IDEAS

¿El inicio de la paz?

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Mientras aquí no celebrábamos la independencia como habitualmente lo hacemos todos los años, en la Casa Blanca se celebraba la firma de dos acuerdos que podrían sentar las bases para, si no la paz, al menos un poco menor inestabilidad en la región que ha sido el principal foco de conflictos en las últimas décadas —alguien diría milenios—: el Cercano Oriente. El gobierno de Israel firmó sendos acuerdos de normalización de relaciones diplomáticas con los gobiernos de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Baréin.

' Los acuerdos más tienen que ver con la enemistad entre los países del golfo e Irán, que con Israel y su conflicto con los palestinos.

Jorge Jacobs

Considero la firma de estos dos acuerdos como algo realmente histórico. Para ponerlo en perspectiva, en los 72 años desde que fue fundado el Estado de Israel, estos son apenas el tercer y cuarto país árabe con los que establece relaciones diplomáticas. Ninguno de estos países estaba en abierto conflicto con Israel, pero sí puede ser el inicio de un proceso de largo plazo que reduzca la inestabilidad en la región.

Hay que ver estos acuerdos en su justa perspectiva, en el sentido de que más tienen que ver con la rivalidad y enemistad entre los países del Golfo e Irán, que directamente con Israel y su conflicto con los palestinos.

Los grandes ganadores de estos acuerdos son Israel, los EAU, Baréin y Trump. Israel refuerza sus lazos con países con los que no tenía conflicto, pero que forman parte de la Liga Árabe y, por tanto, eran parte del apoyo de los palestinos. Esta ganancia se empezó a ver reflejada la semana pasada, cuando el gobierno palestino no logró que la Liga Árabe emitiera una declaración en contra de estos acuerdos.

Los países del Golfo obtienen acceso a intercambios comerciales y tecnológicos con Israel, pero, más importante, refuerzan los vínculos con el gobierno de Estados Unidos. En el caso de los EAU, esto es especialmente importante porque desde hace tiempo están buscando la autorización para poder comprar cazas F-35 para mejorar su posición estratégico-militar contra Irán, pero su enemistad con Israel impedía la venta. El mismo martes, antes de la firma de los acuerdos, Trump declaró que no tendría ningún problema con venderle los F-35 a los EAU.

Donald Trump sale como el gran ganador de los acuerdos, por haber logrado lo que hasta el año pasado se creía imposible. Si algo justificaría las nominaciones al Nobel de la Paz que le han hecho en las semanas recientes, son estos acuerdos. No queda muy claro cuánto le ayudará en su campaña por la reelección, ya que generalmente los temas de política internacional no tienen mucha relevancia para la mayoría de los votantes estadounidenses, pero seguramente le rendirá frutos en apoyo de grupos pro Israel.

Otros países árabes, en particular los demás emiratos del Golfo, pero incluso hasta Arabia Saudita, podrían estar considerando seriamente lograr acuerdos similares con Israel, nuevamente, más por su animadversión —e incluso un velado temor— a Irán, que por un fuerte deseo de lograr la paz.

Por otro lado, los grandes perdedores de estos acuerdos son Irán y los palestinos. Irán pierde influencia y poder en la región, lo cual es un golpe grande para sus dirigentes, que cada vez tienen más oposición interna. Los palestinos pierden apoyos en su lucha por alcanzar el establecimiento del estado Palestino. Considero que, si bien en el corto plazo esto puede traducirse en incrementos de violencia y ataques terroristas, en el mediano y largo plazos muy probablemente obligará a los palestinos a sentarse a negociar una salida pacífica para el conflicto que está en el centro de la inestabilidad en la región.

De lo que no hay duda es de que seguimos viviendo tiempos interesantes.

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

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