Justicia

“No podemos trabajar bajo amenaza de muerte, de exilio, de la cárcel”: juez Haroldo Vásquez

La Federación Centroamericana de Juezas y Jueces por la Democracia reconocen que la situación actual de Guatemala es compleja, por lo que el desafío es enorme y el actuar de la población es clave.

El pasado miércoles la CSJ cumplió mil días en la extensión de sus funciones. (Foto: Hemeroteca PL)

El pasado miércoles la CSJ cumplió mil días en la extensión de sus funciones. (Foto: Hemeroteca PL)

La independencia judicial se está perdiendo en Guatemala, pero es un fenómeno que también afecta a otros países de la región, como El Salvador y Costa Rica, de acuerdo con la Federación Centroamericana de Juezas y Jueces por la Democracia.

Esta instancia es presidida por el juez guatemalteco Haroldo Vásquez, quien en un entrevista con Prensa Libre reflexiona sobre la intimidación a los operadores de justicia y la pasividad de otras instituciones para salvaguardar esa independencia judicial.

En las últimas semanas se ha visto un ataque constante contra los operadores de justicia y las críticas a algunos fallos judiciales. ¿Cuáles son las principales preocupaciones?

Desde la Federación nos hemos manifestado claramente en contra de este sistema que está criminalizando jueces, y es una de las mayores preocupaciones la forma en que se está tratando a personas que han trabajado en casos de gran corrupción, sobre todo aquellos que están en el sistema judicial, y a los jueces de Mayor Riesgo a los hemos visto en una situación bastante compleja. No hay una institución que genere defensa de los intereses del juez independiente.

¿Cómo se puede fortalecer la independencia judicial en las condiciones actuales?

Hemos observado un problema serio de cooptación, y bajo esas condiciones es bastante difícil hablar de un fortalecimiento de la independencia judicial, de un respaldo de los jueces independientes. Lo que hemos encontrado, por el contrario, es una vulnerabilidad, una disminución del poder que debiera tener el sistema de justicia. Junto a la criminalización viene también, sobre todo, en las redes sociales, y es todo un sistema operando y trabajando para el desgaste y el debilitamiento del sistema de justicia y, por lo tanto, también de los derechos humanos.

De conformidad con las leyes, a quienes les corresponde respaldarnos es al Organismo Judicial. Lo que uno termina observando es que hay una condición bastante compleja para poder trabajar si no se tiene ese respaldo que debiera existir.

“es todo un sistema operando y trabajando para el desgaste y el debilitamiento del sistema de justicia y, por lo tanto, también de los derechos humanos”

¿Cómo ir reconstruyendo todo ese tejido del sistema de justicia que se ha ido debilitando en los últimos años?

Lo que hemos observado nosotros, como Federación Centroamericana, es que este problema no es exclusivo de Guatemala, es un problema regional, y a veces pareciera continental. Me parece que estamos en un franco retroceso de la construcción de las democracias y del estado de Derecho en países como el nuestro, donde evidentemente algunos poderes se dieron cuenta, después de una cooptación del Ejecutivo, del Legislativo, que lo que marca el fin de un estado de Derecho es la captación del Sistema de Justicia y del poder judicial concretamente.

Ya no se tienen fiscales independientes, jueces independientes. Evidentemente vamos orientados hacia administraciones dictatoriales, abusivas y prepotentes, arbitrarias, al no haber un sistema de frenos y contrapesos que limite el actuar de aquellos que, además, de manera dictatorial están generando abusos de poder, de autoridad.

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De continuar así, en esta misma dinámica, ¿Guatemala estaría a un paso de una dictadura?

No podemos venir y trabajar en condiciones en donde lo que se hace es la amenaza de muerte, la amenaza de exilio, la amenaza de la cárcel. Siempre va a estar el riesgo de un tema de dictadura, de que alguien tenga un poder absoluto. Es una parte importante de presunción o de temor pensar que podemos llegar a un sistema dictatorial.

De la región centroamericana, ¿cuántos países están en la misma situación?

Me parece que ahora El Salvador y Guatemala tienen problemas constantes y complejos. Podríamos decir que en El Salvador lo que se observa es una persona, unas características de abuso, de prepotencia en contra de del sistema de justicia, que tiene una influencia enorme sobre el poder Legislativo y además el Ejecutivo.

¿Qué país de la región centroamericana podría ser un buen ejemplo en temas relacionados con la independencia judicial?

En los diversos países lo que está ocurriendo es que se han dado cuenta de que existe una enorme complejidad para generar o provocar los abusos de sectores poderosos. Pareciera como parte de un sistema y estrategia afectar al poder judicial. Por eso decía que no es un tema nacional, porque afecta a nivel regional, muy fuertemente en Guatemala, El Salvador y Costa Rica. En Honduras se aprecia alguna consideración de esperanza a partir de que han cambiado una administración de Gobierno. Con la llegada de una nueva administración habrá que ver cómo evolucionan las políticas del Ejecutivo, Legislativo y Judicial, para determinar si se fortalece de veras la independencia judicial.

Tomando en cuenta que estamos cerca de enfrentar un proceso electoral, ¿cuál es el principal desafío de las nuevas autoridades en el ámbito de Justicia?
Para cualquier administración pública, el principal desafío en el sistema judicial será detener la cooptación, la corrupción, que es algo grave. Si en realidad quiere hacer cambios en busca de la construcción de una democracia, y si en todo caso no los quiere hacer. Tenemos que esperar un poco de esto que nos está tocando vivir o estar en peores condiciones.

“Se ha afectado enormemente la institucionalidad y el empoderamiento del Organismo Judicial”

Ojalá existan políticas, orientaciones y conversaciones de personas que estén trabajando en buscar un mejor país, desde la política, nuevas condiciones y que tengan un planteamiento de políticas de Gobierno distintas a las que hemos observado, porque si no, vamos a estar en condiciones graves, y para quienes tenemos conciencia de lo que está ocurriendo es bastante lamentable.

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¿Qué mensaje se le envía a la ciudadanía sin cambio de magistrados de salas de Apelaciones y de la Corte Suprema de Justicia?

Se ha afectado enormemente la institucionalidad y el empoderamiento del Organismo Judicial. Es trascendental para que enfrente esa complejidad del tema de la corrupción, de grandes redes y el control que pudieran tener desde sistemas, de seguimiento en redes sociales y frenar las condiciones favorables para afectar la democracia y los derechos humanos.

¿Qué debería hacer la población para unir esfuerzos y marcar ese alto a la situación que se enfrenta?

La soberanía radica en la voluntad de la población, y la población somos todos los guatemaltecos. Deberían de manifestarse, entrando en conciencia de lo que está ocurriendo, y podría ser mucho pedir en un país donde los porcentajes de pobreza y desigualdad son lamentables. La persona común en Guatemala está preocupada por el día a día, por su alimentación, techo, vestido, entre otros.

¿Cuánto perdería Guatemala de continuar en las actuales condiciones?

En la economía, las inversiones internacionales, es una limitación bastante ubicada en el tema comercial, pero también se pierde en la defensa de los derechos humanos, en las personas capacitadas, con voluntad y vocación de hacer de este país algo mejor, que están teniendo que salir del país, se están yendo al exilio, se está perdiendo la institucionalidad, la confianza de las personas en las instituciones. La justicia es el último muro en un sistema de abuso de poder y ese es el conflicto en el que nos encontramos ahora.

Seguramente vamos a salir adelante, tenemos la oportunidad de hacerlo de manera conjunta con la población y las personas que están trabajando institucionalmente de manera honesta e independiente.

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