Migrantes

Remesas colectivas: la alternativa de migrantes para ayudar a sus comunidades en Guatemala

Miles de millones de dólares recibidos desde EE. UU. durante años no se han transformado en desarrollo para las localidades.

Con recursos recolectados por Asociación Primaveral fue posible la construcción de 35 viviendas para los afectados por la erupción del Volcán de Fuego, en Cañadas de Guatelinda, Escuintla. La entrega se efectuó en enero del 2019. (Foto: Cortesía)

Con recursos recolectados por Asociación Primaveral fue posible la construcción de 35 viviendas para los afectados por la erupción del Volcán de Fuego, en Cañadas de Guatelinda, Escuintla. La entrega se efectuó en enero del 2019. (Foto: Cortesía)

La organización Unidos por el Palmar ha llevado ayuda a personas de escasos recursos de ese municipio quetzalteco. Ya cuenta con una cooperativa que ha facilitado créditos a pobladores afectados por la pandemia del covid-19 y está por inaugurar una farmacia para proveer medicamentos a personas necesitadas.

Estos proyectos han sido posibles gracias a la iniciativa y apoyo financiero y logístico de grupos migrantes radicados en EE. UU. que se sienten comprometidos con ayudar a sus pueblos de origen y no solo a sus familias en un fenómeno que comienza a llamarse en el ámbito académico como “remesas colectivas”.

Aparte de El Palmar, estas iniciativas comienzan a ver la luz en otros municipios como Concepción Chiquirichapa, Sibilia y San Juan Ostuncalco, también en Quetzaltenango, así como en la cabecera de San Marcos y Santa Catarina Mita, Jutiapa.

Cooperativa y ayuda al más necesitado

Georgina Diaz es la representante legal de la Cooperativa Integral de Crédito y Ahorro del Migrante Primaveral. Cuenta que a través de esta se dieron pequeños créditos a varias personas que se quedaron sin trabajo por los efectos de la pandemia del covid-19 y han sobrevivido tras poner pequeños negocios.

Desde el 2018 la cooperativa la integran 28 personas, varias de ellos migrantes retornados y aunque los préstamos que ofrece no son grandes, Diaz afirma que han ayudado a muchas personas.

Esta organización también ha asistido a madres solteras y personas de la tercera edad de escasos recursos a quienes les han otorgado alimentos durante esta emergencia.

Pero antes de la llegada de la pandemia, Unidos por El Palmar ya apoyaba a muchas personas en comunidades rurales con la entrega de víveres ropa, medicinas y útiles escolares que migrantes en EE. UU. han logrado recolectar.

La iniciativa de crear esta asociación, cuenta Diaz, fue idea de tu tía, Leticia Barán que radica en aquel país desde hace 31 años y que se siente conmovida al ver la pobreza de su pueblo natal y siente la obligación moral de ayudar.

Unidos por El Palmar nació como un proyecto familiar, pero luego se extendió hasta fundarse la cooperativa y ahora ya piensan en instalar una farmacia comunitaria para dar medicinas gratis a quienes las necesiten y que no tienen cómo pagarlas.

Las viviendas fueron entregadas con el equipamiento necesario los recursos fueron puestos por migrantes y empresas en EE. UU. (Foto: Cortesía)

 

También han servido de conexión entre otras organizaciones y jóvenes de la comunidad quienes han recibido capacitaciones y cursos con los cuales han aprendido un oficio, se han superado y han optado por no migrar a EE. UU.

“El Palmar es un municipio con muchas necesidades muy pobre y la ayuda del Gobierno no llega a donde tendría que llegar por eso nos tratamos de enfocar en esas personas para que ellos no viajen a EE. UU. que es lo que muchos hacemos cuando vemos la situación difícil”, narra Diaz.

Ayuda voluntaria

Vía telefónica desde Virginia, EE. UU., Barán cuenta que la idea de fundar la organización Unidos por El Palmar surgió desde que sus hijas eran pequeñas y llevaban sus juguetes y otros regalos para los niños de ese lugar.

Hoy en día, en EE. UU. Barán preside la Asociación Primaveral, organización integrada por grupos de siete municipios, cuyo fin es promover los derechos de los migrantes guatemaltecos en ese país y sus familias en Guatemala; no obstante, el grupo también está involucrado en un sinnúmero de iniciativas, humanitarias, políticas y hasta legales.

Cuando no hay emergencia sanitaria, la Asociación organiza eventos sociales con grupos musicales invitados en los cuales cobra por la entrada; además se vende comida y suvenires. Lo recaudado se divide entre los grupos que representan a los municipios quienes lo administran y lo envían para ayudar en sus localidades.

Asociación Primaveral fue una de las que hizo presión para que el estado de Virginia aprobara en marzo pasado las licencias de conducir para todas las personas, incluyendo a los migrantes en condición irregular. (Foto: Cortesía)

Aparte de estos eventos, la Asociación también tiene contacto con múltiples migrantes guatemaltecos en la Unión Americana, entre ellos empresarios que han triunfado en ese país, quienes no dudan en apoyarlos financieramente cuando es necesario.

Por ejemplo, con las farmacias sociales, de las cuales ya hay en Santa Catarina Mita, Huehuetenango y Concepción Chiquirichapa, los migrantes se han comprometido en surtirlas. Aunque los aportes que hacen los integrantes de la Asociación son voluntarios, Baran no duda en que los medicamentos no harán falta.

La Asociación Primaveral también ha colaborado cuando ocurren desastres naturales, aunque estos tengan lugar en áreas geográficas que no son de los municipios que la integran. Así, han apoyado desde la tormenta tropical Stan, los terremotos de San Marcos, el deslave de El Cambray y recientemente con la tragedia del Volcán de Fuego donde con sus propios recursos se construyeron 35 casas para los afectados.

Dirk Bornschein, investigador de Flacso

Barán expresa que la solidaridad de los migrante es movida por la “gran tristeza” que les provoca viajar a Guatemala y “ver las condiciones en que vive nuestra gente”.

Por esa razón, afirma que la Asociación también se enfoca en instar a los connacionales a que apoyen puesto que muchos quieren hacerlo, pero no saben cómo. Probablemente, dice, si a través de los consulados se hiciera algún trabajo la respuesta sería más contundente.

Pero Barán lamenta que en todas las actividades que han hecho a lo largo de los años no han contado con apoyo de ninguna autoridad. “Sería genial si el Gobierno nos apoyara”, concluye.

Múltiples retos

Recientemente la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) presentó un estudio mediante el cual identificó que para los migrantes en EE. UU. el bienestar no solo de sus familiares, sino también de los vecinos de las comunidades de origen es un tema primordial para los líderes y lideresas migrantes en aquel país, pero enfrentan muchas barreras para hacer efectivos planes que mejoren sus condiciones de vida, incluso con proyectos de inversión productiva.

Estos problemas tienen que ver con la falta de confianza hacia las instituciones del Estado, la corrupción, la necesidad de ampliar los servicios consulares, la escasa o deficiente capacidad interna, accesos y comunicación de las organizaciones migrantes, así como la urgencia por reformar o reencausar Conamigua (Consejo Nacional de Apoyo al Migrante de Guatemala).

Los retos también incluyen aspectos culturales y educativos en las comunidades de origen de los migrantes, las capacidades del Estado que no están orientadas hacia los estos, el entorno económico y de seguridad de las comunidades y las remesas para el desarrollo local.

Se calcula que unos tres millones de guatemaltecos radican en EE. UU. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Dirk Bornschein, uno de los investigadores de Flacso que participó en el estudio, señaló que las remesas en sus actuales condiciones “apoyan el sistema económico que de por sí es el responsable de la expulsión” de migrantes.

“Si no tratamos de alguna forma de tocar el tema de la concientización y qué hacer con las remesas estamos mal”, precisó el investigador, quien añadió que unos de los principales problemas es la poca o mala comunicación entre las asociaciones de migrantes, por lo cual hace falta una instancia nacional que sea capaz de organizarlas.

Respecto a la falta de confianza en las instituciones considera fundamental que un proceso de para afianzar las remesas colectivas se involucren actores como la iglesia, que es de las pocas instituciones que aún gozan de credibilidad entre los migrantes.

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