Guatemala

Golpe final al Partido Patriota

El ciudadano guatemalteco fue elogiado en el extranjero por sus incansables protestas contra la corrupción, que alcanzaron su punto máximo el 27 de agosto y que celebraron el 3 de septiembre la dimisión del presidente Otto Pérez Molina.

Frente al Congreso de la República, cientos de guatemaltecos celebraron la decisión de retirarle la inmunidad al entonces presidente Otto Pérez Molina.

Frente al Congreso de la República, cientos de guatemaltecos celebraron la decisión de retirarle la inmunidad al entonces presidente Otto Pérez Molina.

Cuando parecía que las manifestaciones ciudadanas no podían ser más numerosas o conseguir más de lo que ya se había logrado, llega el #27A, un paro nacional que unió a todos los sectores.

No solo cerraron grandes empresas y pequeños comercios en todo el territorio nacional, sino que más de cien mil personas llegaron a la Plaza de la Constitución y sus alrededores, durante ese día.

La rivalidad y el antagonismo entre algunos sectores quedaron atrás y, al unísono, el pueblo despidió a Pérez Molina, quien renunció seis días después para enfrentar a la justicia por el caso La Línea.

Revolucionario

Ese movimiento fue comparado por muchos con la Revolución de Octubre de 1944, porque los ideales eran los mismos: un hasta aquí a la corrupción y una renovación del Estado.

De hecho, además del repudio hacia la administración del Partido Patriota (PP), la población exigió reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, con el fin de mejorar los filtros de candidatos a elección popular, y también para eliminar varios vicios antes del proceso electoral del 2015, pero no fue posible.

Muchas voces abogaron por un cambio a la Constitución Política de la República, al considerar que no es suficiente la modificación a leyes ordinarias.

Ese 3 de septiembre, el himno nacional sonó como nunca antes, al punto de que se veían lágrimas rodar en los rostros de la gente que lo cantó varias veces.

Cierre casi general

Cientos de empresas no solo cerraron sus puertas al público, como muestra del hartazgo a la corrupción generalizada, sino para permitir a sus empleados acudir a las manifestaciones.

Con un sondeo que hizo Prensa Libre el 27 de agosto se constató el cierre de 758 locales de 34 empresas.

Bancos, restaurantes, centros comerciales, almacenes y embotelladoras suspendieron labores, y a través de las redes sociales se encargaron de dar aviso a los usuarios.

Muestra de la Unión

Uno de los detalles llamativos de las protestas fue la unión entre estudiantes universitarios: al juntarse en la Plaza de la Constitución, algunos sancarlistas dejaban su fila para saludar y abrazar a estudiantes de las universidades Rafael Landívar y Del Valle, y estos hacían lo mismo para expresar que estaban unidos en una misma causa.

Escolares de diversos planteles y sus maestros, así como padres de familia, se integraron a la manifestación del #27A, cuyo recuerdo aún estremece de emoción.

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