Los Ángeles Times publicó a mediados del mes pasado la historia de Gaspar Marcos a quien las cámaras de ese medio de comunicación |estadounidense acompañaron todo un día para descubrir cómo es su vida.
La historia de Gaspar probablemente sorprendió a muchos, sin embargo es la típica de los niños y jóvenes que migran, y al estar en Estados Unidos deben estudiar y a la vez trabajar para enviar dinero a sus familias que se quedan en Guatemala.
“¿Qué puedo hacer?, es la vida que me ha tocado. Le digo a mis amigos que no se echen para atrás, esta es la vida que nos tocó pero tenemos que vencerla a como dé lugar”, declaró a Los Ángeles Times.
Dentro de las reacciones que surgieron a raíz del reportaje escrito por la periodista Cindy Cárcamo destaca la de Federico Bustamante, integrante de la organización Casa Libre que brinda refugio a menores de 18 años y jóvenes migrantes, quien inició una colecta en el sitio Gofundme para beneficiar a Gaspar.
Hasta el jueves, la colecta ha recaudado más de US$36 mil producto de la donación de unas 900 personas.
Bustamante cuenta en el blog que el dinero que se obtenga será para que Gaspar “pueda avanzar en su educación y complementar sus ingresos”.
Además, no duda en calificar al joven migrante guatemalteco como un “orgullo”, “un estudiante ejemplar” y un digno embajador de los migrantes indocumentados.
Gaspar por su parte, agradece en un video a todas las personas que han aportado para su causa, y afirma que creará una página en Facebook donde mantendrá al tanto de su avance académico a quienes lo ayuden.
-
VIDEO de la jornada de 19 horas que desarrolla Gaspar entre estudio y trabajo
El adolescente migrante afirma en la grabación que seguirá trabajando, ya que pide que la mitad de lo que se recaude sirva para otros estudiantes de escasos recursos de la Belmont High School a donde él asiste.
Increíble historia de superación
Originario de Huehuetenango la historia de penas de Gaspar empezó desde muy niño cuando a los 5 años quedó huérfano. Fue acogido por una vecina hasta los 12 años de edad cuando lo echaron.
Trabajando como lustrador logró ahorrar algo de dinero para costearse los estudios necesarios para aprender a leer y escribir. A los 13, tomó la decisión de migrar hacia EE. UU. para lo cual contactó a unos conocidos en Los Ángeles y luego a un “coyote” para que lo llevara hasta aquel país.
42,591 niños de Centroamérica y México han sido detenidos en la frontera sur de EE. UU. este año fiscal.
4,192 más que todo el año fiscal pasado y aún faltan dos meses para finalizarlo.
Los Ángeles Times recoge que ya en Estados Unidos una corte de Inmigración entregó a Gaspar con un familiar, vivió con él algunos años hasta que tuvo que apartarse debido a diferencias que derivaron en una discusión final.
Fue así como en Los Ángeles encontró empleo y siguió estudiando en el instituto Belmont High School, en donde 1 de cada 4 estudiantes son inmigrantes centroamericanos, según declaraciones que autoridades educativas ofrecieron al medio.
Pese a que trabaja y estudia (actividades a las que dedica hasta 19 horas al día y a casi no le queda tiempo para descansar o dormir), Gaspar afirma estar consciente de que el estudio es la única herramienta que lo hará salir adelante.
“¿Qué puedo hacer?, es la vida que me ha tocado. Le digo a mis amigos que no se echen para atrás, esta es la vida que nos tocó pero tenemos que vencerla a como dé lugar”, declaró a Los Ángeles Times.
Gaspar relata al medio que lo más complicado de la travesía ha sido “viajar solo a Estados Unidos”. De acuerdo con la publicación, el “coyote” lo abandonó y estuvo perdido tres días en el desierto de Sonora, hasta que otros traficantes lo capturaron y pidieron US$1 mil por dejarlo libre.
Actualmente gana US$5 la hora en un restaurante donde lava más de cinco mil platos al día y del dinero que devenga, utiliza US$600 para un apartamento que renta junto a otras personas y del resto aún paga lo que debe a los “coyotes”.
Aun con cierta timidez al hablar en español (en Huehuetenango los idiomas predominantes son el mam, el aguacateco, el chuj y el akateko), Gaspar cuenta que en la escuela “a veces los maestros hablan en inglés y si no entiendes pues… hay que tratar la manera de entender para que no te gane el sueño”.
Y es que el joven guatemalteco llega a su casa a las 2.30 de la madrugada por lo cual comenta que “tres horas duermo y hay veces que ni duermo y al llegar del trabajo de una vez me baño para la escuela”.
Intensa migración
La migración de niños y adolescentes guatemaltecos a Estados Unidos no disminuye, pese a las advertencias de las autoridades de aquel país y del refuerzo de las medidas de contención en México implementadas tras la crisis humanitaria vivida en 2014 por la masiva migración infantil.
Según estadísticas oficiales de EE. UU., durante el actual año fiscal (que comprende del 1 octubre del 2015 al 30 de septiembre del 2016), la Patrulla Fronteriza ha detenido a 13 mil 775 menores de edad guatemaltecos, con lo cual ya se superó la cantidad de todo el año fiscal 2015 que fue de 13 mil 589 detenciones.
La migración ilegal ha aumentado de tal forma que incluso, el promedio mensual de menores aprehendidos en la frontera sur de Estados Unidos este año es superior al promedio mensual del 2014, cuando se produjo la crisis humanitaria en los albergues de aquel país.
De acuerdo con las cifras del sitio web de la Patrulla Fronteriza, durante el presente año fiscal se ha detenido a un promedio mensual de mil 528 niños y adolescentes, mientras que en el año fiscal 2014 ese promedio fue de mil 421, en total en los 12 meses de ese año fiscal fueron capturados 17 mil 57 infantes.
La intensa migración ilegal de niños, niñas y adolescentes guatemaltecos también se refleja en las estadísticas de deportaciones desde México.
La Dirección General de Migración da cuenta en su página web de que de enero a agosto del 2016 han sido deportados del vecino del norte cinco mil 462 menores.