La ceremonia tuvo lugar a las 14 horas, marcando el retorno de ambos al ámbito público y el restablecimiento de su derecho de antejuicio.
Fuentes del Parlacén confirmaron que antes de la oficialización de los nuevos cargos, Giammattei participó en una sesión virtual donde los diputados recibieron una detallada inducción sobre el funcionamiento del sistema que utilizarán en el ejercicio del nuevo cargo.
La representación de Guatemala en el Parlacén se conformará con nueve partidos políticos que lograron colocar al menos un diputado de los 20 escaños en disputa.
Dos de estos escaños serán ocupados por los exfuncionarios Giammattei y Castillo, consolidando su presencia en el ámbito regional y su permanencia en el ruedo político.
Cabe destacar que Giammattei optó por no acudir a la juramentación para el cargo al Parlacén, y presentó una solicitud escrita al organismo regional para convocar una reunión extraordinaria.
Giammattei justificó su ausencia el domingo 14 a las 17 horas, fecha inicialmente prevista para su juramentación, argumentando su participación en la ceremonia de investidura de Bernardo Arévalo. Sin embargo, tampoco se presentó a dicha ceremonia.
Legado de Giammattei
Antes de su llegada al Parlacén, Giammattei afirmó que dejaba el cargo como presidente “con la frente en alto” durante su discurso en la presentación de su último informe de gobierno.
Sin embargo, su mandato ha sido objeto de críticas por la persecución de opositores políticos, jueces y fiscales, además de escándalos de corrupción.
A pesar de afirmar haber cumplido con sus responsabilidades, Giammattei se despidió con una baja aprobación popular y con promesas de campaña sin cumplir sobre corrupción, desnutrición e infraestructura.
La gestión de Giammattei también se ve empañada por la renovación del mandato al frente del Ministerio Público de Consuelo Porras, sancionada por los Estados Unidos que la señaló de socavar la justicia en Guatemala.
Durante su gobierno, más de 30 funcionarios del sector judicial decidieron exiliarse denunciando una persecución política.
Otro hecho que marcó su administración fue el retiro de visas a 300 guatemaltecos, entre ellos 100 diputados y empresarios. El exmandatario calificó la acción de Estados Unidos como “intervencionista”.
La denuncia de Giammattei generó la reacción de Brian A Nichols, subsecretario de Estado de Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, quien respondió que conforme a las leyes del país norteamericano tienen “la obligación de sancionar a quienes obstaculizan la democracia o promueven la corrupción”.
El fin de su mandato también se vio marcado por tensiones que atravesó el país por los tropiezos para la toma de posesión de Arévalo, quien anteriormente acusó al MP de intentar llevar a cabo un “golpe de Estado” en su contra.