A menudo, existen personas que les quitan el escape a sus vehículos o motocicletas con la finalidad de escuchar un sonido más potente del motor. Según las autoridades de tránsito, es común que esto suceda con automotores de características deportivas.
Sin embargo, esto es una práctica que la Ley de Tránsito y su Reglamento prohíben en varios artículos, y por la cual se establecen varias sanciones que pueden incrementar, si la persona conduce en las cercanías de un área residencial, un hospital o si lo hace de noche.
Agentes de tránsito cuentan que cuando suelen interceptar a estos vehículos, generalmente las personas reaccionan con prepotencia o justifican el ruido, y afirman que se debe al alto cilindraje del automotor, o bien, que así les fue entregado.
No obstante, esto no limita a la autoridad de tránsito a imponer las sanciones, ya que existen silenciadores que pueden ser colocados en los escapes.
“Todos los vehículos, debido al medio ambiente y a su protección, traen silenciadores. Hay vehículos, como motocicletas, que tienen un alto cilindraje y ya traen ese ruido, pero aun así traen silenciador. Hay formas malintencionadas en que personas modifican motos y vehículos con características deportivas”, explicó Amílcar Montejo, vocero de la Policía Municipal de Tránsito de la ciudad de Guatemala.