Lo dijo primero en una comida con presentadores de televisión en la Casa Blanca y lo reiteró ya públicamente en su primer discurso ante el Congreso, el martes por la noche. En Estados Unidos hay más de 11 millones de inmigrantes indocumentados, la mayoría de ellos hispanos.
¿Qué tipo de reforma migratoria quiere Trump?
El mandatario no entró en sustancia, sino que pronunció generalidades. En el Congreso habló de un sistema de inmigración “basado en el mérito” y expresó su deseo de que republicanos y demócratas trabajen juntos para diseñar la reforma.
“Creo que una reforma inmigratoria real y positiva es posible siempre y cuando nos centremos en los siguientes objetivos: mejorar los puestos de trabajo y salarios de los estadounidenses, reforzar la seguridad de nuestra nación y restaurar el respeto a nuestras leyes”, dijo.
En la comida con presentadores de televisión antes del discurso, Trump dijo que no está en contra de permitir que se queden en el país inmigrantes que no sean criminales peligrosos y violentos, tengan un trabajo y paguen impuestos, según algunos presentes.
¿Contempla permitir la nacionalización a los sin papeles?
Trump descartó en la comida abrir el camino a la ciudadanía a quienes están ilegalmente en ese país, algo que sí defendía su contrincante demócrata, Hillary Clinton, y antes que ella Barack Obama. Trump criticó esto en campaña calificándolo de “amnistía”.
La única excepción para la nacionalización de la que habría hablado sería la de los “dreamers”, los jóvenes indocumentados a los que sus padres llevaron ilegalmente a Estados Unidos siendo niños y a los que Obama protegió de la deportación.
¿Supone el hecho de que abra la puerta a una reforma migratoria una suavización de su política de mano dura?
En cierto modo, sí, porque uno de los pilares de su campaña electoral fue la expulsión de los más de 11 millones de sin papeles que hay en ese país. No obstante, hay que recordar que su administración situó la semana pasada como sujeto de deportación prioritaria a todos los sin papeles, con excepción de los “dreamers”, cuando hasta entonces lo eran los que tenían antecendentes por crímenes y delitos graves.
¿Quiénes estarían a favor y quiénes en contra de una reforma migratoria?
Los demócratas llevan tiempo pidiendo una reforma migratoria que permita sacar de la ilegalidad a millones de personas que contribuyen al día a día de ese país.
Los republicanos, sin embargo, están más divididos. Los hay, como el senador de origen cubano Marco Rubio, que defienden la necesidad de una reforma migratoria desde hace tiempo pero también hay una ala más radical que quiere ver expulsados a todos los que se encuentran sin papeles en Estados Unidos.
El consenso que pidió Trump a unos y otros podría alcanzarse hipotéticamente con los demócratas prescindiendo de la naturalización de los sin papeles y con los republicanos más radicales admitiendo que los indocumentados se queden en el país sin que vayan a ser naturalizados.
¿Cuáles han sido las reacciones a su disposición a una reforma?
Los demócratas y las organizaciones de defensa de los inmigrantes y los derechos civiles son cuanto menos escépticos, sobre todo teniendo en cuenta que la administración de Trump abrió la puerta a las deportaciones masivas de sin papeles la semana pasada.
“Entonces pare las deportaciones. ¿Por qué tiró por la borda toda la priorización (de personas a deportar) que se acordó bajo la administración de Barack Obama?”, dijo en una entrevista el congresista demócrata Luis Gutiérrez.
Entre los republicanos hubo críticas. “No creo que podamos tener esta conversación hasta que nuestras fronteras sean seguras porque cada vez que hablas de una senda a la ciudadanía o a un estatus legal, esto alienta a más gente a venir”, dijo el congresista Lou Barletta, citado por “Politico”.
El senador republicano Rubio, que participó hace cuatro años en la redacción de la reforma migratoria que Obama no pudo sacar adelante, se mostró “potencialmente” interesado en volver a redactar una.
“Personalmente siempre he pensado que no es buena idea tener millones de personas en ese país que no podrán nunca ser ciudadanos. Pero sin duda la legalización es mejor que lo que tenemos ahora”, añadió.
¿Qué dicen los analistas?
“Trump ha sido una caja de sorpresas y contradicciones en inmigración, lo que se reflejó en su dicurso ante el Congreso”, indica a dpa Michael Shifter, presidente del “think tank” Diálogo Interamericano. “Es difícil juntar todas las piezas (muro, deportaciones y ahora la posible reforma) para que den sentido a la posición de Trump”, señala. “Pero el tema de la inmigración está hoy mejor que ayer. Quién sabe cómo será mañana”, resume.