IDEAS

La caída ¿de Kabul o de Biden?

Este fin de semana pudimos ser testigos, casi en tiempo real, de un suceso que quedará marcado en los anales de la historia: la caída de Kabul, capital de Afganistán, en manos de los talibán. Esto no solo cambiará el balance geopolítico del mundo en los próximos años, sino también puede ser un golpe mortal, del que difícilmente se recuperará, para el presidente Biden. Lo que sucede en Kabul es dramático, no solo por las escenas impactantes que se dieron de las personas intentando huir en el último momento, sino por el terrorífico destino que les espera a millones de afganos —especialmente a las mujeres— bajo las garras de un grupo de salvajes asesinos.

' Cambia el balance geopolítico del mundo, pero también puede ser un golpe mortal para Biden, del que difícilmente se recuperará.

Jorge Jacobs

El problema para Biden no es tanto la retirada como la forma en que fue realizada. La negociación original, que se realizó bajo Trump, estaba dirigida, no solo por fechas, sino también por objetivos a cumplir por todas las partes interesadas, incluyendo a los talibán. Pero la decisión de Biden fue dejar atrás esos objetivos y simplemente cumplir con una fecha, la que, además, trató de usar “simbólicamente”: el 20 aniversario del ataque a las Torres Gemelas. Y ese fue el grave error. A todo ello hay que añadir los graves errores de inteligencia que subestimaron el poder de los talibán: todavía la semana pasada los militares estadounidenses consideraban que “en 90 días” los talibán cercarían Kabul, cuando no les tomó más de unos pocos. Ese grave error de inteligencia es lo que llevó a las escenas del fin de semana de evacuación de la embajada estadounidense en Kabul “a lo Saigón 1975”, y a todas las demás escenas de terror que se han visto a continuación, marcadas especialmente por la invasión del aeropuerto por miles de afganos, tan aterrorizados por la llegada de los talibán que algunos incluso se arriesgaron a morir —y murieron— tratando de escapar en la parte exterior de los aviones militares estadounidenses.

El fallo de inteligencia también pasó por menospreciar el poder de negociación de los distintos grupos afganos, acostumbrados por milenios a resolver sus diferencias a través de “negociaciones” entre las tribus en lugar de conflictos directos, que es lo que explica cómo muchos de los militares del gobierno afgano pararon rápidamente apoyando a los talibán y que estos arrasaron el país en pocas semanas, sin encontrar mayor resistencia. En su discurso del lunes, Biden trató de justificar que esto habría sucedido en cualquier momento, y que nunca hubo un momento adecuado para salir de Afganistán; sin embargo, recalco, el problema no fue la salida, sino cómo se ejecutó, y esa responsabilidad sí recae sobre Biden, especialmente tomando en cuenta que ha revertido casi todas las decisiones de Trump, por lo que ahora no puede excusarse en que “ese era el plan que le dejó el anterior presidente”.

Desde hace meses el Pentágono venía insistiendo en la necesidad de sacar de Afganistán a todo el personal local que los había apoyado, por ejemplo, pero el Departamento de Estado entretuvo el tema de las visas de refugiados hasta que ya era imposible sacar ordenadamente a las personas. Ahora dice Biden que harán todo lo necesario para sacarlos, entre ello enviando miles de soldados para asegurar el aeropuerto de Kabul mientras lo logran, cuando lo pudieron haber hecho varios meses atrás sin ningún contratiempo. La salida apresurada de los estadounidenses de Afganistán se puede resumir en las palabras de Joseph Humire, director ejecutivo del Centro para una Sociedad Segura y Libre de Washington en una entrevista que le hice el lunes: “Es una victoria militar —ya que el ejército estadounidense siempre venció a los talibán—, pero que terminó con una derrota política”. Sin embargo, albergo la esperanza de que los afganos esta vez se rebelarán contra los talibán —ya empezaron— y no se dejarán esclavizar como hace 25 años.

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

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