Liberal sin neo

Dos formas de entender el gobierno

El estado de Derecho genera una presunción a favor de la libertad.

Pecando de simplificación, hay básicamente dos formas de entender el papel del gobierno, que varían de grado, pero no de clase. Una propone que el propósito del gobierno es asegurar los derechos individuales de las personas. La otra ve al gobierno como un vehículo para resolver problemas sociales y otorgar beneficios a unos a expensas de otros. Estas dos formas no son del todo excluyentes; son simplemente dos apreciaciones distintas del papel del Estado y el gobierno.


El capitalismo no es propiamente un sistema de organización social. Cuando predomina el estado de Derecho, la protección de derechos individuales y derechos de propiedad, lo que surge es lo que podría describirse como capitalismo. El estado de Derecho genera una presunción a favor de la libertad: todo lo que no esté expresamente prohibido, es permitido. En el caso del gobierno y sus funcionarios, se tiene la presunción contraria: solo pueden hacer lo que la ley autoriza expresamente. El estado de Derecho se fundamenta en leyes que limitan el poder y protegen contra la interferencia arbitraria en la vida de las personas, su libertad y propiedad. La ley se aplica por igual a todos, especialmente a quienes ejercen el poder. La moral propia de la ley se valora por la forma en que respeta la dignidad de la persona y su autonomía. Los principios formales, su “legalidad”, no son condición suficiente para asegurar un estado de Derecho.


El derecho a lo propio, la propiedad, es un derecho humano fundamental, que solo desaparece con el uso de coerción y violencia. Sin propiedad la sociedad no tiene como defenderse del poder. Críticos de la propiedad no quieren deshacerse de ella, sino transferir la propiedad privada a propiedad del gobierno, bajo el espejismo que “es de todos” o colectiva.

A más derechos de unos, más obligaciones de otros y mayor concentración de poder.


Una de las muchas bondades del sistema de organización social basado en el estado de Derecho y seguridad en la propiedad, es que reduce la cantidad de decisiones que tienen que ser tomadas de manera “colectiva” o por el poder que fuere. En la medida que aumenta la cantidad de problemas que un gobierno pretende resolver, aumenta su poder para disponer sobre la vida y propiedad de las personas. Objetivos en apariencia socialmente deseables, fácilmente conducen a constituir poder gubernamental que se concentra; poder que eventualmente será mal usado y abusado. A más derechos de unos, más obligaciones de otros y mayor concentración de poder.


La presunción a favor de la libertad de las personas es escéptica de que los actores de gobierno tengan el conocimiento para resolver grandes problemas sociales y los incentivos correctos para hacerlo. Por ejemplo, dado el derecho a la educación, un “estado educador” no necesariamente sería el único mecanismo apropiado para asegurar el derecho. Un estado educador produce sus propios incentivos, entre ellos la indoctrinación ideológica y la captura de recursos por los poderes que se constituyen. Puede decirse lo mismo sobre la salud; garantizar un derecho no salta directamente a la conclusión que el Estado debe administrar hospitales y servicios médicos.


En pasadas semanas se han dado a conocer una serie de hechos como si fueran sucesos fuera de lo común. Que los hospitales nacionales suspendan cirugías porque están desabastecidos, dos mil familias fueran estafadas en Fopavi, una ministra asigna vehículo, chofer y seguridad para su hija, no es novedad. Un gobierno que no es capaz de administrar vertederos y aeropuertos probablemente será incapaz de garantizar lo más fundamental: la seguridad física y jurídica que facilite la prosperidad social.

ESCRITO POR:

Fritz Thomas

Doctor en Economía y profesor universitario. Fue gerente de la Bolsa de Valores Nacional, de Maya Holdings, Ltd., y cofundador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).

ARCHIVADO EN: