La audiencia se llevó a cabo este lunes 5 de diciembre de 2022 y previo a ingresar, el exmandatario atendió a periodistas a quienes dijo que no existen pruebas para condenarlo por ese caso y por eso espera la absolución.
Pérez Molina pidió permiso al tribunal para leer una pasajes de La Biblia y citó algunos versículos del capítulo 3 de Eclesiastés e hizo referencia a que hay tiempo para nacer y hay tiempo de morir, tiempo para llorar y tiempo de reír, tiempo de destruir y tiempo de edificar.
“Yo creo, honorable tribunal, que Dios les está dando a ustedes una gran oportunidad para reconstruir y edificar. Ustedes que han valorado, que han conocido que saben de todo lo que ha sucedido en este juicio van a tomar una decisión justa para todos los que estamos aquí presentes”, dijo Pérez Molina.
El exmandatario añadió: Yo quiero hacer una petición, y la petición es que para mí, Otto Pérez Molina, debido a que el Ministerio Público en ningún momento, en ningún momento, pudo quebrantar mi presunción de inocencia les pido a ustedes que me den una sentencia absolutoria, y que por lo tanto cesen todas las medidas de coerción que estén en mi contra.
Contra el juez Gálvez
Durante la audiencia, el exmandatario dijo a los jueces que su trabajo había marcado una diferencia de forma y fondo en el caso. Hizo alusión al juez Miguel Ángel Gálvez, y refirió que estuvo trabajando durante 24 años y cuando le tocó a él dar la cara, dijo que no tenía confianza en el sistema de justicia.
Dijo que durante este juicio nunca vio a los miembros del tribunal reuniéndose con el Ministerio Público en algún descanso o antes de empezar las audiencias. Tampoco vio a los integrantes de esa judicatura reuniéndose con la defensa de los sindicados y eso es transparencia y por eso les da certeza.
Pérez Molina le expresó a la jueza presidenta del Tribunal, Janeth Valdez, que cualquier petición que se le hizo, ella exigió que se hiciera en público, en audiencia y delante de todos y no permitió que se acercara alguien a hacerle una petición.
“Los antecedentes que nosotros tuvimos en etapa intermedia y primera declaración fueron totalmente diferentes. Nosotros vimos a un juez, que era un juez de nuestras garantías, que comenzaba la reuniones a las 10 10.30 -horas- y nos citaban a las 8.30, pero porque resulta que el juez –Miguel Ángel- Gálvez primero recibía al seño Sandoval – Juan Francisco Sandoval, en ese entonces jefe de la Feci- se reunían en su oficina, se tardaban una hora u hora y media y después de eso salían ya de acuerdo a conducir la audiencia”, comentó el exmandatario.
Añadió que ellos -Gálvez y Sandoval- no tuvieron la sutileza de hacerlo en otros horarios o afuera de la oficina, sino que a vista de todos.
“Todo fue una mentira”
Pérez Molina criticó las conferencias de prensa en la que la desaparecida Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicic) y la fiscal general del MP se presentaban para dar detalles de los casos y que tenían pruebas para demostrar la culpabilidad de los sindicados.
“Decían que tenían más de 100 mil llamada telefónicas, que tenían más de 500 mil documentos, que no necesitaban colaboradores eficaces, que necesitaban ni siquiera testigos, porque ellos tenía cómo demostrar, pero durante estos 11 meses hemos visto que todo lo que ellos dijeron es una farsa, que todo lo que ellos dijeron fue una mentira, que todo lo que ellos hicieron fue engañar al pueblo de Guatemala para lograr su propios intereses y también intereses políticos que desde allí ellos ya venían fraguando”.
Pérez Molina afirmó que las personas que armaron este caso, fue declarado non grato, el comisionado Iván Velásquez, y que la exfiscal -Thelma Aldana, está prófuga de la justicia al igual que el juez Miguel Ángel Gálvez y Juan Francisco Sandoval, exjefe de la Feci.
“Nosotros estamos dando la cara”, afirmó Pérez Molina ante el tribunal.
Según Pérez Molina, él pudo seguir ejerciendo como presidente de la República mientras no fuera hallado culpable en juicio, pero él quiso renunciar para respetar la institución de la Presidencia de la República y no creyó prudente que un mandatario estuviera detenido, porque era malo para el país.
Explicó que si se hiciera una valoración política, social y económica de lo que el caso La Línea ha representado en pérdidas para el país, que serían más de los Q28 millones que decía el MP que habían sido defraudados, aunque según Pérez, nunca pudieron demostrar.
La carta de Monzón
Pérez Molina presentó una carta en la audiencia, la cual supuestamente había redactado Juan Carlos Monzón, exsecretario privado de la exvicepresidenta Roxana Baldetti y colaborador eficaz del caso, y que según el exmandatario el MP nunca quiso presentar en el caso.
Esta carta no formaba parte de la carpeta judicial como prueba, pero Pérez Molina la presentó en la audiencia.
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“Usted presidente, personalmente sabe que tal estructura no existió ni existe”, leyó Pérez Molina de la mencionada carta que le habría mandado Monzón en abril de 2015.
La misiva, según Pérez Molina, también mencionaba las intervenciones operativas en aduanas que se hicieron con apoyo de Ejército y con lo cual subió la recaudación
Pérez dice que en la carta Monzón lo amenaza y le pide que hable con la fiscal del MP y que tanto el mandatario como el ministro de Gobernación dejen de estar dando declaraciones o de lo contrario él ya había grabado un video en el que le hacía daño al mandatario y que si no paraba lo iba a publicar, pero por el contrario lo que se pidió fue poner una recompensa por la captura.
Según Pérez Molina, en 2015 cuando el Congreso le retiró la inmunidad hubo ofrecimientos de tres presidentes de la región para sacarlo de Guatemala y no aceptó.
Según Pérez Molina, en 2015 cuando el Congreso le retiró la inmunidad hubo ofrecimientos de tres presidentes de la región para sacarlo de Guatemala y no aceptó. pic.twitter.com/TJnfJKyGqP
— Edwin Pitán (@Epitan_PL) December 5, 2022
El tribunal fijó para el 7 de diciembre la sentencia del caso La Línea.