El presidente Juan Manuel Santos se unió a la movilización en la población de Villeta, cerca de Bogotá, en donde aseguró: “Los colombianos queremos un país en paz, un país libre de secuestros, libre de violencia”.
Aunque los voceros como Andrés Santiago aclararon que la movilización “no es contra nadie, sino una exigencia de libertad”, los carteles con mensajes de rechazo a las Farc, el principal grupo rebelde de ese país, destacaban entre los ciudadanos que participaron.
En cada una de las marchas el clamor de los manifestantes era similar, “libérenlos ya”, “no más secuestro, no más violencia, no más Farc”, repetían.
“Le pido a la guerrilla de las Farc que me devuelvan a mi hija, ya son 14 años sin ella, dijo Ruth”, una de las tantas familiares de víctimas del secuestro que se unieron a las marchas en la ciudad de Medellín.
La movilización fue convocada tras el asesinato, el 26 de noviembre último, de cuatro uniformados que las Farc mantenían en su poder desde hacía más de 12 años, entre ellos el más antiguo rehén de la guerrilla, secuestrado el 21 de diciembre de 1997.
Las Farc, con 47 años de lucha armada, han acusado al Gobierno de responsabilidad en la muerte de rehenes tras haber ordenado, según ese grupo, una “demencial” operación de rescate.
Las marchas fueron secundadas en Estados Unidos, España, Bélgica y Panamá, entre otros países. El secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, instó a las Farc a liberar los rehenes, en una manifestación en Washington contra los rebeldes.