“Quiero agradecer al presidente Obama por su iniciativa de respaldar económicamente el plan y por el respaldo que nos ha dado. El respaldo del presidente Enrique Peña Nieto y del pueblo de México”, dijo al tomar la palabra tras el discurso incendiario de la presidenta argentina Cristina Kirchner.
Manifestó su solidaridad con el gobierno de Chile, pero evitó pronunciarse a favor de Venezuela por el decreto ejecutivo, emitido por Washington a principios de marzo, en el que se calificaba a ese país como una “amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y política exterior estadounidenses”.
En otra parte de su discurso dijo: “Nuestros países han avanzado significativamente como el desarrollo social y económico”, destacó. Pero la sociedad civil y el sector privado deben “participar activamente”, aclaró.
Dijo estar convencido de los esfuerzos que deben hacerse para que la justicia prevalezca. En ese contexto señaló que si bien “la cooperación internacional es importante, el estado de derecho y el principio no intervención”, también lo son.
“No podemos fortalecer nuestras instituciones sometiéndolas a voluntad de terceros”, puntualizó.