IDEAS
La maldición de la “segunda ola”
La constante repetición del discurso, tanto del presidente como del comisionado de la Coprecovid, de que ya se viene la “segunda ola” del covid-19, está ocasionando casi tanto daño como las restricciones mismas. Desde que se empezaron a quitar las restricciones nos han estado amenazando con que ya se viene la “segunda ola” y, ha pesar de que ya pasaron tres meses donde la tendencia se mantiene a la baja, de tanto repetir la amenaza ya lograron que calara en muchas personas. Eso se ha traducido en nueva incertidumbre sobre el futuro, lo que a su vez se empieza a concretar en inestabilidad, poca confianza para invertir, temor a perder el empleo y pánico de que acabemos el año encerrados nuevamente.
' Pareciera ser que los funcionarios están preparando el terreno para incrementar nuevamente las restricciones.
Jorge Jacobs
Aunque el Dr. Asturias continúa utilizando las proyecciones de la Universidad de Washington para pronosticar que se viene una “segunda ola” de infecciones, hay que hacer la salvedad de que hasta en la información que tiene el sitio de la Universidad se puede ver que sus proyecciones no coinciden con la información que ellos mismos presentan. Por ejemplo, la gráfica utilizada por el comisionado en sus presentaciones, la de la proyección de “infecciones estimadas” —que por cierto se refiere al total estimado, es decir, utiliza el estimado de que los infectados reales son por lo menos 10 veces más que los casos confirmados— no coincide con la de las “infecciones confirmadas”. Si uno las compara, es muy obvio que la tendencia de los casos confirmados para nada sigue la “proyección”, según la cual, desde mediados de septiembre se habría dado un incremento considerable de infecciones.
Por otro lado, es importante entender lo que está sucediendo en el mundo, con relación a la “segunda ola”, ya que, si bien es cierto en algunos países se ha incrementado considerablemente la cantidad de nuevas infecciones, generalmente esto no se ha visto que se transforme en un incremento, ni siquiera de las hospitalizaciones, no digamos de los casos severos o las mismas muertes. Y eso es así en casi todos los países, e incluso a nivel global.
Ello se puede deber a diversas causas, desde que se está encontrando a más de las personas infectadas debido a una mayor cantidad de pruebas realizadas, a que ha bajado la severidad de la enfermedad, a que ha bajado la “carga viral” que tienen los enfermos —lo que también se puede deber a varias causas—, a que se está tratando más temprano y de mejor manera la enfermedad, en fin, pueden ser muchas causas, pero lo cierto es que la cantidad de enfermos severos o críticos y las muertes no se han incrementado en la misma proporción que las nuevas infecciones en casi ningún país.
Pareciera ser que los funcionarios, como el presidente y el comisionado, están preparando el terreno para incrementar nuevamente las restricciones a los derechos de circulación, asociación y trabajo en un futuro cercano, utilizando como excusa la supuesta segunda ola de contagios de coronavirus, pero hay que recordar que no lo pueden hacer, a no ser que el Congreso autorice nuevamente un estado de Excepción, lo cual se ve difícil.
En todo caso, si en realidad se diera un repunte de contagios —lo que todavía no se refleja en los datos del país—, lo que debería funcionar es el tablero de alertas —que sigo considerando inconstitucional—, el cual, en ese caso, iría incrementando progresivamente los niveles de alerta en los municipios, con los consiguientes incrementos en las medidas de prevención. Si no, ¿qué sentido tiene haber establecido el sistema de alertas?
Es importante que sigamos tomando las precauciones necesarias para que no se infecten las personas más propensas a tener complicaciones, pero debemos continuar con nuestra vida y no paralizarnos por la amenaza de la “segunda ola”.