
Fue sentenciado a 220 años de prisión por dos delitos de homicidio y seis de asesinato, cometidos en 1982, durante el conflicto armado interno. En la práctica, solo debía pasar 30 en prisión. Según la familia, fue liberado por buena conducta y murió en su casa.
Noriega fue juzgado en dos ocasiones y en ambos fue declarado absuelto, hasta el tercero, en 1999, fue declarado culpable y un año después fue confirmada la pena.
Una tumba en la Usac
La defensa quiso buscar la amnistía, pero los magistrados no la dieron con lugar.
Noriega era comisionado militar y lideraba las patrullas de Autodefensa Civil (PAC) en Chinique, Quiché.
Las víctimas de sus actos fueron Sebastián Tzoc Ordóñez, Tomás Pérez Saquic, Sebastián Tzco Tol, Sebastián Triquiz Sica, Pablo Calel Aj, Enrique Hernández Tebalán, Manuel Quino y Sebastián Aj Panjoj.
Víctimas de la guerra lo culpaban de haber secuestrado, violado y asesinado familiares, y amenazarlas a ellas si lo denunciaban.