Política

Maldonado Aguirre: más que la sindicación de fraude, lo más aproximado es “desorden”

El expresidente de la República de Guatemala y también expresidente de la Corte de Constitucionalidad (CC), entre otros cargos, Alejandro Maldonado Aguirre, afirmó que las reglas con las que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) lleva a cabo las Elecciones Generales son responsabilidad del Congreso de la República, cuyos diputados introdujeron las novedades en el sistema electoral. "Las reglas aplicadas fueron producto de la reforma de la Ley y, en su tiempo, no recuerdo que hayan sido impugnadas".

Alejandro Maldonado Aguirre durante las elecciones que se llevaron a cabo en el 2015 y donde resultó ganador Jimmy Morales. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Alejandro Maldonado Aguirre durante las elecciones que se llevaron a cabo en el 2015 y donde resultó ganador Jimmy Morales. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

 

Asimismo, el expresidente, quien le entregó el cargo al actual mandatario Jimmy Morales, el 14 de enero del 2016, expresó que “es claro que era urgente detener el escandaloso y millonario financiamiento electoral, sustentado con la paradoja que se nutría con fondos ilegítimamente obtenidos del propio Estado o de grupos del crimen organizado”.

Maldonado Aguirre, asumió el cargo el 3 de septiembre del 2015, en sustitución de Otto Fernando Pérez Molina quien renunció tras señalamientos de corrupción. Fue juramentado en el Congreso de la República, luego de que el pleno aceptara la renuncia de Pérez Molina, acusado por el Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) de liderar la estructura de defraudación tributaria conocida como La Línea, donde también está implicada y enfrenta un proceso penal Roxana Baldetti, exvicepresidenta.

¿Cómo vé la situación del país, luego de la celebración de la primera vuelta de las Elecciones Generales?

Confusa y vacilante, debido a que ciertas novedades en el sistema electoral, tomadas pienso con la intención de reducir y controlar la perversión de anteriores elecciones de costo millonario, no fueron entendidas en su intención. Un detalle de equívoca selección técnica introdujo la desconfianza en la exactitud, lo cual ha demorado anunciar las cifras definitivas con el resultado de que algunos están satisfechos y otros frustrados.

Algunas voces mencionan la palabra “fraude”, usted vivió la etapa de los gobiernos militares y los golpes de Estado de 1960 y 1970. ¿Cabe esta palabra ahora, o hay algún interés de fondo?

En esta ocasión más que la sindicación de “fraude” la más aproximada es la de “desorden”. No tienen la misma gravedad, porque el primero, históricamente sólo se solventó por la enérgica reacción de los partidos agraviados, que justificó el golpe contra el gobierno de Romeo Lucas García. Luego, con el golpe revisionisa que instaló a Mejía Víctores que convocó a la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente. En esta no hubo en absoluto partido oficial y las elecciones fueron libres y limpias. No hubo peso de sectores económicos ni de grupos de interés que “compraran” curules para su beneficio. Esa Constitución creó un Tribunal Supremo Electoral (TSE) independiente de cualquier poder.

¿Qué opina que desde antes de las elecciones el presidente Jimmy Morales siempre aludía al TSE con malos augurios?

El TSE no tenía competencia legislativa para modificar su propia ley. Esto fue responsabilidad del Congreso de la República, cuyos diputados introdujeron las novedades en el sistema electoral. Es claro que era urgente detener el escandaloso y millonario financiamiento electoral, sustentado con la paradoja que se nutría con fondos ilegítimamente obtenidos del propio Estado o de grupos del crimen organizado. Las reglas aplicadas fueron producto de la reforma de la ley y, en su tiempo, no recuerdo que hayan sido impugnadas.

¿Qué lección nos deja este proceso con toda la  judicialización que se registró en el camino?

Que debemos actuar conforme la coherencia de estadistas de la realidad y no improvisando novedades. De acuerdo a las normas reformadas, Churchill ni Reagan hubieran podido postularse para presidir. Por otro lado, si bien la cooperación internacional con Estados u Organismos puede ser bienvenida, antes de actuar hay que pensar en español o castellano que es nuestra lengua oficial o en las lenguas vernáculas que nuestra constitución reconoce.

¿La problemática actual es consecuencia de la confrontación que causó el cierre del mandato de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig?

El mandato de la Cicig sigue vigente y no hay norma que le impida su actuación durante el proceso electoral. Lo que genera alguna duda es su competencia en esta materia, en tanto  cualquier denuncia debe encausarla por vía del Ministerio Público (MP) o de los tribunales del ramo penal.

¿Cuál es su visión del papel de la Corte de Constitucionalidad en la crisis con el Ejecutivo?

Que no puede haber idea de conflicto. La CC cumple su función de supremo intérprete de la Constitución y en la misma funciona el principio de la mayoría. El Tribunal Constitucional de Italia no permite que se hagan constar votos disidentes, precisamente para evitar el desgaste externo; sin embargo, la Suprema Corte de los Estados Unidos sí lo permite y muchas veces los jueces han cambiado de criterio anterior. Y todo es válido, por el principio de seguridad jurídica.

¿Se debilitó la CC después del proceso eleccionario?

Esto es relativo y temporal. Cuando tuve oportunidad de integrar la CC,  no permitió la inscripción de la candidatura del general Efraín Ríos Montt, ni la de la ex primera dama Sandra Torres. Tanto el General como la señora respetaron nuestra decisión. Ahora, no admitieron la candidatura de Zury Ríos (caso que discrepo) pero la afectada no impugnó por vías de hecho, protestas ni desórdenes la decisión. Hemos avanzado en este aspecto.

¿Qué opina de la próxima elección de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia  que se dice son manipuladas por grupos de poder?

Este punto abre un tema más extenso, que se podría resolver con la reforma de leyes ordinarias que regulan las asambleas de los colegios profesionales. Las bases principales para mí serían el voto obligatorio para todos los profesionales, bajo sanción de no comparecer injustificadamente y la formación, en el caso de los abogados, de tres cuerpos electivos: a) profesionales liberales; b) profesionales catedráticos y c) profesionales del sector Justicia. Los grupos a)  y b) eligen cuatro cada uno y el grupo c) a seis. El Congreso seleccionaría por sorteo lamitad de cada grupo. Se entiende que quedaría a criterio del profesional, cuando tenga varias calidades, decidir en qué grupo votaría. El doble voto sería penado.

¿Cuál es su visión actual del país, pudo haber estado mejor?

Como dijo el poeta Antonio Machado: “Hoy es siempre todavía”. Y como dijo mi amigo Mauricio Quixtan: “somos un país pobre sentados en montañas de oro.”

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