Líderes guatemaltecos que radican en ese país confirmaron el temor entre la comunidad migrante. No obstante, a pesar de la incertidumbre, impulsan acciones factibles en apoyo a los connacionales.
La inquietud se justifica en la retórica que el presidente electo de EE. UU. mantiene respecto del tema. Apenas la semana pasada reafirmó la intención de extender el muro en la frontera con México.
Trump también ha justificado el rechazo a los migrantes hispanos porque “traen drogas, traen crimen y son violadores”.
Incertidumbre
“Los beneficiarios del Daca —plan aprobado por Barack Obama para favorecer a los jóvenes que llegaron de niños a EE. UU.— están a la expectativa, y por ahora la situación de los inmigrantes indocumentados es de miedo. La gente tiene incertidumbre de qué pueda pasar a partir del 20 de enero”, comentó Eddy Garrido, del Foro Migrante Guatemalteco.
Consciente de que “la situación podría empeorar”, Garrido aseguró que la organización ya provee documentos legales para que los adultos indocumentados puedan autorizar a familiares el cuidado de sus hijos y bienes, en caso de una eventual deportación.
El líder inmigrante que radica en Arizona, un estado muy hostil hacia la comunidad hispana, expuso que el temor se vive en todo EE. UU.
En Los Ángeles, California, un estado más amigable con los indocumentados, Walter Batres, de la Red Migrante Guatemalteca, afirmó que a través de las redes sociales se alerta sobre la necesidad de “ser cautos y responsables, y evitar comportamientos que podrían meterlos en problemas como discusiones públicas o conducir un vehículo en estado de ebriedad”.
También recomiendan a los jóvenes que no presenten solicitudes para optar a los beneficios del Daca, ante el temor de que la base de datos del plan pueda ser utilizada para ubicarlos y deportarlos.
Más optimista, el dirigente de la iglesia Bautista Bet-El de Los Ángeles, Juan Carlos Méndez, quien ha trabajado 30 años en el tema de migración, indicó que la situación ha sido tan dura con Barack Obama que difícilmente empeore.
Méndez, quien migró a EE. UU. a los 6 años de edad, explicó que si las políticas de Trump se endurecieran, unas tres mil iglesias en todo el país estarían abiertas a servir como albergues, en caso de redadas y deportaciones masivas.
Expectativas
Aunque desde 2008 no se registra una redada masiva de migrantes en EE. UU., se vislumbra un escenario “catastrófico” si se retomara esa prática, de acuerdo con Pedro Pablo Solares, experto en temas migratorios.
“Guatemala no tiene la posibilidad de contrarrestar ese impacto —de deportaciones masivas— y se daría una catástrofe social y económica en las áreas más pobres del país”, advirtió Solares, al recordar que muchas familias subsisten de las remesas, que representan gran porcentaje del producto interno bruto del país.
En el otro extremo, Roberto Wagner, analista en asuntos internacionales, dijo que no espera cambios significativos en la política migratoria de Trump respecto de las acciones de la administración de Obama.
“Creo que no vamos a ver en el próximo año a un Trump deportando gente a diestra y siniestra. Habrá un par de redadas, pero serán simbólicas. Va a salir Trump en Twitter diciendo: ‘ya vieron que estoy deportando gente’”, comentó Wagner.
Gravar las remesas
Una de las medidas que más temen los inmigrantes es un eventual impuesto a las remesas familiares.
Trump dijo el 11 de enero que México les reembolsará “a través de un impuesto o un pago” lo que gasten en la construcción del muro, lo que se entiende que sería un tributo por el envío de dinero.
“Eso sí nos afectaría en gran manera. Lo veo bastante injusto, porque de cualquier manera, si se construye el muro, y la gente tiene necesidad, va a migrar. Un muro no los va a detener”, opina Elmer Sandoval, guatemalteco residente en Nueva Jersey.
Solo el año pasado, el país recibió a través de remesas familiares US$7 mil 159 millones.
El canciller, Carlos Raúl Morales, explicó que ya se trabaja con los países del Triángulo Norte y con México un plan conjunto para proteger en bloque a la comunidad migrante.
Guatemala debe mostrar resultados
EE. UU. coopera con Guatemala en varios aspectos, entre ellos la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala. El Plan Alianza para la Prosperidad incluye desembolsos millonarios para el país, con el fin de generar mejores condiciones de vida y reducir la migración ilegal hacia ese territorio.
Aunque no se ha referido a Centroamérica directamente, Trump ha enfatizado en la necesidad de reestructurar su política exterior.
El internacionalista Roberto Wagner cree que con Trump Guatemala deberá prepararse para “los cambios que se vienen en la política exterior y deberá mostrar resultados en el Plan Alianza para la Prosperidad”.
Según Wagner, a EE. UU. no le importará cómo se maneje el país, sino que se cumplan las condiciones que exija.
“Al Partido Republicano no le importa la justicia transicional. Yo no los veo deseosos de seguir promoviendo la Cicig, por ejemplo”, enfatizó.