empiezan a gestionar la recuperación de los cadáveres.
Los fiscales señalaron que Montes dio la orden de atacar a los soldados, y presentaron declaraciones de testigos. El control del exguerrillero en el área es relevante hasta el punto en que las autoridades de la Policía Nacional Civil y la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) tuvieron que dialogar con Montes por la tarde y noche para que el Ministerio Público pudiera entrar a Semuy 2 y trasladar los cadáveres de los militares.
“El señor Julio César Macías López también tuvo comunicaciones en los horarios que coincidirían con las declaraciones del testigo Z cuando manifiesta que posterior al hecho él le indicó a Agustín que iba a llegar el Ministerio Público y la Policía Nacional Civil a recoger los cadáveres, que les permitieran el ingreso”, expuso la Fiscalía.
Los fiscales cuentan con informes de la PDH y la PNC en los que consta que tuvieron comunicación vía telefónica con el exguerrillero y le pidieron autorización para ingresar a Semuy 2.
“A las 19.20 horas -del 3 de septiembre de 2019- antes de ingresar se hicieron las coordinaciones con el líder de la comunidad y quien dijo ser César Montes, el cual manifestó que sí podíamos ingresar con confianza y que no iba a haber problema”, determinó un informe de la PNC.
Según los registros, Montes habló con el comisario Domingo Lucas y autorizó el ingreso de las autoridades para evacuar los cadáveres.
Argumentos de la defensa
César Montes, en el libro La guerrilla fue mi camino, detalla ataques a militares en Zacapa en 1965. En los relatos hay dos emboscadas —La Ceibita y Sunzapote—, en los que la tropa guerrillera se retira al no lograr el objetivo. En la actualidad, Montes no ha podido lograr la retirada por un ataque a soldados que se le endilga, está procesado y argumenta su inocencia al carecer de pruebas sólidas.
En esta batalla legal, Montes es defendido por el abogado Maynor Berganza, y argumenta que el MP “no tiene escuchas telefónicas que comprueben” que el exguerrillero dio la orden de atacar a los militares.
En la audiencia de primera declaración, demeritó la imputación de los fiscales.
“De verdad, yo esperaba que el Ministerio Público tuviera algo más consistente. No maté a nadie, no di orden de matar a nadie, no estaba en facultad de hacerlo. Las órdenes que di fue que devolvieran los fusiles y apoyen a la policía para sacar a los heridos”, aseguró Montes.
Berganza defiende: “El jefe de la Policía de Izabal le llama a César y le pregunta sobre lo que pasó. Montes no sabía, y no le pudo explicar; entonces, tuvo que llamar a los líderes comunitarios”.
Según el abogado, las llamadas de Montes son posteriores al ataque a los soldados y, además, indican que Montes no estaba en Semuy cuando ocurrió el ataque.
“El jefe de la Policía le ha pedido a César para que intervenga y puedan retirar los cadáveres. Eso es lo que ordena César, que los pobladores entreguen los cadáveres y dejan pasar el helicóptero”, argumentó Berganza.
“Él estaba a las 10 horas en el refugio de huérfanos JOB en Río Hondo Zacapa, luego salió a un restaurante del mismo municipio. Hay prueba para demostrar que César no estaba en Semuy 2”, añadió el defensor.