Según los resultados definitivos publicados el viernes, los partidarios del Brexit ganaron el referendo con el 51,9% de los votos, frente al 48,1% para los defensores de la permanencia.
“El jueves 23 de junio de 2016 pasará a la Historia como el día de la independencia del Reino Unido. La élite europeísta ha sido derrotada. Los británicos muestran a Europa el camino hacia el futuro y la liberación”, declaró el diputado holandés de extrema derecha Geert Wilders.
Holanda forma parte de los seis países fundadores de la UE. El diputado, conocido por su retórica anti-islam, pidió “un referendo sobre el nexit, una salida holandesa de la UE” .
La UE enfrenta profundas divisiones sobre la manera de manejar la crisis migratoria, la más importante en el continente desde la Segunda Guerra Mundial, pero también problemas financieros de varios países miembros, incluyendo Grecia.
Geert Wilders asegura que habrá un referéndum en Holanda si llega a ser primer ministro: “Queremos estar a cargo de nuestras propias fronteras, nuestra propia moneda y nuestra propia política migratoria”.
Las elecciones en Holanda están previstas para marzo de 2017, pero desde el año pasado las encuestas colocan invariablemente a la cabeza al PVV, cuya popularidad sigue creciendo en medio de la crisis de los refugiados.
Muchos temen un efecto dominó que aliente a otros Estados miembros a abandonar la UE, siguiendo el ejemplo del Reino Unido y asestando un golpe más duro aún al proyecto europeo.
Contragolpe y bofetada
En Italia, Matteo Salvini, dirigente del partido Liga Norte, euroescéptico y opuesto a la inmigración, saludó en Twitter el “coraje de los hombres libres”: “corazón, espíritu y orgullo derrotaron a amenazas y chantajes. Gracias Reino Unido, ahora nos toca a nosotros”.
“Es formidable que los autores de esta campaña de intimidación hayan sufrido un contragolpe”, declaró por su parte el Partido Popular danés, de la derecha populista y fuertemente euroescéptica.
Desde hace años, el partido aboga por un referendo. No sobre la adhesión, sino sobre una renegociación para obtener “una colaboración con menos obligaciones con la UE”.
“Es obvio que no debemos organizarla pasado mañana”, dijo su portavoz de asuntos europeos Kenneth Kristensen Berth. “De momento, hay que mantener la sangre fría y esperar a saber lo que presentarán los británicos al Parlamento Europeo. Pero está claro que es una bofetada para todo el sistema de la UE que no debemos minimizar” .
Heinz Christian Strache, presidente del partido de extrema derecha austríaco FPÖ, partidario de una “Europa de Naciones”, sin llamar tan claramente a un referéndum como Le Pen o Wilders, reclamó la renuncia de los responsables europeos Jean-Claude Juncker y Martin Schultz “por decencia y también por respeto hacia un mejor futuro de Europa”.
Si la UE “se obstina en su negativa a hacer reformas, o en la posibilidad de admitir a Turquía, entonces una votación en Austria sobre su pertenencia a la UE se convertiría en un objetivo”, advirtió.
El Partido de izquierda sueco, el opositor más a la izquierda de los siete representados en el Parlamento sueco, también llamó al Gobierno de Estocolmo a “renegociar” sus condiciones de adhesión del país al bloque, para “reducir el poder de la UE” , indicó su presidente Jonas Sj stedt.
Favorable al proyecto europeo, el Partido de izquierda denuncia sin embargo regularmente lo que considera como una orientación económica demasiado liberal de la UE.
Para el jefe británico del partido anti-europeo y anti-inmigración UKIP Nigel Farage, el brexit es “una victoria para la gente auténtica, común y respetable”.