Catalejo

Comienza a gatear el camello municipal

El sentido común indicaba la necesidad de demoler el puente Bran. A la comisión le tomó casi casi dos meses decidirlo.

El 17 de febrero, un tráiler dejó inservible el puente de ingreso de la colonia Bran, al destruir las columnas. El 18 de marzo, 30 días después, escribí una columna al enterarme de la decisión municipal de reconstruirlo, porque cualquiera con dos ojos lo podría ver. Las columnas tenían como mínimo, la mitad de varillas de hierro necesarias y era un milagro haberse mantenido en uso. Consulté a un ingeniero estructural, quien me indicó no solo la necesidad de demolerlo, sino reconstruirlo de acero, porque la instalación de sus partes tiene no sólo un tiempo menor, sino porque el paso por debajo, es decir miles de vehículos de todos los días a toda hora hace obligatorio realizarlo de esa manera. Pero no. Se formó una comisión, integrada por la Muni, Comunicaciones, Cámara de la Construcción, Caminos, la Usac, la universidad Gálvez. Mala seña…

El sentido común indicaba la necesidad de demoler el puente Bran. A la comisión le tomó casi casi dos meses decidirlo.

Pasaron largas semanas de silencio sepulcral. No se supo nada de la comisión, las reuniones, las posibilidades, las decisiones y su por qué. Ahora, sorprendentemente, el alcalde anuncia con cara de agradézcanmelo, haber sido informado de “la inhabilitación del puente”. Acerca de todo aquello visible, evidente, no hay necesidad de pedir sesudos informes técnicos. Cualquier conocedor se hubiera tardado un día en declarar lo mismo. Irónicamente, en Estados Unidos un barco destruyó un puente de 1.5 kilómetros de largo y las operaciones para sustituirlo empezaron pocos días después, sin haber realizado ninguna pomposa comisión, creada en nuestro medio como prueba de la poca confianza en sí mismos de los participantes y los funcionarios. El costo de los atrasos, atascos, pérdida de tiempo, ya tal vez es ahora mayor a la obra.

La Municipalidad ha intervenido para poner obstáculos para el ingreso a la colonia Bran. Reunirse con los vecinos, cuyas sugerencias no fueron atendidas ni explicado por qué eran malas. El alcalde acostumbra, para dar un supuesto mensaje esperanzador, mencionar la mínima fecha o costo posibles, con lo cual los atrasos son percibidos como peores. Los estudios, dijo, “podrían estar en las primeras semanas de abril”. La nueva promesa es para estar todo terminado “antes que termine el 2024”. No dice nada, en realidad. Y para ajustar, pide “paciencia” a los vecinos de la colonia Bran porque considera los únicos afectados. En realidad, son el menor número; la cifra iguala a todos los capitalinos.

Dentro del horizonte de la aldeana politiquería nacional, el alcalde Quiñónez ocupa el segundo puesto político más importante del país porque aprovechó su parentesco político con Arzú y se mantuvo bajo su sombra, agarró confianza, heredó el puesto y lanzó su candidatura, aplicando las mismas estrategias, de cualquier clase. Lo importante es mantener la ciudad bonita, con jardines donde se vean (esto es crucial). Sus aspiraciones van a presidencia, sin pasar por una diputación, por ser esto garantía de desprestigio sobre todo si usa un “partido”, peor si es propio. Sus videos muestran el accionar de expertos en imagen: hablar calmado, pedir disculpas y paciencia, en vez de excusas por la tardanza. Logró la alcaldía pese a los ataques de los hermanitos Arzú, pero casi no lo logra, al superar solo por unos 300 votos a su seguidor.

Al sumar los votos por los demás candidatos, la diferencia porcentual es la menor de la historia capitalina. Debe mejorar mucho. A los vecinos de la colonia Bran les repartió un volante con fotos aéreas, por eso mismo confusas, aunque sean perfectas, de las nuevas rutas. Siempre deja muchas dudas. Todo es generalizado. Afirma cosas poco creíbles, como “la obra… es una prioridad”. según las cifras del papel mencionado, “circulan 70 mil vehículos por día”. Al calcular de dos personas en promedio, son 35 mil, y si por hacer las rutas nuevas cada uno gasta la décima parte de un galón, son 3,500 galones diarios sólo por pasar por allí. La falta de fechas específicas impide calcular total, porque no se sabe el significado de la frase “antes que finalice el 2024”. Si la fecha fuera el 1º de diciembre, en total el gasto será de 30 millones de galones.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.