El informe revela que sólo la mitad de la población mundial puede disfrutar de todos los servicios sanitarios esenciales y el resto únicamente tiene acceso a algún tipo y no cuenta con todos los que necesitaría.
Algunos ejemplos destacados por el informe son, por ejemplo, que existen mil millones de personas con hipertensión no tratada; que más de 200 millones de mujeres no tienen acceso a la planificación familiar; o que cerca de 20 millones de niños no reciben todas las vacunas que necesitarían.
Los servicios de cobertura sanitaria varían también no sólo entre países, sino también en las provincias de las naciones.
Por ejemplo, en los países de bajos ingresos, el 17% de las madres e hijos pertenecientes a los hogares más pobres recibieron los servicios básicos, mientras que en los hogares más ricos, el porcentaje aumenta hasta el 74%.
Otro gran problema es el coste financiero que para las familias implica pagar por los servicios sanitarios que obtienen, peso que en muchos casos los empobrece más aún.
Según los datos recabados en el informe, unos cien millones de personas caen en la extrema pobreza (vivir con menos de US$2 por día) porque tienen que pagar por las facturas sanitarias.
Además, otros 122 millones de personas cayeron por debajo de la línea de la pobreza (US$3 por día) y son oficialmente calificados como pobres a causa de los gastos en salud.
El informe subraya que un “número creciente” de personas gasta al menos un 10% del presupuesto del hogar en gastos sanitarios.
Este nivel de gasto implica en muchos casos que se deban cortar otras necesidades como la comida o las tasas escolares.
Se calcula que más de 800 millones de personas en el mundo (el 12% de la población mundial) gasta al menos un 10% de su presupuesto en salud. Esta cifra ha aumentado un 3% anual.
Las estimaciones del estudio revelan que al menos 180 millones de personas gastan un cuarto de su presupuesto familiar en salud, y que este grupo ha crecido aun más, a un ritmo del 5% anual.
“¿Por qué está creciendo? Porque los gobiernos no dan suficiente prioridad a la salud publica. Y la gente tiene cada vez más altas expectativas de cómo debe estar su salud y pagan por ello porque no obtienen una cobertura pública suficiente”, explicó en conferencia el director de Salud y Nutrición del BM, Timothy G. Evans.
Por su parte, la directora general adjunta sobre Cobertura Sanitaria Universal de la OMS, Naoko Yamamoto, explicó que conforme los países se desarrollan, surgen entidades privadas de atención médica para paliar las necesidades que “deberían ofrecer los servicios médicos públicos”.
“Las personas acceden a esos servicios privados, pero se endeudan”, agregó Yamamoto.
Otra razón por la cual se incrementó el número de personas endeudadas es que este fenómeno ocurre en países muy poblados como China o India, explicó la experta.
El estudio destaca que Latinoamérica y el Caribe ha sido una de las regiones donde ha decaído el número de personas empobrecidas a causa de los gastos médicos.
Según los datos del informe, 6.3 millones de personas han caído en la pobreza por causa de los gastos sanitarios en esta región, pero tanto el número como el porcentaje de personas que han padecido esta carga ha descendido en los últimos años.
Sin embargo, la región latinoamericana tiene el mayor porcentaje de personas que gastan al menos un 10% del presupuesto familiar en gastos de salud: Un 14.8% de la población, lo que representan unos 88 millones de personas.
Ambos expertos recordaron que si bien no todos los países tienen los medios para ofrecer todos los servicios sanitarios, sí que deberían ser capaces de ofrecer los “principales y esenciales” a toda la población, sin tener en cuenta su demografía, su poder económico o su estatus epidemiológico.