Guatemala

Asistentes duplican a parlamentarios

Asistentes, secretarias y técnicos en diferentes área, ocupan la mayoría de plazas en el Congreso. Según los datos de la planilla de trabajadores permanentes revelada el domingo, por cada diputado hay al menos un conserje.

Las críticas persisten por posible uso clientelar de plazas en el Congreso. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)

Las críticas persisten por posible uso clientelar de plazas en el Congreso. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)

Esta situación se repite con los asistentes. La nómina vigente al 16 de diciembre de 2015, publicada por la Presidencia del Congreso, muestra que hay 424 “asistentes” distribuidos en diferentes áreas, algunos con sueldos arriba de los Q25 mil.

Las secretarias representan el 20.8 por ciento del total de la planilla, integrada por mil 704 empleados.

Aunque no todos los salarios son exorbitantes, la cantidad de plazas es alta y sí existen profesionales en esta rama que ganan Q33 mil 254.87 al mes; una trabajó con la bancada Todos.

Los conserjes también representan un número significativo, ya que están contratados 177 para atender nueve edificios, entre los que se distribuyen las oficinas del Congreso. El más grande tiene ocho oficinas en cada uno de sus ochos pisos.

Empleados de más

El martes último, el secretario general del Sindicato, Alfredo Tumax, reconoció que hay sobrepoblación de empleados. Según el presidente del Congreso, Mario Taracena, cuando él comenzó su labor de diputado, no había más de 300 trabajadores.

En varias oportunidades, los legisladores y algunos empleados se han quejado en voz baja de que algunos conserjes, por estar protegidos por el sindicato, se niegan a efectuar otra labor que no figure en contrato. Es decir, si su trabajo es limpiar los pisos, no pueden trapearlos, refirió una asistente, muy molesta.

Aunque ya se cuenta con 354 secretarias en el Congreso, el artículo 154 bis de la Ley Orgánica obliga a la Directiva a contratar de manera temporal a 158 más, y a la misma cantidad de asesores y ujieres, ya que cada diputado tiene derecho a esas plazas.

De manera contradictoria, el Legislativo cuenta solo con siete taquígrafas, aunque todas las sesiones plenarias, las de jefes de bloques y las de Junta Directiva deben transcribirse, para llevar registro.

Otro aspecto paradójico es que en la planilla se evidencia la contratación de seis comunicadores —repartidos en diferentes áreas—, pero el departamento del ramo está integrado por 32 personas, quienes, en su mayoría, son técnicos, secretarias y auxiliares. Por esa unidad, que solo tiene un camarógrafo y un fotógrafo, el Congreso erogó el año pasado Q6.1 millones.

Plazas fantasmas

Ángel Ramírez, director de Congreso Transparente, considera que gran cantidad de estos puestos podrían ser plazas fantasmas. “Como son labores que no afectan el rendimiento legislativo en sí, es probable que nadie se percate que no están allí”.

Ramírez recordó que ha habido denuncias de que los diputados utilizan las plazas para pagar favores de campaña, por lo que muchas de las personas que tienen un puesto en ese organismo no son profesionales.

En el 2014, un grupo de trabajadores denunció que varios diputados les exigían un porcentaje de su sueldo como pago por haberlos ayudado a ingresar en la planilla del Congreso. Fue así como salió a luz el uso clientelar de las plazas.

José Carlos Sanabria, politólogo de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, opina que ha quedado en evidencia que algunas contrataciones superan las necesidades del Congreso.

“Son innecesarias, porque históricamente han sido prácticas vinculadas con el compadrazgo y el nepotismo, pero ahora lo importante es qué se va a hacer con el problema”, cuestionó.

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