El analista considera que este hecho puede servir de punto de inflexión para que los políticos se haga a sí mismo un llamado a la reflexión para corregir el rumbo de la nación.
También dice que el éxito de una estrategia para reducir la migración dependerá de a qué personas se ponga al frente para coordinar la ayuda que brindará EE. UU. y de que se impulsen emprendimientos desde los pequeños hasta las grandes compañías inversoras.
¿Qué análisis hace de la visita de la vicepresidenta de Estados Unidos a Guatemala?
Es una oportunidad para alcanzar un acuerdo que tenga un impacto positivo para ambos países en temas que giran en torno de la compleja problemática migratoria.
Para que exista un impacto real y duradero en el tiempo, es fundamental que se establezcan plazos específicos y métricas claras de los objetivos a alcanzar, para que en el futuro pueda analizarse imparcialmente la medida de los resultados. Sobre todo, teniendo en cuenta el tamaño del desafío y la importante inversión que harán los contribuyentes de los EE. UU. a esta iniciativa.
¿Guatemala puede considerar esta visita como positiva o como un llamado de atención por la elevada migración que hay desde este país?
Puede considerarla positiva, ya que constituye una oportunidad de sentarse a conversar y negociar con su mayor socio comercial. Tengamos en cuenta que el gran crecimiento del número de migrantes irregulares centroamericanos tiene lugar durante lo que se percibe mundialmente como un momento de gran incertidumbre —la pandemia—, una situación de fuerza mayor que todos esperamos sea pasajera.
¿Cómo puede aprovechar Guatemala esta visita?
Esta ocasión debería constituir un momento para que los políticos de todos los partidos en Guatemala se llamen a sí mismos a la reflexión. Los intentos más o menos creíbles del pasado de hacer más sólida la economía guatemalteca, de combatir la impunidad de los corruptos y aumentar la seguridad, no han obtenido los resultados que se plantearon en su momento. Ese es un claro indicador de que es hora de hacer patria, dejar los shows políticos de lado y corregir esta situación, respetando lo establecido por la Carta Magna guatemalteca.
Además, hay que entender que el enfoque de redistribuir riqueza para mitigar la pobreza, que consiste sencillamente en sacarla de un lado para ponerla en otro, debe ser considerado obsoleto. Para aumentar la riqueza de un país se necesita un sector privado floreciente, conformado por emprendimientos de todo tamaño, desde la señora que vende tortillas en la plaza hasta las grandes corporaciones. Todos estos emprendedores necesitan contar con un estado de derecho sólido, menos burocracia y menos carga impositiva sobre sus hombros.
¿Cree que Guatemala está en la posición de negociar algo con Estados Unidos, por ejemplo, vacunas?
La administración de Alejandro Giammattei debería enfocarse en negociar con qué criterio se elegirán a quienes reciban los fondos de cooperación, para qué proyectos serán utilizados dichos fondos y cómo se controlará su adecuada utilización, de manera apartidaria. Esta es la clave de este esfuerzo conjunto y de eso depende que brinde frutos tangibles o no.
Con buena parte de los fondos de cooperación es prioritario fortalecer las capacidades de liderazgo y emprendimiento de los guatemaltecos de menores ingresos, capacitándolos con el conocimiento de las herramientas adecuadas para emprender de manera exitosa, para que alcancen así su autorrealización personal y la tan ansiada independencia financiera. También habrá que promover entre los mismos emprendedores los beneficios de la democracia, la república, el estado de derecho, la libertad económica y política, y el rol de la libre empresa en la generación de riqueza.
Todos los avances deben apuntar a que nuestros ciudadanos ya no necesiten depender de dádivas en el futuro y que sean capaces de financiar sus propias necesidades y las de sus familias con el fruto de su esfuerzo.
¿Cómo analiza la propuesta de Estados Unidos de atacar las raíces de la migración?
Es una tarea muy difícil de lograr que podría tomar varios años. Por un lado, es razonable la estrategia de concientizar al potencial migrante de los enormes peligros que enfrentará al intentar cruzar todo México hasta alcanzar la frontera con los Estados Unidos.
Pero la tarea más compleja consiste en incentivar al potencial migrante a quedarse en su país. Estados Unidos indican correctamente que la pobreza, la violencia, la corrupción y las catástrofes naturales son situaciones que inciden fuertemente en la decisión de emigrar. Los grandes interrogatorios son ¿Con qué herramientas buscarán suavizar el impacto de las catástrofes naturales? y ¿Con qué estrategias proponen combatir la pobreza, la violencia y la corrupción? Ahí es donde jugarán un rol muy importante las propuestas que hagan los presidentes del Triángulo Norte y México.
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La vicepresidenta Harris cerró acuerdos con compañías para invertir en Centroamérica. ¿Qué tienen que hacer estos países?
La riqueza de un país crece más si logra atraer capitales extranjeros, y eso se alcanza estableciendo estrategias formales para seducir a los potenciales inversores internacionales: manteniendo un sistema legal ágil y confiable, y un poder judicial independiente, apostando a la apertura comercial, comprometiéndose a defender los derechos de propiedad, estableciendo incentivos fiscales para corporaciones extranjeras que se decidan a invertir y fomentando la competitividad. Es una frase, maximizando la seguridad de las inversiones con reglas de juego claras y estables.
La estrategia que han planteado los Estados Unidos para atraer capitales a Centroamérica solo será efectiva si Guatemala, Honduras y El Salvador se deciden a implementar estas estrategias.
¿Qué tanto preocupa la migración irregular a Estados Unidos?
La presencia de trabajadores extranjeros irregulares de Centroamérica es realmente poco notoria. Mientras esos trabajadores no incurran en actividades criminales, mantengan un perfil bajo y asimilen la cultura local, no es grande la preocupación.
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La verdadera inquietud comenzó en el año 2014, cuando miles de personas llegaron provenientes de Centroamérica en busca de asilo político. Esta situación planteó la necesidad de construir albergues del lado de los Estados Unidos y congestionó el sistema de pedidos de refugio.
¿Qué otros temas le pueden interesar a Estados Unidos abordar con los países del Triángulo Norte?
Los temas en los que más se enfocan son: seguridad ciudadana, lucha contra la corrupción, lucha contra el narcotráfico y el lavado de dinero. Todos estos temas inciden en muchos casos en la decisión de emigrar o no, a otro país.
Además, desde los Estados Unidos se monitorean aquellos cambios bruscos que podrían afectar el funcionamiento institucional y conducir a que un país tienda a convertirse en una autocracia.
¿Cómo puede actuar EE. UU. con el Triángulo Norte, con Honduras con señalamientos de ser un narcoestado, El Salvador con la amenaza una autocracia y Guatemala donde preocupa la toma de la justicia?
Creo que la región tiene un enorme potencial y que está haciendo muchas cosas bien. Si los Estados Unidos consideraran que los países miembros del Triángulo Norte fueran un caso perdido, ni siquiera se molestarían en entablar un diálogo. Las comparaciones son odiosas, pero tan sólo observe el nivel de inflación, déficit fiscal, endeudamiento, pobreza y deterioro institucional de buena parte de los “grandes” países de Sudamérica y notarán que éstos se encuentran hoy en un estado muy preocupante en comparación con Centroamérica.
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En un contexto geopolítico más amplio ¿Cree que el Triángulo Norte pueda sentirse atraído por China, como ya lo está haciendo El Salvador?
Estados Unidos hacen bien en reafirmar su presencia en un lugar que intentan ocupar regímenes no democráticos tales como el de China. Para dar un ejemplo del peligro que puede representar recibir sus préstamos, Bolivia, entre los años 2000 y 2019, durante el mandato de Evo Morales, fue creciendo el monto de los préstamos hasta alcanzar U$S 1 mil 45 millones, el equivalente al 13.2% de la deuda externa del país y cuyas tasas de interés a pagar por dicha deuda también fueron creciendo hasta casi duplicarse.
Entre los mismos años el monto de obras públicas sin licitación contratadas por Bolivia con empresas chinas fue de U$S6 mil millones de dólares (el 14% del PBI de Bolivia). Este tipo de relación tóxica con China promueve la corrupción y erosiona la institucionalidad y la economía de cualquier país.