Guatemala

Gustavo Martínez, yerno de Pérez Molina, seguirá preso

El exsecretario general de la Prensidencia de Otto Pérez Molina, Gustavo Martínez, permanecerá preso según lo resolvió el Juzgado Quinto Penal.

Martíez es señalado de tráfico de influencias y no logró recurperar salir de la cárcel. (Foto Prensa Libre: HemerotecaPL)

Martíez es señalado de tráfico de influencias y no logró recurperar salir de la cárcel. (Foto Prensa Libre: HemerotecaPL)

Martínez señalado de cometer los delitos de asociación ilícita y tráfico de influencias, solicitó a la jueza Quinta de Penal Judith Secaida, le  otorgara arresto domiciliario.
El exfuncionario argumentó igualdad procesal, adujo que uno de los detenidos por el caso donde está involucrado fue beneficiado con esa medida.
La jueza explicó que la persona aludida solamente es señalada por un cargo y, en el caso de Martínez no hay razón para quitar o modificar los delitos por lo que está detenido, por lo tanto su solicitud fue rechazada.

Contexto

El pasado 9 de julio Gustavo Martínez, yerno del presidente Otto Pérez Molina y quien fungió como secretario general de la Presidencia fue detenido en la 16 calle 15-14, edificio Real La Villa, de la zona 10 capitalina.

Según investigadores del Ministerio Público (MP), y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), se presume que el exfuncionario integraba una red que intercambiaba favores entre el Ministerio de Energía y Minas.
Además se cree que a través de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) pudo haber beneficiado con un contrato de US$120 mil, pagados por la empresa Jaguar Energy a través de un contrato ficticio con una tercera persona.
La estructura también estaba integrada por el exministro de Energía y Minas, Edwin Ramón Rodas, Lidia Lucrecia Roca Morales y Filadelfo Reye.
En este caso está implicado César Medina Farfán, vinculado con el gobierno de Alfonso Portillo señalado como supuesto testaferro y responsable de desviar dinero desde el Ministerio de la Defensa hacia cuentas en Panamá entre 2000 y 2004.
A Medina Farfán también se le vincula en uno de los negocios que tuvo el conocimiento y beneplácito de Carlos Muñoz, entonces Superintendente de la SAT.