“Estamos esperando a ver qué decide Trump hacer con nosotros, lo único que queremos es que nos deje entrar y construir una nueva vida, a base de esfuerzo y trabajo, lejos del régimen castrista”, relata Delgado, a escasos metros de suelo estadounidense, en el puente que conecta Nuevo Laredo (México) y Laredo (Texas, EE.UU) .
Cerca de 30 de los cubanos bloqueados en la frontera, entre ellos varias madres con niños pequeños, decidieron protestar de manera pacífica en el puente número uno de Nuevo Laredo formando una fila en silencio a las puertas de Estados Unidos.
Los miembros de esta manifestación, que llegaron a la frontera entre el jueves y el sábado, piden a la nueva Administración de Trump que deje entrar en el país norteamericano a aquellos cubanos que están en travesía porque la decisión de Obama fue “inmediata e inesperada” .
Dando un paso más hacia para el proceso de normalización de relaciones que mantiene con La Habana desde finales de 2014, Obama puso fin a dicha norma, que permitía quedarse en EE.UU. a los cubanos indocumentados que lograran pisar ese territorio.
Los cubanos tienen las esperanzas puestas en el magnate neoyorquino, quien el día del fallecimiento de Fidel Castro prometió que su Gobierno haría “todo lo posible para asegurar que el pueblo cubano pueda iniciar finalmente su camino hacia la prosperidad y libertad” .
Asimismo, durante la campaña electoral, Trump se comprometió a aplicar mano dura al régimen castrista, un anuncio que le dio el voto de los exiliados cubanos en el estado de Florida, crucial para obtener la victoria en las elecciones presidenciales del pasado 8 de noviembre.
“Esperamos que el nuevo Gobierno reflexione un poco y nos deje pasar, ya sea mediante asilo político o reintroduciendo la regla de pies secos/pies mojados, me conformo con lo que me den” , apunta Irina Vicardo, que llegó a la frontera con sus dos hijos, de 8 años y 1 año, tras pasar por Ecuador, dónde residía, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México.
La ruta que siguió Vicardo es una de las más habituales que seguían los cubanos para llegar a Estados Unidos, saliendo de Cuba como turistas hacia Ecuador en avión y de ahí seguir el viaje por aire, en autobuses y lanchas para llegar a la frontera.
Los cubanos que se encuentran ahora en México obtuvieron al entrar en el país un “salvoconducto” , un permiso que les dan las autoridades para salir del país o regularizarse en un plazo de 20 días, por lo que a la mayoría de los que están en la linde estadounidense les queda entre una y dos semanas de tiempo.
A la salida del puente por la parte de EE.UU., la activista cubanoestadounidense Amanda Soler dijo que, en caso de que no haya una solución en los próximos días, el grupo de cubanos que se encuentra en Estados Unidos trabajará para hacer llegar comida y ropa a sus compatriotas bloqueados.
“Aunque tenemos esperanzas de que les dejen entrar, lo mínimo que podemos hacer por ellos es que se encuentren en las mejores condiciones posibles durante esta larga espera”, aseveró Soler.
Si no se arregla la situación antes de este plazo, los cubanos podrían optar por pedir asilo político en alguno de los dos países, aunque es un proceso en el que se debe demostrar que la persona es incapaz de regresar a su país por haber estado en el pasado sujeto a persecución o por un temor bien fundado de una persecución futura.
“O se mueven hacia delante para entrar en Estados Unidos o regresan hacia atrás y vuelven a México”, exclama uno de los oficiales que vigilan el puente para poner fin a la manifestación de los cubanos, que deciden volver a la parte mexicana del mismo, su única opción, para seguir esperando alguna noticia que cambie su futuro.