Hay otros casos como el de Manuel Morales, que nació en Chiquimula, migró a Estados Unidos y desde 2012 reside en Argentina, donde estudia leyes y está a un año de graduarse.
Karen Gramajo es originaria de San Sebastián, Retalhuleu y ahora vive en Taiwán. “Decidimos venir a vivir aquí –Taiwán- ya que mi esposo es originario de acá y así nuestros tres hijos pueden aprender el idioma paterno”, afirmó.
Claudia Zea es cirujana dentista, ahora vive en España porque se enamoró de alguien de ese país. “Vendí todo lo que tenía y cuando salí de Guatemala no podía ver atrás”, recordó.
Evelyn Lufan es una quetzalteca que ahora radica en Israel; su historia coincide con Zea. Lufan se enamoró de un israelí. Reconoce que aunque todo es moderno, las tradiciones sigues siendo como siglos atrás.
Marvin Villatoro, está en Montenegro, al sureste de Europa. Ana Lucía Martínez se encuentra en Sudán, sabe de al menos cinco guatemaltecos cerca pero no ha podido contactarlos. También está Gabriela Sosa, que es estilista en Francia.
Melissa Turcu vive en Rumania y Marvin Ruiz es profesor de economía en una universidad de Malasia, vive en Asia desde hace 20 años.
Amor a distancia
La historia de Esdras Daniel Martínez comenzó con mensajes por internet. Desde Guatemala tuvo contacto con la que ahora es su esposa. En agosto del 2015 viajó para casarse en Caxias do Sul, Río Grande do Sul, Brasil, donde ahora vive.
Honra a su país
Eduardo Flores vive en Italia desde hace 10 años. Viajó para estudiar una licenciatura en turismo y ahora está cerca de concluir una maestría. Trabaja en la industria relacionada con su profesión y asegura que su objetivo siempre es poner en alto a Guatemala.
Nuevos caminos
Elías Manuel Puluc Morales vive en Suecia con su hermano, quien reside allí desde hace 10 años y tiene dos hijas. Según Elías, ese es un país tranquilo y con una economía estable. Tiene más amigos guatemaltecos en ese país y ya solicitó la ciudadanía.
Por Trabajo
Omar Tazén es ingeniero electricista. Logró un trabajo en la ciudad de Johannesburgo, Sudáfrica, donde vive con su esposa. Lo que más extraña de Guatemala son las tortillas, aunque dice que la vida en esa ciudad es un 75% más barata que aquí.
Meta personal
Lis Conde estudia un doctorado en la Universidad de Melbourne, Australia. Nació en la colonia Justo Rufino Barrios, zona 21, y sueña con ayudar a los guatemaltecos a educarse. Es la única guatemalteca en su universidad y está orgullosa.
Extranjeros en Guatemala
Javier Bosio llegó a Guatemala en 2010, como turista, desde Argentina. Conoció a la que ahora es su esposa y decidió quedarse. “Me enamoré de los paisajes, playas y la comida. Soy un maniático de los huevos revueltos, frijoles y los paches”, asegura.
Bosio afirma que se siente parte del país y cuando regresa a Argentina se siente turista. “Hoy mucha gente me pregunta si regreso a Argentina y, la verdad, les digo que siento que voy a morir acá”, afirma. Ahora tiene un negocio de comida de su país y una familia.
Preserva la cultura
Caitlin Ahern es originaria de EE. UU. y llegó a Guatemala el año pasado. Tiene un negocio de turismo dedicado a mostrar el arte y la cultura. Ayuda mostrando a turistas cómo trabajan los artesanos indígenas y enseñan a tejer.
“El objetivo de mi negocio es la preservación de culturas y arte; enseñar el proceso de las cosas hechas a mano. Cuando entienden las cosas tienen más valor”, afirma. Añadió que al principio fue difícil ser extranjera, pero ha sido una oportunidad para aprender y ayudar a las personas.
Una vida libre
Maaike Hopman nació en holanda pero eligió Guatemala. Al principio solo venía de visita pero comenzó a sentirse en casa. Reside en Antigua Guatemala y le encantan los paisajes y el clima. Es fanática de la cultura y los trajes tradicionales.
Al principio extrañaba a su familia en Holanda, pero con la tecnología ha podido acortar distancia. La pobreza, violencia y corrupción son difíciles; en su país todo está sobreorganizado. Piensa que las personas allá no viven su propia vida; acá vive con más libertad.
Todo por amor
Francois Maurice es originario de Canadá. Legó al país en el 2001, a bordo de su bicicleta, cuando tenía 21 años.
Conoció a Irene Valenzuela, y soñó que sería su gran amor. Fueron amigos dos años, cuando permaneció en Petén y al regresar a su país él le pidió que fuera su novia, pero ella lo rechazó.
En 2007 recibió un correo de Irene donde le decía que estaba arrepentida de no haber dicho que sí. Volvió un año más tarde y ahora tienen un hijo, que nació en Chimaltenango. “Es lo que siempre quise de una mujer: es una belleza, mi amiga, es mi amor”, dijo.
Trasciende fronteras
Gudrun Sachenbacher es originaria de Baviera, Alemania. En 1963 conoció a Carlos Molina, un ingeniero guatemalteco que llegó a estudiar a ese país. Luego de un tiempo de conocerse, él pidió la mano de Sachenbacher a los padres de esta. Se casaron en Alemania y un año después —1964— volvieron a Guatemala en barco, por el Puerto Santo Tomás de Castilla, Izabal.
Tienen tres hijos, 12 nietos y tres bisnietos. Sachenbacher se dedicó a la docencia en un colegio capitalino. En octubre cumplirá 52 años de casada, el mismo tiempo de vivir en el país.