El cierre de la basílica, que en los últimos días permanecía casi vacía tras la imposición de restricciones por parte de las diversas iglesias cristianas que la custodian, se suma al cierre de mezquitas y de todas las sinagogas de Israel, tras la decisión hoy del ministerio israelí de Sanidad de prohibir la actividad religiosa en sitios de culto cerrados.
La Explanada de las Mezquitas, que al igual que el Santo Sepulcro está ubicada en la Ciudad Vieja de Jerusalén (en la parte oriental de la ciudad ocupada por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967), ya había cerrado sus puertas el domingo, lo que llevó a los fieles musulmanes a rezar al aire libre en sus alrededores, algo que sigue estando permitido en tanto se respete la indicación de mantener dos metros de separación entre las personas.
Las nuevas restricciones impuestas hoy por Israel limitan casi totalmente los movimientos de la población, con contadas excepciones que incluyen salir a comprar comida, medicinas o productos esenciales, ir al médico, a donar sangre, hacer un procedimiento legal, al Parlamento o prestar ayuda a necesitados.
Entre las actividades permitidas se mantienen además las manifestaciones, el rezo en espacios abiertos, funerales, bodas y baños rituales de las mujeres.
La pandemia ha causado hasta ahora la muerte de cinco israelíes y una palestina y ha sido recibida con medidas agresivas tanto por el Gobierno de Israel como por la Autoridad Nacional Palestina, que también decretó esta semana medidas de aislamiento en Cisjordania ocupada.
El movimiento islamista palestino Hamás, que controla la Franja de Gaza, también implementó drásticas restricciones allí, tras haberse registrado esta semana los dos primeros pacientes con coronavirus, que permanecen aislados en un hospital en la frontera con Egipto.