IDEAS

La libertad económica está retrocediendo

Aunque muchas personas quieren mostrar al mundo actual como uno decadente en donde el nivel de vida se está deteriorando a pasos agigantados, lo cierto es todo lo contrario. Las virtudes de la libertad y el capitalismo han mejorado considerablemente el nivel de vida de innumerable cantidad de personas alrededor del mundo en las últimas décadas. Lo que sí es cierto es que hay nubes negras en el futuro, que amenazan precisamente esa libertad que ha permitido tanta prosperidad.

' La pandemia mostró que los políticos pueden tomar decisiones que minen la libertad, en cualquier momento y con cualquier excusa.

Jorge Jacobs

Hace poco, la Fundación Heritage publicó la versión más reciente de su Índice de Libertad Económica. La libertad económica es el derecho fundamental de cada ser humano a controlar su propio trabajo y propiedad. En una sociedad económicamente libre, los individuos son libres de trabajar, producir, consumir e invertir de la manera que deseen. En sociedades económicamente libres, los gobiernos permiten que el trabajo, el capital y los bienes se muevan libremente, y se abstienen de la coerción o del control de la libertad más allá de lo necesario para proteger y mantener la libertad en sí misma.

A lo largo de los 29 años que lleva de publicarse este índice, los datos han comprobado lo que la teoría indicaba: mientras más libertad existe en un país, mejor tienden a vivir sus habitantes. Se ha encontrado una correlación entre una mayor libertad y una mejora considerable en el nivel de vida de las personas. En ese período, la economía del mundo se ha incrementado más de un cien por ciento, pero más importante aún, el porcentaje de población viviendo en pobreza extrema ha pasado del 41% a poco más del 10%.

Uno de los datos más importantes que han surgido de este índice —y ha sido corroborado por otros como el Índice de Libertad Humana de los institutos Cato y Fraser, que dimensiona no solo la libertad económica, sino también la personal— es que los países donde se tiene mayor grado de libertad son también los países donde sus ciudadanos tienen mejores ingresos. Según el índice de Heritage, en los países que están en la categoría de “libres”, el producto interno bruto (PIB) per cápita está en un promedio de USD92,502; en los países “mayormente libres”, el PIB per cápita promedio es de USD52,663; en los países “moderadamente libres”, el promedio es de USD26,289; en los países “mayormente no libres” es de USD11,684 y en los países en la categoría de “reprimidos” el promedio es de USD8,124. Si bien la correlación no es perfecta y hay sus excepciones, la tendencia es clara.

Ahora bien, lo preocupante es que el índice ya lleva tres años en declive. Luego de una prolongada tendencia al alza, retrocedió a su nivel más bajo en dos décadas. En el caso del Índice de la Libertad Humana, la situación ha sido similar, aunque este ya venía con tendencia a la baja desde hace más de 10 años; sin embargo, en los últimos dos tuvo una caída estrepitosa.

Si bien es cierto se puede atribuir buena parte de esta caída a las restricciones que hubo en el mundo por las decisiones que tomaron los políticos como consecuencia de la pandemia del covid-19, la tendencia hacia el autoritarismo en muchos países ya venía creciendo desde antes. En todo caso, la pandemia mostró que los políticos pueden tomar decisiones que minen seriamente la libertad de las personas, en cualquier momento y con cualquier excusa. Eso es lo verdaderamente preocupante.

De allí que es responsabilidad de cada uno de nosotros defender esa libertad que tanto ha costado ganar a lo largo de la historia. Ello siempre me recuerda la frase de Ronald Reagan: “La libertad nunca está a más de una generación de extinguirse. No la transmitimos a nuestros hijos en la sangre. La única manera de que hereden la libertad que nosotros hemos conocido es que luchemos por ella, la protejamos, la defendamos, y luego se las entreguemos con las lecciones bien dadas de cómo ellos, en su vida, deben hacer lo mismo”.

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

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