El funcionario no precisó la causa de la muerte de Tarek Aziz, que desde hace tiempo sufría problemas cardiacos y respiratorios, presión alta y diabetes.
En el 2011, Aziz pidió al primer ministro de entonces, Nuri al Maliki, que acelerara su ejecución debido a su mala salud.
Tarek Aziz fue condenado a muerte en el 2010 después de haber sido hallado culpable de “muerte deliberada y crímenes contra la Humanidad” por la represión contra partidos religiosos en los años 1990. También fue condenado a varias penas de cárcel por otras acusaciones.
Designado ministro de Relaciones Exteriores en 1983, fue designado viceprimer ministro en 1991.
Tarek Aziz, que fue el único cristiano en el círculo de los colaboradores más estrechos de Sadam Husein, era uno de los dirigentes iraquíes más conocidos en el mundo entero pese a que nunca tuvo una real influencia política en el dictador.
Muy presente en la prensa internacional, era conocido por sus grandes gafas y su aparencia impecable.
Fiel a Sadam Husein hasta su caída en el 2003, Aziz se entregó a los estadounidenses tras la invasión de Irak en marzo del 2003.