Somoza dimitió el día 17 presionado por Estados Unidos, quien apoyó la revolución sandinista abiertamente en un principio. Asumió el poder la Junta de Reconstrucción Nacional la cual fue presidida por el comandante Daniel Ortega Saavedra, militatnte desde sus años de juventud en el FSLN.
El nuevo gobierno encontró el país sumido en la pobreza y desigualdad y tenía como reto elevar la calidad de vida de los nicaragüenses luego de la dictadura. En 1984 el FSLN ya integrado como partido político gana las elecciones. Daniel Ortega asume como nuevo presidente, quien tuvo que enfrentar el ataque sistemático de la Contra, organización armada financiada por los Estados Unidos para derrocar al régimen sandinista.
Ortega termina su período presidencial en 1990 cuando es derrotado en las urnas, por su otrora compañera en la Junta, Violeta Barrios de Chamorro, viuda del periodista Pedro Joaquín Chamorro, asesinado durante el gobierno de Somoza. Esto significó el fin del sandinismo. El país dio un nuevo giro político.
Nueva dinastía
Ortega insistió en ser nuevamente presidente en las elecciones de 1996 y 2001, sin éxito. En 2006 y en medio de la tendencia izquierdista en América Latina, Ortega es electo como presidente ante el fracaso de las anteriores administraciones.
Ortega se convierte en un político pragmático y alejado del discurso antiimperialista y se alía con el empresariado y la Iglesia Católica.
La oposición fragmentada no puede con el oficialismo, que obtuvo un camino allanado para buscar la reelección. Con los tres poderes a su favor, Ortega logra una reforma constitucional que le permite reelegirse en forma indefinida y además le brindó poderes adicionales como modificar o crear leyes y tributos. Ortega es reelecto en 2011 para un nuevo período y las bases del FSLN se fortalecen.
Su esposa, Rosario Murillo “la Chayo”, con quien militó en la guerrilla en la década de 1960, se convierte en el rostro del gobierno. Murillo no es la típica esposa del presidente, participa en forma activa y llega a convertirse en la compañera de fórmula de Ortega para las elecciones de 2016, las cuales ganan, en medio del rechazo generalizado y de un fraude orquestado.
El 18 de abril de 2018, miles de nicaragüenses se manifiestan en rechazo a reformas al sistema de pensiones del Seguro Social, estudiantes y diferentes sectores son reprimidos con violencia.
Los intentos de diálogo con el gobierno han fracasado y han tenido momentos álgidos, como ocurriera el pasado 9 de julio cuando turbas orteguistas agredieron a obispos nicaragüenses en la Catedral de Diriamba. Hasta el momento se contabilizan más de 260 muertos en las protestas.