La llegada de los soldados franceses a Kidal se produce tras la reconquista, junto al Ejército maliense y sin hallar gran resistencia, de las dos mayores ciudades del norte de Malí, Gao y Tombuctú, tomadas por los grupos armados islamistas en los últimos meses.
Kidal es el bastión de Ansar Dine —Defensores del islam—, dirigido por Iyad Ag Ghaly (exrebelde tuareg), un grupo islamista armado aliado de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).
Un grupo escindido de Ansar Dine, el Movimiento Islámico de Azawad (MIA), afirmó hace poco que controlaba Kidal junto con los rebeldes tuaregs del Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA).
Según una fuente de seguridad maliense, los principales responsables de los grupos islamistas se refugiaron en las montañas al norte de Kidal, cerca de la frontera con Argelia.
En lo que respecta a Tombuctú, donde testimonios indicaban que los islamistas habían destruido célebres manuscritos de varios siglos de antigüedad, expertos afirmaron que la mayoría de ellos se habían salvado.
Tombuctú, que se convirtió en la capital intelectual y espiritual del islam en África en los siglos XV y XVI, es célebre por sus decenas de miles de manuscritos, algunos de los cuales datan de la era preislámica.
Por otra parte, frente al “riesgo de abusos” y de represalias, el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, se pronunció por un “rápido despliegue de observadores internacionales”, para vigilar “el respeto de los derechos humanos”.
En ese contexto, París instó ayer a Bamako a llevar a cabo “conversaciones con los representantes legítimos de la población del norte y los grupos armados no terroristas que reconocen la integridad de Malí”.