POR LA LIBERTAD

Keynes y los keynesianos

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Me llamó mucho la atención una entrevista de Bernardo Arévalo, en la que el expresaba que era keynesiano. Mucha gente me ha preguntado sobre el keynesianismo y pretendo en este corto espacio explicar brevemente algo sobre Keynes y los keynesianos.

' Las correcciones de la imprudencia fiscal se pagan con ajustes que traen consecuencias dolorosas años después.

Ramón Parellada

El keynesianismo se refiere a las teorías económicas desarrolladas por John Maynard Keynes y expresadas principalmente en su libro Teoría general del empleo, el interés y el dinero. Esta obra fue publicada en 1936 y sirvió a los políticos de turno para romper los esquemas tradicionales de ser prudentes con el gasto, equilibrar los presupuestos y evitar los déficits. John Maynard Keynes fue un economista británico de los más influyentes en el siglo pasado, especialmente después de la Gran Depresión.

Después de la Gran Depresión, donde algunas políticas erróneas agravaron la crisis como el alza de aranceles en Estados Unidos, vinieron a caer como anillo al dedo las teorías de Keynes en el sentido de que había que gastar hasta llenar lo que él llamaba la brecha deflacionaria. No importaba en qué fuera el gasto, si la gente en lo privado no gastaba, el gobierno debía hacerlo. Para ello, había que incrementar impuestos especialmente progresivos. Si no era suficiente había que endeudarse, y si aún faltaba había que hacer uso de la expansión monetaria, emitiendo más moneda. Si esto causaba déficit, no importaba porque era para cerrar esa brecha deflacionaria. De esta manera, toda esa cantidad de gasto gubernamental provocaba la creación de empleos y un bienestar instantáneo. La economía mejoraba y todo parecía marchar bien.

Lamentablemente, las cosas no son tan simples. Después de algún tiempo, la inflación y el desempleo resultaron ser mayores y crecientes. Para evitar el desempleo y llegar a lo que se llama pleno empleo había que gastar más. Si se usaba más dinero creado por el Banco Central (Reserva Federal en USA), la inflación seguía aumentando y crecía el nivel de desempleo. Llegó un momento en que por esa cantidad de dinero sin respaldo y los grandes déficits, algunas empresas quebraron porque se habían falsificado las señales correctas para ciertas inversiones. Para hacer sencilla la historia, la economía buscó su nivel haciendo ajustes necesarios tanto en la tasa de interés (que había sido falsificada hacia la baja), inflación (por el exceso de emisión monetaria sin respaldo) y precios (por la pérdida del poder adquisitivo de la moneda).

Keynes no era nada tonto y se dio cuenta de que lo que había propuesto en cierta medida como medidas contracíclicas había sido llevado a un extremo tal que sus discípulos exageraban y aumentaron la injerencia estatal justificándola con sus teorías erróneas.

Hay una historia interesante sobre una visita de Keynes a la Universidad de Harvard, invitado por John Kenneth Galbraith, otro famoso e influyente economista de la segunda mitad del siglo XX. Galbraith presentó a Keynes diciendo que él se consideraba el primer keynesiano de América. Cuando le tocó hablar a Keynes dijo con claridad que él no era keynesiano. Friedrich Hayek, uno de los más grandes exponentes de la Escuela Austríaca de Economía, era muy amigo de Keynes y en un momento dado de su vida se arrepentía de no haber sido más contundente en sus críticas desde el inicio contra la teoría general de Keynes.

Hoy en día hemos aprendido que cuando crece el aparato estatal es casi imposible reducirlo. Las correcciones de la imprudencia fiscal se pagan con ajustes que traen consecuencias dolorosas años después. Tocará apretarse el cinturón y pagar todo lo gastado anteriormente con más deuda, monedas depreciadas, inflación, alzas y disparidad en los precios y mayor desempleo.

ESCRITO POR:

Ramón Parellada

Empresario. Catedrático universitario. Director del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).