IDEAS

Bukele, el rey

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En El Salvador, Nayib Bukele está dando los pasos necesarios para eternizarse en el poder, como tantos otros dictadores populistas lo han hecho en Latinoamérica. Si bien lo siento mucho por los salvadoreños, debo decir que lo que más me preocupa es que, según varias encuestas, muchos guatemaltecos quisieran que alguien como Bukele gobernara nuestro país. Por lo visto no hemos aprendido nada de la historia. Lo peor es que ni siquiera hay que retroceder mucho en la historia, solo hay que ver lo que pasó en Venezuela las últimas dos décadas o lo que está pasando ahora mismo en Nicaragua para saber que ningún pueblo termina bien con un dictador. ¿Es eso lo que muchos quieren para Guatemala?

' Bukele está dando los pasos para eternizarse en el poder. ¿Es eso lo que muchos quieren para Guatemala?

Jorge Jacobs

Hasta ahora los presidentes salvadoreños no podían revalidar su mandato de forma consecutiva, sino que debían esperar dos períodos, es decir 10 años.

Sin embargo, Bukele ha ido dando los pasos necesarios para entronizarse. Aprovechando la mayoría absoluta que su partido obtuvo en el Legislativo, cambió a la Sala Constitucional ni bien sus diputados tomaron posesión. De allí no esperó mucho para dar el zarpazo. La semana pasada, aprovechando un caso de pérdida de ciudadanía, la Sala Constitucional se echó un argumento jaladísimo para “reinterpretar” la Constitución, resolviendo que al período para el que aplica la limitación “pétrea” no es el que se da mientras está una campaña electoral, sino que “el anterior”, y con eso concluyó que un presidente puede reelegirse para un segundo período, pero no para un tercero.

Sin conocer a profundidad el entramado constitucional de El Salvador, solo con leer la sentencia que aprovecharon para establecer su nueva doctrina me parece que hay bastante manipulación de los conceptos. Comparto aquí un par de párrafos de la sentencia para ilustrar la manipulación que hizo la Sala Constitucional electa por Bukele:

“Nos encontramos en un escenario que se rige bajo una premisa básica: ‘el poder reside en el pueblo’, y algo cierto es que ‘el pueblo’ cambia, que lo único certero es el cambio. Así, atar la voluntad popular a un texto que respondía a necesidades, contexto o circunstancias de hace 20, 30 o 40 años, resulta ya no garantista, sino una excesiva restricción disfrazada de ‘certeza jurídica’, y el actuar de representantes que se resisten al cambio del soberano, que se resisten a escuchar la voluntad del pueblo es sin duda la mayor de las violaciones al respeto de la soberanía”.

“…la conformación de este tribunal ha cambiado en su totalidad respecto de la conformación que se tenía al momento de realizar la interpretación en comento. De ahí que esta Sala por medio de la presente resolución se aparta del precedente 16 jurisprudencial… Así, el ‘período inmediato anterior’ se entenderá que hace referencia al período presidencial previo al que se pretende ser candidato a la Presidencia”.

En resumen, considero que hicieron una argumentación falaz para permitir que Bukele pueda correr para un segundo mandato. Hay que hacer la salvedad de que, en esta sentencia, dejan claro que no puede correr para un tercer mandato, por lo que seguramente, si Bukele se sale con la suya y es reelecto para un segundo mandato, le bastará cambiar nuevamente a los miembros de la Sala Constitucional para que estos argumenten que ellos pueden tomar una decisión distinta que los anteriores —como hicieron los actuales— y que, por tanto, sí puede correr para un tercer período, y así sucesivamente. Es decir, estamos viendo cómo un nuevo dictador en ciernes va estableciendo las piezas necesarias para eternizarse en el poder.

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

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