Muchas veces se dice que los padres son capaces de hacer cualquier cosa por sus hijos y una prueba de ello es una historia que ocurrió el viernes 6 de marzo de 1981, en Alemania, en donde una mujer mató a balazos a un carnicero que enfrentaba juicio como presunto responsable de haber matado y violado a la hija de 7 años de la mujer.
Según recuerdan varios medios de aquel país, era el tercer día de juicio contra Klaus Grabowski, un carnicero que era acusado de violar y matar a Anna Bachmeier, de 7 años.
Pasaban las 10 horas de aquel día cuando los guardias del juzgado llevaron a Grabowski a la sala de audiencias a la espera del juicio.
Marianne Bachmeier, la mamá de Anna acudió a la audiencia caminó lentamente, colocó sus manos dentro del bolsillo de su chumpa impermeable y se ubicó a pocos metros de donde estaba el sindicado de la muerte de su hija.
No dijo nada y se quedó parada allí durante varios minutos, recuerdan testigos que narraron el suceso a los medios de comunicación el día del incidente.
Del arma salieron siete disparos que se escucharon en la sala e impactaron en la espalda de Grabowski. La octava bala se encasquilló.
Ante lo sucedido, dos policías reaccionaron y tomaron de los brazos a la madre de la víctima, quien externó: “Quería dispararle en la cara, pero le disparé por la espalda”.
Con siete heridas de bala en la espalda, Klaus Grabowski, de 35 años, agonizaba retorciéndose en el piso del tribunal. No demoró más de dos minutos en perder la vida aquel 6 de marzo de 1981.
Al día siguiente, los diarios alemanes resaltaron la foto de Marianne con titulares que la denominaban como “la mamá vengadora”.
Cómo fue el crimen
El 5 de mayo de 1980 Anna Bachmeier se despertó de mal humor y discutió con su madre porque no quería ir a la escuela. Al principio Marianne quiso obligarla, pero al final decidió que saliera a jugar.
Sin embargo, lo que no sabía Marianne era que Anna quería faltar a clases porque tenía un plan: ir a la casa de Grabowski, quien le había prometido que la dejaría jugar con sus gatos, una tentación irresistible para una nena de 7 años que no tenía mascotas en su hogar.
Lo que ignoraba la menor, es que el carnicero también tenía un plan preciso contra ella: secuestrarla, violarla y asesinarla.
Marianne fue capturada inmediatamente luego del crimen y acusada inicialmente de asesinato. Durante el juicio, en 1982, Marianne afirmó que disparó a Grabowski durante un estado de trance tras ver a su hija en la sala. Finalmente, en 1983 fue condenada a seis años de prisión, pero solo cumplió tres.