REGISTRO AKÁSICO

Asoma podredumbre en las posiciones políticas

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¿La política es sucia o son los políticos? Para el caso, da lo mismo. Jean Paul Sartre *1905 +1980, en Las manos sucias, retrata a Hugo, cumple su misión, pero cambia la línea partidaria; la acción juzgada heroica se convierte en una pifia. Quién ingresa a la política, debe saber que se manchará las manos.

Imagínese miembro del Congreso. Daniel Ortega donó fondos a su campaña. Ahora se aferra al poder, sin importarle pasar sobre cadáveres de sus compatriotas poco dotados para la política. Los cerriles nicas siempre encumbran a un dictador. Botan monumentos en forma de árbol y se ponen a saltar encima, sin importarles que un fotógrafo guatemalteco quedó abajo. ¿Un grupo de los manifestantes están armados sospechosamente, con una escopeta hechiza de mortero? Pareciera que alguien las fabricó y repartió. Allí están felices, arruinando la economía. El gobierno de Nicaragua de Ortega y su esposa Rosario Murillo, seguía las sugerencias de los organismos internacionales, se contrató toda la deuda externa posible. Fomentó la maquila, para aliviar el desempleo. Criminalizó el aborto para quedar bien con los curas y pastorzuelos. Se declaró cristiano y revolucionario, para goce de mojigatos.

No obstante, son más de 300 muertos, no se puede pasar por alto. Hasta el Cacif se desdijo de la invitación a Ortega.

Cuando Pablo Monsanto acudió a una cita política, en San Salvador, los diputados de la izquierda, lo condenaron con apremio. Aquí no importa Walter Félix, puesto por Ingrid Roxana Baldetti Elías, cuando se enojó ante la desobediencia del diputado de su partido en Huehuetenango. Fulminante desafuero, no tuvo tiempo para el transfuguismo. El tuitero de Félix, llamó lacayos del imperialismo a los manifestantes contra Ortega. Se desacredita a miles de personas por ejercer su derecho cívico.

Los otros diputados, si dicen adiós como José Mujica, pierden el financiamiento; si apoyan a la represión, no hay legitimidad para la protesta. Solo les queda ponerse a sollozar por los fallecidos, manifestantes y policías. El lacrimoso comunicado vale para las víctimas pero también lloran por ellos mismos.

La política convierte a la piel, en cuero. Los diputados no son los únicos cuerudos. Jamás hubo atención a las reuniones del Foro de Sao Paulo. Ahora, se retrata a los camaleónicos representantes nacionales. No es para reconocerlos como empleados gubernamentales en todas las administraciones desde inicio de siglo, sino para denunciar su posición acomodaticia.

Los semilleros también son quemados. Eran jóvenes sin adscripción clara. Se sabían en la derecha, pero coqueteaban con la social democracia. Su compromiso se expresa en el ciberespacio y su accionar, en la nube.

No defienden a uno de sus compañeros, el exministro Juan Alberto Fuentes Knight. Sal como puedas, le dijeron. Y ahora, corren al Sheraton en San Salvador para reunirse con la vieja política de Encuentro por Guatemala, Nineth Varenca Montenegro y la carcelera exfiscal de su colega, Thelma Esperanza Aldana Hernández de López, candidata presidencial. Bonita forma de hacer política. Nada de campaña anticipada, pacto de corruptos, financiamiento electoral ilícito. La proclamación se presenta como destape. Por menos, está preso un reyezuelo chapín. El problema pareciera existe en los hoteles del país donde se establece al financista. En San Salvador no dan factura o, tal vez, es gratis.

¿Es cierto que todos son unos deshonestos? No. Allí están los idealistas. El periodista cabal, el viejo profesor excomunista contratado por Naciones Unidas. Son los menos, pero se ensucian las manos.

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.