Catalejo

Esa prisión domiciliaria de hecho es una burla

Chepe Zamora fue liberado, pero aún estará en la cárcel por tener pendiente el veredicto de otro juicio sin base ni credibilidad.

La declaratoria de libertad para Jose Rubén Zamora, realizada en forma unánime en el juzgado respectivo, en realidad resultó ser una burla sangrienta con lo cual se comprueba la perversión de la jefa máxima del Ministerio Público. Por supuesto, con una razón únicamente considerada legal por quienes defienden a esta señora por convencimiento o por ceguera. Varias entidades nacionales e internacionales se complacieron con la decisión, porque comprueba sin lugar a dudas la persecución política contra un periodista incómodo, quien en su rostro mostró la alegría de haber logrado por fin y luego de casi dos años de permanecer en una bartolina, demostrando así haber creído en la realidad de irse a su casa, como lo pensaron quienes también sintieron sincera alegría.

Chepe Zamora fue liberado, pero aún estará en la cárcel por tener pendiente el veredicto de otro juicio sin base ni credibilidad.

Pero no fue así. Primero, como era de esperarse el innombrable Rafael Curruchiche se presentó prontamente a presentar acciones en contra, rechazadas. Segundo, no se mencionó ni fue señalado por los reporteros un factor fundamental: el juicio aún pendiente de resolución en una fecha imposible de saber con certeza. Esto significa un tiempo adicional de prisión no especificado, pero además tampoco se puede prever un veredicto favorable, porque depende, para efectos prácticos, de cómo se mueva un MP convertido en el brazo armado estatal para atacar a quienes considera “enemigos del Estado”, al mejor estilo de las dictaduras de cualesquiera tendencias ideológicas.

Con ironía negra, se puede recordar a quien iba a ser fusilado por tener dos condenas a muerte, pero le fue perdonada una. El plan para hacer una prolongada campaña presidencial por la señora Porras incluye mejorar su imagen y en esto la liberación sin condiciones de Chepe Zamora es fundamental, pero eso solo es teoría y lógica, ambas ausentes en la realidad política guatemalteca. El deseo de venganza contra él es resultado, en parte, de la torcida personalidad de Giammattei, quien resulta ser el titiritero tras el telón de esta tragedia. Solamente se podrá haber cantado victoria cuando el acusado sea declarado inocente. Y por desgracia, deberá seguir en espera de una decisión retardada por casi dos años. Necesitará más paciencia, fortaleza y apoyo de quienes lo apreciamos.

La lógica señala: eliminar primero gastos superfluos

El pensamiento lógico —o ilógico— son parte de la capacidad humana. En política y en economía, de cualquier signo ideológico, se debe aceptar algo tan simple como no se puede gastar más de los ingresos, porque es un corto camino a la crisis. O este otro: los cambios de factores relacionados con la economía, obligan a analizar los gastos y descubrir cuáles son superfluos, es decir innecesarios, inútiles, excesivos, lujosos, y muchas veces relacionados o derivados de la corrupción, un problema cuya esencia no es económica, sino ética (filosófica) y moral (de acciones humanas). La tendencia desde hace décadas a gastar cada vez más, por el gusto de hacerlo, lleva directamente a crisis más o menos profundas, con efectos para parte o toda la población.

El análisis debe ser sereno y de acuerdo a la realidad actual, cuando no se vive en el mundo una época de cambios, sino un cambio de época, al estar cerca de su fin la iniciada en 1500, cuando terminó la Edad Media. El desarrollo de la sociedad y los problemas derivados de ello obliga ahora no sólo a meditar diferentemente o con variaciones del pensamiento predominante hoy, sino en la realidad de todo tipo: político, económico, social, religioso, étnico, etc. Las ideologías puristas están en crisis y por ello la población nacida a partir del inicio de este siglo, ponen en la picota a esa calificación de gasto necesario o no, para apoyarlo o rechazarlo. De eso depende el nuevo tipo de democracia visto en el horizonte y cómo debe ser su concepto para ser útil y aceptado.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.